Las formas, las ideas que nos gobiernan las hacen los hombres (más que las mujeres, lamentablemente), sus sueños y sus recuerdos. Los gobiernos parecen entonces como gigantes juguetitos para niños caprichosos que recorren sus dominios destrozando los coches de hojalata, rasurando muñecas o ensuciando ropas recién planchadas que sus madres se esmeran en producir. Las madres, las creadoras de las repúblicas.

Hombres ilustrados, mujeres que juegan al juego del macho -o sea, el de ser ilustrados-, mercachifles, depresivos y revolucionarios construyen la posibilidad del sueño, cada vez, por encima de atavismos y ganándole el pulso al monstruoso hombre capital, hombre ficción, hombre barbarie y muchos otros submundos humanos que se revelan en el proceso histórico del devenir. Hombres y mujeres en un mercado del quehacer renovador, renovando nuevas cárceles para la vida. Repúblicas refundadas en ideas propias fracasadas. La noción del fracaso como arquitecto de nuestros sueños.

El sentido del humor, tan nuestro, tan atrapado que parece que por momentos, al joven público de la sala de teatro de la casa Malayerba, lo domina y éste ríe a carcajadas, preso exclusivamente del gag escénico. Público joven y maestros de la escena que los hacen reír a un tiempo. La vieja tradición del teatro de corrala convertida en plataforma para decir cosas importantes. Teatro del divertimento, ojo al delgado límite. 

Ya en las tablas, una exploración que permite una producción cara: un mes y medio de trabajo creador, en algunos casos un lujo y en otros, un extracto o esencia del trabajo necesario para montar una creación escénica. Felizmente, estos navegantes cuentan con buen recorrido y la travesía toca tierra sin percances y algún que otro acierto y genialidad. Se agradece la liberación endémica de una puesta en escena ya en desuso: artesanía que se retira, dejando paso a cuadros clásicos que se renuevan como un fondo de armario y que proveen a la propuesta de una limpieza muy refrescante. Una pena ver una incierta gira en ciernes, más pena tener una casi certeza de una no temporada de este experimento, sino como un remontaje de un grupo de nacionales, que bien pueden ser los propios Malayerba.

La mezcla actoral, donde los diversos procederes siembra un ya fértil campo de trabajo lleno de dificultades, augura un espectáculo simultáneo: actores intentando contar lo que tienen que contar y a su vez, intentando contarlo desde el consenso creador. Las imprecisiones son apenas baches que un camino casi en atajo (procesualmente hablando), muestran en resultado lo que dialécticamente fue su proceder, sus ensayos.

Apuntes sobre la visión de La República Análoga, última producción dramatúrgica y escénica de Arístides Vargas, hombre sensible y de nuestro tiempo, director del grupo Malayerba de Ecuador y gestor de este proyecto que junta a creadores de los grupos Guillermo Troncoso, Compañía El Árbol Danza-Teatro, Centro Cultural la Casa Murga, y La Trinchera de Manta y el propio grupo Malayerba de Ecuador.

Así, el programa iberoamericano de ayudas a la creación escénica, IBERESCENA, comienza aunque con lento paso de caracol su andadura en nuestro entorno. La República Análoga, de Arístides Vargas, es una de las tres producciones que se han otorgado en la pasada convocatoria y que cuentan con un integrante ecuatoriano como contraparte de la producción, requisito indispensable para su consecución.

Así, los creadores se suman paulatinamente a las políticas culturales que los gobiernos subscriptores de estos convenios, mejor creen para desarrollar un lenguaje cultural en diálogo. Algunas preguntas alrededor de esta nueva dinámica se proyectan como necesarias. Sobretodo cuestiones que tienen que ver con los nuevos formatos desechables (obras que disfrutan de un par de funciones, a lo sumo), que obligan los pocos recursos que se entregan para gestar proyectos y que posteriormente tienen nuevas dificultades para seguir en las tablas. Dinero para producir significa dinero para distribuir, hacer giras y espacios para estos importantes empeños.

O si no, todo se convierte en una farsa -sobre la farsa. 

Ficha Tecnica 

Nixon García (Ecuador)– Omar 

Daisy Sánchez (Ecuador) – Madre 

Manuela Romoleroux (Ecuador) – Beatriz 

José Lino Suntaxi (Ecuador) – Doctor Carpio 

Mario Ruarte (Argentina)– Chester 

Guillermo Troncoso (Argentina) – Morales

Chicho Vargas (Argentina) – Renzo 

Gerson Guerra (Ecuador)-Torres

Dirección  Arístides Vargas

Dirección Actoral  Charo Francés

Asistencia de dirección  Santiago Villacís P.

Vestuario y escenografía  José Rosales

Diseño y Fotografía  Elena Vargas

Diseño Iluminación  Gerson Guerra /Arístides Vargas

Técnico  Daniel Aguirre

Música en Vivo  Julián de la Torre

Producción. Elena Vargas

Para saber más: http://www.iberescena.org/

 Revista Impresa # 45 Diciembre del 2008