El Apuntador

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EL SUEÑO DE LOS 300 MILLONES Santiago Ribadeneira Aguirre

Si se pudiera concebir una textura del pensar esa debería estar en el territorio de quienes han decidido desplazarse (dejar su patria) para liberarse de las malas experiencias y añorar un mundo cuyos contornos estuvieran en la extravagancia de los sueños, tanto que hasta lo negativo (en el sentido existencial e histórico) se vuelve una contradicción. A esto se añade aquel principio que Brecht lo descifra en el recorrido y la lejanía que obligan a los migrantes a ‘borrar sus huellas’, para ocultar la desesperación, el desasosiego que se expresan con vehemencia y confusión en el propio desarraigo del lenguaje. Algunas de estas consideraciones filosóficas, estéticas y literarias están en la obra de teatro 300 millones del escritor argentino Roberto Arlt.

300 Millones. Luis Panamá y Vanessa Vargas. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

Roberto Arlt, seguramente, pensó en lo propio y en la conciencia de la tierra al escribir 300 millones, estrenada en 1927.[i] Lo que hizo el escritor argentino fue un ejercicio vitalista, en el que el sufrimiento y la conciencia de la situación de los menesterosos, se advierten como categorías estéticas y morales. ¿Una estética de la existencia como pretendía Foucault en la interpretación de Thiebaud; una historia del presente como identidad? (Historia del nombrar, Ed. Visor, Madrid, 1990, p. 207, citado por F. Castro Flórez en Conmutaciones, p. 38). Si alguna peculiaridad ontológica se puede encontrar en el texto de Arlt, es aquella sobre el ser, el antes y el después, y su encarnación en un cuerpo desplazado.

300 Millones. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

Los estudiantes del Noveno semestre de la carrera de Artes Escénicas de la Universidad Central de la FAUCE, hicieron una adaptación de la obra 300 millones para volver a posicionar el problema del desarraigo, la migración y la precariedad social, recreando el caso de Sofía, una sirvienta extranjera que se suicida después de haber permanecido toda la noche sentada en el borde de su baúl, en un cuarto mugriento, ‘pensando en un futuro incierto’, sin haber podido superar el estado de soledad y de incertidumbre. La luz de su habitación había quedado encendida después que ella salió esa mañana. Esa realidad atroz como una pesadilla, es lo que trasciende en la puesta en escena del grupo, para describir la singularidad de este laberinto existencial y emotivo (aunque la abundancia de tramoya es evidente además del innecesario tango de Piazzola del comienzo) desdibujando los esbozos y el perfil psicológico del personaje que busca una salida al vacío que le inunda.

300 Millones. Stefanía Toapanta y Jean Muñoz. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

Hay que destacar en esta versión de los estudiantes de teatro, un montaje profuso pensado en imágenes visuales –en ocasiones excesivas– de plasticidad dramática, que desenmaraña de alguna manera el plano conceptual del texto de Arlt. El espejismo y el sueño de Sofía (tener 300 millones que cambiarían su vida) están en la simulación y las máscaras, personificadas en los personajes que enrarecen la atmósfera con pesadillas. Los  repetidos intentos de Sofía por cambiar la realidad, realizando muchos empleos precarios, chocan con los hechos: ella está condenada a estar en el fondo último de la condición humana vencida por el infortunio.

300 Millones. Lenin Logacho y Kevin Ruales. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

La última imagen de Sofía recostada en la vía pública, es la expresión furibunda de una inmedible ‘dialéctica de la soledad’ (Octavio Paz). Rodeada de policías, medios de comunicación y de un grupo de curiosos que apenas pueden entender la dimensión de esta tragedia cotidiana, Sofía es como un desprendimiento conjetural e ingenuo de una forma de pensamiento, que puede ser el efecto sutil y rebuscado de lo inacabado. Las cientos de flores que han caído sobre el lugar es el lapidario final de un viaje de lo único humanamente posible: el miedo y el suicidio.

300 Millones.Miguel Ávila, Sofía Villalba, Luis Panamá, Pamela León, Jessenia Quilca, Erick Ruiz yJolaho Crespo. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

La estructura pedagógica con la cual el Noveno semestre de la carrera Artes Escénicas enfrentó la adaptación de la obra 300 millones, está constituida por: Itinerario de Dirección y Dramaturgia, Ivannia Michelena; Itinerario de Interpretación Compositiva: Ana Lía Borja; e Itinerario de Escenotecnia: Pepe Cueva.

 FICHA TÉCNICA

SOFÍA: Abril Toapanta/ Leslie Nogales/ Shirley Guingla/ Alejandra Parra

CHARLY: Miguel Ávila/ Ronny Chasiguano/ Lenin Logacho

ROBERTO: Pamela León

MUERTE: Jean Muñoz

CAPITÁN: Armando Morales

MARTÍN: Erick Ruiz/ Luis Panamá

SOBRINA: Jennifer Chicaiza

ABUELA: Zu Vásquez

ANDREA: Keisha Carvajal/ Camila Aguirre Macas

GABRIELA: Sofía Villalba/ Damaris Luna

PAULA: Katherin Encarnación/ Indira Palacios

DON PUENTE: Kevin Rúales

COYOTE: Cindel Flores

DOÑA PATRICIA: Blanca Jami

HOMBRE CÚBICO: Aracely Agualongo

DEMONIO: Jolaho Crespo

REINA BIZANTINA: Vanessa Vargas

ENTREVISTADORA: Jesenia  Quilca

FOTOGRAFÍA: Anthony Haro

DISEÑO GRÁFICO: CaMila Aguirre Macas

CONTACTO DE PRENSA: Shirley Guingla

LUGAR: Teatro de la FAUCE 

Nota sobre el autor

La narrativa de Roberto Arlt (1900-1942) desde la primera mitad del siglo XX, instaura -como Borges- un paradigma literario que influirá en la narrativa argentina de su época y en la contemporaneidad. Pese a su corta vida, su obra abarcó diversos géneros, la novela, en la que se destacan El juguete rabioso (1926), Los siete locos y Los lanzallamas (1929 y 1931) y El amor brujo (1932). Vinculado al periodismo, publica numerosos cuentos, recopilados en El jorobadito (1933) y El criador de gorilas (1941), y sus famosas aguafuertes en revistas y diarios como El Mundo. La locura, la marginalidad, la humillación, la traición, la conspiración política, la invención técnica serán los principales temas de toda su narrativa. Sus ficciones tienen como escenario principal a Buenos Aires y como protagonistas a personajes de la clase media, en el contexto de la crisis económico-social y el desasosiego ante la inminente guerra mundial durante las décadas de 1920 y 1930. También se dedicó al teatro y sus obras fueron puestas en el Teatro del Pueblo. Ocupó un lugar excéntrico en el campo literario y, si bien su narrativa incorpora el lenguaje coloquial, su estilo no fue el del realismo tradicional, sino que estuvo próximo a la vanguardia histórica con su impronta expresionista, creó una estética del grotesco y realizó una exploración del fantástico. Desde esta perspectiva original, Arlt logró un aporte renovador de gran trascendencia en la historia de la literatura argentina.

https://www.cervantesvirtual.com/portales/roberto_arlt/

 

 

 

 

 

 

 

 

 








[i] La obra surgió de un hecho policial sobre el que Roberto Arlt tuvo que escribir una crónica siendo reportero del Diario Crítica, en el año 1927. Se trataba del suicidio de una sirvienta española, que se tiró a las cinco de la madrugada a las vías del tren que pasaba frente a la casa en donde trabajaba. Cuando empezó el autor a investigar sobre el caso en cuestión, le llamaron la atención tres detalles: la dueña de la casa le comentó que la criada no durmió la noche en la que cometió el suicidio, que pasó la noche sentada en el baúl inmigrante, y que al salir a la calle, había dejado encendida la luz de su habitación.

Después de este suceso, quedó en su cabeza la imagen de "una pobre muchacha triste que, sentada a la orilla de un baúl, en un cuartucho de paredes encaladas, piensa en su futuro sin esperanzas, al amarillo resplandor de una lamparita de veinticinco bujías".

https://es.wikipedia.org/wiki/Trescientos_millones#Resumen_y_an%C3%A1lisis