CONTROVERTIDA M.E.N.T.E. | Jhonatan Salazar Achig
Decir: “Me siento solo todo el tiempo” no cabe como expresión, pues tal vez no estamos poniendo atención a que algo siempre nos acompaña. Puedes estar en un lugar desolado y en silencio, encerrado y solo, pero algo siempre resuena en tu cabeza, cada minuto, cada segundo. Entonces, el silencio total no existe, pues tu propia mente, muchas veces, literalmente te romperá la cabeza.
Pero, ¿dónde está la mente?, no se sabe. ¿Cómo funciona? tampoco se sabe, pero se especula. La ciencia ha dicho que la mente es un concepto complejo que se puede definir como el conjunto de facultades intelectuales de una persona. Hace referencia al grupo de procesos psíquicos de carácter cognitivo que engloban funciones como la percepción (interpretación de los estímulos del entorno), la memoria (almacenamiento y recuperación de información), el pensamiento (proceso de razonamiento y resolución de problemas), la emoción (experiencia de sentimientos y estados emocionales), la atención (focalización de la conciencia en ciertos estímulos o tareas), entre otros.
El estudio de la mente es un campo amplio y multidisciplinario que abarca la psicología, la neurociencia, la filosofía de la mente y otras disciplinas. Es un tema fascinante y en constante evolución que sigue siendo objeto de investigación y debate en la actualidad. La mente humana es un enigma y su accionar aún más. A pesar de ello, tenemos a la mente como el personaje principal en la obra M.E.N.T.E (Metáforas Emergentes Naturales Tratadas Efímeramente), una creación colectiva que se presentó en el Triciclo Sala de Artes Escénicas con el auspicio de Malva, The Jam, Susurros Teatro, Teatrito Locrito, El Triciclo y Mute Estudio.
El espectador se sitúa dentro de la mente de un humano con esta propuesta escénica, y conoce e inmiscuye dentro del juego de los pensamientos de alguien que afuera es víctima de lo que la sociedad nos ha obligado a llamar “normalidad”.
Francisco Bedoya, director de M.E.N.T.E, asegura que el pensamiento es una metáfora emergente, pues basta darse cuenta que los pensamientos no surgen de la nada, sino que provienen de la información del entorno que recoge nuestro cerebro por medio de los sentidos. Pese a recibir la misma información, la mente de cada uno asimila algo diferente. Entonces, el cerebro de alguna manera metaforiza a nuestro entorno para poder entenderlo. Son metáforas emergentes naturales porque aparecen, uno no tiene el control sobre ellos, no hay ninguna artificialidad detrás. Estas metáforas son tratadas efímeramente por nosotros, porque muchos pensamientos no se quedan en ningún lugar concreto, sino que, así como aparecen, desaparecen.
En la escena tenemos varias cajas blancas colgadas por todas partes. Una de ellas aparece en el centro de la escena y está abierta. Dos seres sin lenguaje (Cristian Valle y Maritza Mármol) que son la personificación del pensamiento, se acercan a ella y pelean por la luz que tiene al interior. Eso ocurre mientras en el ambiente suena los ronquidos de alguien, que en algún momento determinado cesan y se entiende (por los sonidos ambientales) que la personas ha despertado y empieza su rutina diaria. Los dos seres dejan de pelear por la luz y empiezan a asimilar lo que el ser va viviendo en su cotidianidad. Uno entiende recién que se encuentran dentro de la mente, al instante en que cada uno de los personajes abre un paraguas y sobre estos se proyectan imágenes de lo que afuera se mira, sus ojos nos muestran el desayuno del personaje.
¿Qué es lo que les llega a estos personajes histriónicos durante el día normal? pues están escuchando telenovelas, noticias, violencia y sexo. Mientras toda esa información banal les llega, ellos literalmente te van mostrando cómo te tragas esas cosas y después cómo las asimilas. La violencia se vuelve parte constitutiva de nosotros. Tenemos así en M.E.N.T.E una experiencia escénica que critica a la realidad, pues vivimos la realidad desde los ojos de otra persona. Se despliega ante nosotros un supuesto día normal en Quito 2023, una ciudad violenta e insegura.
Bedoya ha calificado su obra de antiteatro. El prefijo "anti-" se utiliza para indicar o expresar oposición, contrariedad o antagonismo hacia algo o alguien. Cuando se añade el prefijo "anti-" a una palabra, significa que la palabra que lo sigue se opone o se posiciona en contra de aquello que representa, por ejemplo: antiteatro, se opone a las convenciones y estructuras tradicionales del teatro clásico.
Así esta obra no se limita a ser una forma pasiva de entretenimiento, sino que busca ser una herramienta para la reflexión, el cambio social y la participación activa del público. En esta obra se cuestionan y desafían aspectos fundamentales del teatro convencional, como la división entre actores y espectadores, la linealidad de la narrativa. Con el objetivo de concientizar y provocar reflexiones en el público esta obra permite expresar opiniones, denunciar injusticias o plantear cuestiones controvertidas.
La idea de anti teatro, explica Francisco Bedoya, es tratada desde el absurdo, utilizando ese método para explicar algo que no te esperas. Lo plantea como una contraposición al hecho de contar una historia, presenciamos una reflexión de cómo funciona la mente. En lugar de seguir un guion fijo, este juego teatral permite una mayor espontaneidad y autenticidad en la actuación y, al mismo tiempo, permite adaptarse a las reacciones e interacciones del público.
Si la persona vive un hecho violento, los pensamientos lo viven también y luego lo recrean. Cuando siente miedo, ellos también sienten miedo y luego lo provocan. Son una especie de espejo que traga todo y luego lo refleja contra sí mismos.
Al final todo lo que pasó en el día es guardado, ellos (los dos personajes) le gritan a la caja cada palabra asimilada. En esas cajas se guardan todos nuestros pensamientos, emociones, recuerdos. Es allí donde se archivan. Cuando dormimos sin querer empieza el recorrido de todos los pensamientos buenos y malos del día, todo se queda, así finaliza el día y así sabemos que empezará otro nuevo, quizá mañana otra caja caiga y con otros personajes en escena la mente asimilará esa nueva realidad circular.
Ficha técnica.
Creación colectiva de Maritza Mármol, Cristian Valle, Erika Salvador, Francisco Bedoya.
Actuación: Cristian Valle - Maritza Mármol.
Dirección: Francisco Bedoya.
Vestuario: Erika Salvador.
Diseño audiovisual: Erika Salvador.
Asistencia: Gabriela Morales.