EL CONTRALUZ DE ERNESTO | Santiago Ribadeneira Aguirre
El unipersonal Ernesto es una versión ‘singularizada’ de una parte de la novela Salvar el fuego del escritor mexicano Guillermo Arriaga, Premio Alfaguara 2020, dirigida por Sharon Olazaval y la solvente actuación de Tamiana Naranjo, que despierta el estupor ante la realidad que el personaje describe a contraluz de su condición de ser privado de la libertad. Es el mérito que tienen la puesta en escena y la actuación al concebir un personaje afectado por el encierro, que no se ha dejado tragar por la execrable situación.
En rigor, el acento está en el no-mundo de Ernesto (Tamiana Naranjo) como la expresión traslucida de la realidad. En ese contexto penosamente alabastrino, opalescente el personaje narra la sugestiva historia de su amigo Lucho, un perro con el que había entablado una potente amistad. “Cuando salga de aquí –dice– les daré de comer a todos los animales”. Son sus leyes que poseen la misma fuerza de apremio que le han llevado a resistir la reclusión, convirtiéndose él mismo en una especie de animal de costumbres, adecuado como está al mundo artificioso de este lado.
Ernesto comparte con su imaginación el periodo de tiempo que le resta en prisión, apenas comparable al periodo de tiempo que tiene cualquier ser humano entre su nacimiento y su muerte. La diferencia entre uno y otro caso, es el artificio humano, el truco o la treta que distingue las acciones según sea el destino de cada cual. Y el destino de Ernesto es la libertad de no tener miedo. Entonces señala el convencimiento de la sentencia: “este país se divide en dos: los que tienen miedo y los que tienen rabia”.
Sharon Olazaval dice que la obra Ernesto constituye una exploración, en el sentido de haber puesto el acento de una búsqueda que mantiene intactas, a lo largo de los aproximadamente veinte minutos que dura la obra, la consistencia de la actuación, (el personaje es un varón, por lo tanto también había que trabajar el sentido de la masculinidad) el manejo del espacio, las partituras corporales, el gesto como las verdaderas razones de la singularidad de la versión que partió de la novela de Arriaga.
Ese es el ‘contraluz’ de una lectura previa, que es el origen de una forma particular que tiene el personaje para entender el mundo desde una realidad externa que es la ‘verdadera cárcel de la cual ha podido escapar. “Esta cárcel no es mi cárcel, estas celdas, los pasillos húmedos, estos guardias, esta comida no son mis cárceles. Mí cárcel está afuera”.
Por lo tanto, la postura de Ernesto respecto de la noción de libertad, la evocación constante a la figura de su amigo fiel, el perro que seguramente murió de inanición, es considerar la futilidad de la existencia humana más allá de los muros de la cárcel. No hay ningún trasfondo de salvación que pudiera estar definido por el arrepentimiento o la trascendencia. Tal vez un soplo de ensalzamiento o de apoteosis finales cuando la vida se convierte en un simple ‘placer sin imágenes’ (Rilke) y la realidad es un campo de ruinas sobre las cuales el personaje se retuerce, aúlla como una determinación de dañosa trascendencia.
Es grato conocer que detrás del trabajo dramatúrgico, de dirección y actuación de Ernesto hay un proceso sostenido, que pudo presentarse, además, en el espacio especial de Microteatro UIO (Yáñez Pinzón N25-106 y Colón) que se ha convertido en un lugar de grato encuentro y de disfrute.
Ficha técnica
Dirección : Sharon Olazaval
Actuación: Tamiana Naranjo
Lugar: UIO Teatro 2023 (Pinzón y Avda. colón)
Tamiana Naranjo: Actriz, bailarina, directora, coreógrafa, docente en danza contemporánea y artista. Su formación fue en Ecuador, Bolivia y Argentina, todo relacionado al teatro, a la danza, al mimo, a la expresión corporal, y a la dramaturgia, entre otras. Fue integrante del grupo de Teatro Malayerba y estuvo en varias obras de teatro dentro y fuera del grupo.
Sharon Olazaval: Dramaturga/guionista, directora y actriz peruano-ecuatoriana formada en el Laboratorio de Teatro Malayerba (Ecuador) y Licenciada en Cine y Tv de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Escribe dramaturgia, guiones, crítica y piezas de no-ficción. Dirige lo que escribe y, ocasionalmente, lo que no. Actúa de vez en cuando y edita siempre que puede. En la actualidad reside en Quito.