El Apuntador

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Cuando ellos se fueron: Cuerpos en presente / Juan Manuel Granja

Unos cuerpos en lento y arduo movimiento en un pueblo casi fantasma. Más que en los testimonios de un grupo de viudas de Plazuela, un pueblo en Tungurahua en el que ya han muerto todos los hombres y en donde no queda ni un joven o niño, Cuando ellos se fueron prefiere centrarse en esa congregación de cuerpos dados sencillamente a discurrir. La comparación de arranque es obvia y por eso mismo contundente: un pueblo que no consta en el mapa del Ecuador, unas mujeres que han heredado fotos de una vida que ha pasado demasiado rápido y que, sin embargo, en la memoria despliega todo un universo de rememoraciones. Lo que parece que no existe pero persiste. 

Este documental de poco más de una hora de duración se despliega más bien como un retrato minimalista y si decide abordar el presente justamente es porque termina experimentando la imposibilidad de aprehenderlo. La cámara y el cine mismo, entonces, se vuelven instrumentos shamánicos en el sentido que le daba Raúl Ruiz a esta palabra aplicada a la cinematografía: el poder para transitar entre la vida y el mundo de los muertos. Las rutinas y los rituales de estas ancianas implican una relación nutricia a la vez que ardua con la naturaleza aparte de una conversación fantasmagórica debida a una serie de soportes tecnológicos que vibran con música de otras épocas o fulminan los ojos con imágenes de una vida que se ha convertido en otra cosa. Fotografías, radios, discos y teléfonos funcionan como un circuito cerrado por donde circulan los restos de seres recordados y escenas recreadas en la mente. 

Foto tomada de https://www.lineaimaginariacinema

Así, ateniéndose a la materialidad de las ancianas, sus cuerpos y su vida cotidiana, la directora Verónica Haro Abril ha logrado sortear muchos de los clichés que han afectado al cine ecuatoriano. En lugar de diagnósticos sociopolíticos o fichas históricas, en lugar de estadísticas sobre la migración campo-ciudad, Cuando ellos se fueron se detiene en el conteo de una anciana que no recuerda bien cuántos nietos tiene o en otra que logra treparse a una camioneta para visitar el campo santo. De este modo, al evitar la explicación y enfocarse en el presente de estas ancianas (con toda la carga histórica y vivencial que el presente puede condensar en su visualidad misma), el documental es capaz de sortear la necesidad de un argumento más dramático. 

No hay heroísmo de la soledad, ni representaciones idílicas del campo, lo que hay es una red de relaciones de afecto y ritualización del tiempo. Cada tarea necesaria, como el aseo o la alimentación, se vuelven rituales de supervivencia no solo por el hecho de cubrir con las necesidades básicas sino por el uso mismo del tiempo, por la vivencia orgánica de una comunidad que ha encontrado formas de convivir basadas en alianzas pero que nunca adquieren en el filme un sobredimensionamiento utópico. Este grupo de mujeres ancianas intenta simplemente vivir eso que algún filósofo podría llamar la imposibilidad del presente: un aquí y ahora que se desdobla toda vez en recuerdo o ensoñación, la convivencia o choque de un estar-siendo-materia y una virtualidad mental. Y si bien esta convivencia/choque no se enuncia o se expone en la película de modo explícito, queda sugerida en la piel, en las miradas, en esas voces que el tiempo resquebraja pero carga de posibilidades de decirse.  

Verónica Haro. Foto: Carina Acosta. https://eltelegrafo.com.ec

Biofilmografía de la directora: Verónica Haro Abril nace en Quito, Ecuador en 1984. Realiza sus estudios universitarios en Cine y Televisión en la Universidad San Francisco de Quito. Es directora y productora del cortometraje Kira, ganador del concurso Diversidad Cultural en Barcelona. Ha producido 13 cortometrajes, 4 programas de televisión y ha participado en el equipo de producción de varios largometrajes ecuatorianos de destacados directores: 1809 – 1810 Mientras llega el día (2004) de Camilo Luzuriaga, Qué tan lejos (2006) de Tania Hermida, Saudade (2013) de Juan Carlos Donoso y Pescador (2011) de Sebastián Cordero. Ha sido docente en la Universidad de las Américas (UDLA) y Directora de Producción General en Titan.