AMOR Y VIOLENCIA EN LA FICCIÓN / Santiago Ribadeneira Aguirre
La obra de teatro Amar en tiempos violentos, del colectivo Daga Teatro, texto original y dirección de Sebastián Domínguez, está basada en la historia de Bonnie y Clyde, una pareja de criminales y fugitivos que asoló a los Estados Unidos durante la época de la gran recesión económica de 1930, provocada por la caída de la bolsa de valores ocurrida un 24 de octubre de 1929 que se extendió enseguida a varios países del mundo.
Parte de estas consideraciones históricas las expresan los personajes, Bonnie (Daniela Andrade) y Clyde (Jorge Sosa), al comienzo del espectáculo, durante la lectura de un diario en el que se consignan algunas circunstancias: los afectados directos de la crisis estaban en los sectores medios y bajos. El comentario de Bonnie es que el sistema bancario de los Estados Unidos fue uno de los grandes responsables del descalabro. Los efectos sociales se sintieron en el empleo y muchas empresas quebraron. A grandes rasgos, el contexto histórico cultural de la apasionante historia de amor de la mítica pareja de delincuentes, define el sustrato básico y la subjetividad de la obra que incide –es lo que se esperaba– en el inconsciente del espectador.
Hasta se podría presuponer que la ‘historia de amor’ de Bonnie y Clyde ayuda a entender el entrecruzamiento de los hechos históricos con la realidad real: el amor de ambos sirve para ‘descubrir’ los trasfondos del sistema que nos remite a la actualidad y a la compleja dialéctica de lo social que vive el Ecuador, sumido en la violencia, frente la majadera propaganda con la que el gobierno trata de explicar la situación de inestabilidad generalizada, junto al descalabro económico y sus consecuencias.
Mencionemos, por alcance y extensión, el ‘descubrimiento’ de Marx respecto del nacionalismo irlandés, que le permite el enunciado sobre la tesis del ‘proletariado externo en sus particularidades históricas’ que el pensador y filósofo alemán lo hace gracias a la relación amorosa de su hija Jenny con un dirigente nacionalista de Irlanda. Es decir, otra vez el amor de pareja se inmiscuye en la política, más allá de la referencia romántica y circunstancial del hecho. (E. Grüner /Los restos del pasado y la memoria del futuro en La cosa política o el asecho de lo real, p. 191).
Bonnie Parker y Clyde Barrow entraron a la leyenda romántica instrumentalizados por la imaginación popular. La obra de Sebastián Domínguez apela a un polo distinto, para inclinarse por una narración más simple y concreta: además de personajes, Bonnie y Clyde son ‘figuras’ (término tomado del teatro de Genet) que apelan más a sus rasgos que a su ‘representación’ para convertirse en imágenes, investidos como seres de ficción. Incluso ambos bandidos hacen una alusión a Romeo y Julieta y a la comparación que supuestamente les hizo la prensa en su momento, aunque lo más probable es que el cotejo estuviera en la línea de verles como unos Robin Hood modernos. Las motivaciones románticas, en todo caso, expresan un momento de verdad en la historia real o ficticia de Bonnie y Clyde que acaba siendo el soporte de la obra de Domínguez para lograr, a través de las centradas actuaciones y la dirección, una identificación que explique artística y teatralmente los últimos momentos de la pareja.
En el contexto de ese ‘efecto de reconocimiento’, Clyde se enfrenta a la ley representada por una figura enmascarada y traspuesta que le juzga y le sentencia por las faltas cometidas, celebrada por el vengador armado (Jorge Sosa) que les ha perseguido todo el tiempo Una escena que define la incomodidad y el sentido de la emergencia de los asaltantes de bancos, mientras los espectadores miran de soslayo el trasfondo de la historia del despojamiento y la destrucción de la economía nacional y mundial.
La visión de Bonnie y Clyde no puede ir más allá del hecho y la necesidad de reivindicar su amor incondicional del uno por el otro, que es además la historia de la pérdida angustiosa de la pertenencia a una comunidad que para ellos ya no existe. Ahí es cuando dicen, para sellar su franqueza, que el único propósito fue el de imaginar e imaginarse explícitamente como sobrevivientes de un desbarajuste total. Ese largo excurso es suficiente para sellar la causa perdida de Bonnie y Clyde, al menos en el sentido de que ellos son personajes reales que les diferencia de Romeo y Julieta, que apenas ocupan el lugar destinado al infortunio y la desgracia de la ficción.
FICHA TÉCNICA
En escena: Daniela Andrade, Jorge Sosa y Sebastián Domínguez
Fotografía: Estefanía Donoso
Diseño de vestuario y escenografía: Daga Teatro Ecuador
Diseño de Iluminación: Jorge Sosa
Texto original y dirección: Sebastián Domínguez
Datos curiosos:
Teatro
En Uruguay el año 2014 un grupo de Parodistas llamado "Los Muchachos" realiza la parodia de Bonnie y Clyde protagonizada por Luis Alberto Carballo y Walter Cucuzú Brilca en el concurso de carnaval uruguayo logrando ser nominada a mejor parodia y obteniendo el segundo puesto en la categoría basada en la historia de la pareja y adaptada para la fiesta más popular del Uruguay realizada en el Teatro de Verano Ramón Collazo
Música
El dúo chileno PUPILAS publica su primer sencillo llamado Bonnie & Clyde, una canción del género garage rock que relata la apasionante historia de la pareja más buscada y conocida de los años 30. El tema fue lanzado el 23 de mayo del 2022, una fecha misteriosa para la banda, ya que coincide con la muerte de Bonnie Parker y Clyde Barrow junto con el día en que los artistas se conocieron. (https://www.youtube.com/watch?v=NjX305DT3qU)
(https://es.wikipedia.org/wiki/Bonnie_y_Clyde)