El Apuntador

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CON VOZ PROPIA. Marji Valiente/Genoveva Mora

La magia del teatro es abarcadora, capaz de agarrar el tiempo, mirarlo hacia atrás y volverlo presente, atraparlo y sostenerlo mientras estamos frente a los personajes. Ana Paula Peña junto a Ana Nájera deciden traer al escenario la incomprensible situación de la mujer en Irán, tomando como punto de partida la novela Persépolis, cuya protagonista, Marji una niña de diez años habla la complejidad y la violencia de vivir bajo regímenes totalitarios.

Ana Paula es Marji, Ana Nájera es su amiga, la tía, y más personajes. Juntas consiguen dramatizar una historia y traducirla al lenguaje teatral, es decir, hay toda una necesaria economía de información y la habilidad para sacar de ella lo medular y volverla dramaturgia consistente, a través de una definida línea que demanda dramaturgia corporal y escénica, hasta un manejo de voz harto delicado, porque no hay en la representación, desde mi punto de vista, mayor dificultad, para una adulta, que asumir un personaje infantil sin atravesar la frontera de la candidez, léase  ‘usar esas vocecitas fingidas que fuerzan al intérprete y al público a una suerte de pacto incómodo’.

Marji Valiente. Ana Paula Peña y Ana Nájera Erráez.

En un escenario carente de escenografía, las actrices echan mano de algunas herramientas y consiguen una caligrafía teatral bastante acabada. Logran, por ejemplo, hacer de esos abanicos rojos un objeto múltiple que se transforma a lo largo de la representación: cubren sus rostros, delimitan espacio, metamorfosean tanto en flores o golosinas; en armas de fuego o barrotes de una cárcel.  Asimismo, el famoso hiyab, se resignifica y adquiere mucha potencia como símbolo de opresión o libertad, cuestión que se alcanza porque va ligado al uso teatral mediante la intensidad y verosimilitud de los personajes, que ocurre en casi todo su trabajo (pequeños bemoles, como excepción, que seguramente serán corregidos), porque otro de los aciertos es el uso del espacio teatral y el manejo del cuerpo, donde se evidencia su escuela de teatro físico; es ahí donde constatamos que la técnica es importante y cumple un cometido, no porque se la explicite, sino precisamente por lo tácito de su apoyo.

Sin embargo, y además de este acercamiento a la obra, siempre será un punto de vista necesario escuchar la voz de estas hacedoras y adentrarnos un poquito más en su trabajo

Marji Valiente. Ana Paula Peña y Ana Nájera Erráez.

GMT. Me gustaría escuchar de ustedes, ¿cuán difícil les resulta actuar como niñas?

Ana Paula.  No lo consideré mucho hasta que nos vimos frente al papel, se supone que sabemos cómo son los niñxs y cómo actúan, pero al momento de asumirlo en escena, me di cuenta de la complejidad, pero bueno, siento que lo que me ayuda a conectar con la “guagua” de 10 años es el juego, que todavía nos lo permitimos gracias a nuestra profesión, siempre estamos jugando; y recordar que yo era una niña mandona, así que regresé a mi niña también.

Marji Valiente. Ana Paula Peña y Ana Nájera Erráez.

GMT. Hay un momento en el tiempo de la obra cuando pasan a ser adolescentes, ¿la niña las atrapó? porque siento que no dieron ese paso…

Sí, justamente ese fue un comentario que recibimos, dice Ana Nájera, investigamos sobre las niñas, me encantan las guaguas, me he relacionado a propósito con ellas, pero sí creo que nos falta el acercamiento a la adolescente, ese matiz todavía no está cubierto, es un pendiente a trabajar.

AN. Es importante decirte que, en este proceso, más allá del montaje, es importante pensar además de las voces de las niñas, cuál es el punto de vista de las niñas y adolescentes

GMT. Claro ese es un requerimiento ineludible, de lo contrario no habría verosimilitud.

GMT. Esta es una creación colectiva, ¿en qué momento entra Claudia Roggiero?

AP. Creímos que íbamos a llegar por nosotras mismas, estábamos con un trabajo casi listo, pero sentimos que necesitábamos un ojo externo, Clau es una amiga actriz y directora, que además estuvo cerca del proceso, así que ella entró a dirigirnos cuando ya lo teníamos bastante armado, nos dio su punto de vista, varias ideas y creo que la obra este último mes de ensayos y bajo su dirección, dio un salto.

GMT. Las tres vienen de la escuela de teatro físico ¿de Imagino Teatro?

AP: Claudia estudió en Argentina en una escuela de Lecqoc; nosotras con Santiago Carcelén.

GMT. Respecto al lenguaje y esa línea mimética, que en un momento de la obra es totalmente explícita, pregunto ¿no hace un poquito de ruido? en esta puesta en escena donde el objeto preponderante son los abanicos, que se vuelven poli-sígnicos y al tiempo agrandan la parte simbólica porque juegan muchos roles, se transforman; entonces cuando echan mano de la mímesis, como que nos sacan de esa convención, rompe un poco ese universo, sin que tampoco llegue a ser que quiebra la obra ni mucho menos.

Esa fue una propuesta nuestra y está en la línea del teatro físico, dice Ana Nájera, igual me haces pensar, porque es el único momento de una acción tan mimada.

Ana Pau, me dejas pensando mucho, eres la primera que nos dice, gracias por hilar fino, pero en un inicio pensé que mimar el espacio también tiene que ver con el juego de la niña, porque la casa de la tía se convierte para Marji en un espacio hasta de fantasía. entonces era recrear un espacio creado por una niña.

Marji Valiente.

GMT. No existe una escenografía, se va construyendo con el uso de los objetos, ¿eso fue idea de ustedes?

AN. Empezamos a trabajar en esta obra el año pasado, hicimos una versión mucho más pequeña para graduarnos de la Escuela, y luego lo tomamos como nuestro y evolucionó, fueron sesiones enteras de trabajo en casa, aquí en la sala de mi casa que es 3x3, pero trabajamos mucho dando rienda a la imaginación, así nació el fuego, la cocina; hubo mucha investigación del objeto abanico, descubrimos que suena, por ejemplo (dice riendo).

GMT. ¿De quién es el texto?

AN. Es un texto de las dos. Esta es la primera obra juntas, la que se estrena, es idea original de Ana Pau, y estamos trabajando otra que se basa en la Margarita de Rubén Darío, que es más bien fantasía, es totalmente distinta, otro mundo, son dos colores distintos. Queremos también tener ciertas producciones audiovisuales chiquitas, por una necesidad nuestra de probar otros lenguajes, queremos probar varias cosas, queremos hacer el bufón, que nos llamó mucho la atención y tenemos un trabajo a medias.

AP.  Las dos somos super intensas, entonces siempre estamos buscando y trabajando, nos gusta estar en movimiento, por eso nos entendimos, porque ambas tenemos un nivel alto de adrenalina jaja; a pesar de lo complicado que es vivir del teatro.  Vemos muchas obras, estudiamos, leemos bastante. Si bien la compañía empieza y es increíble, tenemos muchas ideas para Marji, quizá agrandamos el formato a 4 actrices y 3 objetos más, para explorar la idea que ya funciona.

AN. Hoy estamos con toda la viada, que no ha de durar para siempre (anota con picardía), así que tenemos que aprovechar el tiempo.

AP. ¡Este gran dúo viene de lugares distintos y se complementa bien! (lo dice con énfasis y alegría), Ana tiene mucho conocimiento en el aspecto físico y toda la minuciosidad, ella siempre está pendiente del cuerpo. Yo he tenido un interés por el teatro político desde cuando era niña, entonces vamos combinando las dos cosas

GMT. Político o no, el teatro pide cuerpo ¿verdad?

Ana Paula Peña y Ana Nájera Erráez.

Ustedes están empezando, ¡que perdure en entusiasmo!

Ficha técnica:

Creación Colectiva y Actuación: Ana Paula Peña y Ana Nájera Erráez

texto de las dos.

Asistencia de dirección: Claudia Roggiero

Técnica: Camila Aulestia Calero

Diseño: Fernando Sarmiento Regalado

Diseño de iluminación: Pablo López

Fotografía: Marcelo Echeverría Morán

Enredo Teatro, marzo 2023, Patio de Comedias