Indómita Morada. Dramaturgia de Nadia Rosero
Prólogo
Lola Proaño Gómez Quito, 5 de abril 2016
Indómita Morada incluye cuatro textos dramatúrgicos de Nadia Rosero, joven autora que se revela con una escritura original, profunda y muy rica en metáforas y sugerencias que envían al lector mucho más allá de la letra impresa.
Esta recopilación que incluye El cuerno del poder, Tinta negra, Cabeza sin mar y Exús Machina y muñeca, coloca a Nadia como destacada dramaturga ecuatoriana que se inserta en la corriente del feminismo más contemporáneo en tanto coloca el tema del género en la intersección con otras problemáticas que atraviesan de igual modo la vida de las mujeres. En efecto, a la escritura de Rosero parece subyacer siempre la problemática de género imbricada con otros temas como el poder, la injusticia, las pasiones políticas e incluso ciertos guiños a temas clásicos tradicionales como la imperiosa necesidad de darle un entierro digno a un hermano decapitado, lo que no puede dejar de recordarnos a la Antígona de Sófocles. A todo esto se agrega el problema de la inmigración, tratado en la primera de las obras de la antología, la denuncia de la complicidad de los medios que no permiten conocer la verdad referida a los bombardeos de los pueblos árabes, el odio de clase que lleva a realizar acciones cuya vergüenza se metaforiza en las manos negras que obligan a sus dueñas a cubrirlas con guantes, por ejemplo. Todos los temas parecen unificarse bajo la denuncia de los excesos del poder que no duda en dar muerte a quienes se le oponen tal como podemos leer en Cabeza de mar y El cuerno del poder.
Sus protagonistas son, en todos los casos, caracteres complejos que presentan facetas multidimensionales e incluso contradictorias. Son mujeres que, además de permitirnos reflexionar sobre el status femenino, exhiben su potencialidad tanto para la defensa de algunos valores, como para el odio y el desconocimiento de otras mujeres en tanto seres con derechos, como sucede en Tinta negra respecto de Magdalena, la empleada. Laura, uno de los tres personajes femeninos de Tinta negra pertenece a la clase antagónica al peronismo e impulsada por su amiga conectada con los círculos políticos más altos, realiza la hazaña “heroica” de pintar aquella leyenda malvada de ‘Viva el cáncer’ cuando Eva está muriendo. Sin embargo, hacia elfinal de la obra, el mismo personaje se pregunta por su libertad, cuestiona su vida de burguesa presa de los roles de esposa y madre, quiere huir con el criado de clase más baja que ella y al final incluso expresa su admiración por Eva por ser la única mujer que realmente se ha atrevido a exigir de la sociedad otro rol para ella.
Igualmente Mariana, protagonista de El cuerno del poder, la mujer libia inmigrante que se encuentra en Buenos Aires, ha perdido su nombre/identidad y cuestiona el poder de la ATAN (¿Otán?): los bombardeos exterminan a los “ángeles dormidos” y expulsan a los habitantes del territorio árabe. El personaje es complejo, pues mientras cuestiona la guerra, típica del orden patriarcal, a lo largo del drama clama por su Padre e incluso afirma no poder levantarse de sus caídas sin su ayuda y busca acercarse a la imagen occidental de la mujer.
En Cabeza sin mar también la protagonista lucha en aras de alcanzar la justicia. Guaca exige a su hermana Adriana ser su cómplice en la recuperación y ocultamiento de la cabeza de su hermano Antoquio, que ha sido colocada en el mástil, por Burka el Pirata asesino. La trama nuevamente destaca la valentía, la resistencia y la persistencia de la protagonista para resistir al poder.
La mujer, objeto de intercambio y de negociación política aparece también en El cuerno del poder. Según Miranda, la protagonista, “los novios vienen a casarse conmigo y saldar las deudas de mi padre”. La mujer aparece encerrada en “trampas invisibles... que no se ven pero existen”. Los mandatos sociales respecto del rol femenino, están tan internalizados que incluso Miranda, la mujer libia inmigrante, trata de imitar la sonrisa del cartel de la “dama con piel
delicada y ropa interior sexy” del anuncio de Chanel, aunque le es imposible lograrlo. La mujer árabe está, tanto como la occidental, sometida a los ritos de belleza y a la moda, un modo de limitar y moldear la personalidad y la acción en su existencia. El texto más evidentemente feminista es Exús Machina y muñeca que gráfica y explícitamente muestra a la mujer como objeto de mercado, tocando así un tema muy contemporáneo: la trata de blancas en Latinoamérica.
De este modo Nadia, con una dramaturgia en la que el tema del género y la situación de la mujer en la actualidad está en primer plano, no descuida otros aspectos tan importantes como la injusticia de la guerra, el abuso del poder de los países hegemónicos que causan el desplazamiento de los habitantes de los territorios atacados, la división y el odio de las clases sociales y la falta de ética de los medios que informan de acuerdo a conveniencias y amarres políticos y económicos.
La dramaturgia de Rosero se caracteriza por un lenguaje muy cuidado y una potencia metafórica notable que son funcionales tanto para el fortalecimiento de las tesis que defiende, como para lograr el impacto emotivo e intelectual que causa su lectura. Por ejemplo, Marianaha sido “arrancada” de su tierra, no se trata pues de una inmigración voluntaria; los inmigrantesse autodefinen como “la huella que recorre la memoria” y “la sombra que dejan morir en lascalles”. Ellos, los inmigrantes, han sido arrastrados a una existencia en la que se vive “de Coca Cola y bazuco”. Miranda dice ser “la cloaca de la ciudad”, dormir cerca de las alcantarillas, vivir de las sobras y ser expulsada de los “lugares refinados”. La violencia de la inmigración causada por las guerras impulsadas por el afán globalizador de la economía y la lucha contra ideologías distintas a aquella del imperio, está metaforizada con la violación sexual:”Me corto las venascada vez que el mundo me abre de piernas” (Miranda).
Las mujeres protagonistas están “peleadas con el poder mediático, económico ypolítico del mundo”, así Miranda –como las mayorías del mundo—ha sido “inyectada por un cúmulo de noticias catastróficas” por lo cual ella vive en “estado de autoshock cada vez queaplasta el botoncito del control remoto”. Al mismo tiempo los presentadores de la televisión sonlos ‘sabuesos de la ATAN” que narran como dispararon contra “ángeles de camisetas coloridas” cuyos “cuerpos iban cayendo” junto con “los sueños de un futuro más progre”. Por su parte, elpresentador reconoce que “En vez de la ciudad de pájaros creamos la ciudad de ángeles caídos... [cuyas] almas desconcertadas abandonaron sus cuerpos”. Más tarde concluye la noticia diciendoque “Su inocencia la lanzamos en el muelle”. Una sucesión de variadas y decidoras metáforas que logran afirmar más que los buenos argumentos.
Además de la riqueza lingüística y metafórica, Rosero recurre también al retroceso temporal gracias a recursos cinematográficos. Por ejemplo, del cuerpo de Miranda, mujer, “sale una niña pequeña” que en el espacio de los recuerdos de su infancia se comunica con su padre. El espacio teatral fluctúa no sólo en el tiempo y el espacio sino que se traslada también al espacio de la escena, la imaginación de Mariana que se teatraliza cuando Zarafi, el padre de Mariana, aparece y afirma, “Mi voz celofán flota en la liviandad de las almas ausentes”.
Sin necesidad de explicitar todos los aspectos de los temas tratados, gracias a una excelente escritura, Rosero transmite no sólo los hechos dramáticos sino las emociones, los problemas y la complejidad de las situaciones en que sus personajes se ven involucrados. La dramaturgia de Rosero es rica en temas, contemporánea en sus preocupaciones y exhibe una destreza lingüística notable. Gracias a ello Nadia Rosero logra transmitirnos de modo impactante dudas, protestas y esperanzas referidas al contexto actual no sólo latinoamericano sino mundial.
SOBRE EL CUERNO DEL PODER
Arístides Vargas
Entre las funciones del teatro, que no son pocas, suelen estar las de hablar en nombre de alguien, ese alguien puede ser una clase social, una colectividad ofendida, una idea, o sencillamente una persona que no se siente contenida por una realidad impostora basada en la mentira, el simulacro y la imposición, este es el caso de Miranda un personaje de Nadia Rosero, es raro decir un personaje de Nadia – autora, habla en nombre de Miranda – personaje, reclama una realidad coherente que le sostenga y le dé sentido; la muchacha en busca de su padre, la muchacha en los márgenes del deshecho humano, la muchacha sola en una ciudad inanimada, son las realidades que atraviesa este personaje, o son realidades que este personaje crea para ver si en una de ellas hay algún signo afectivo, algo que le ayude a vivir entre tanta violencia y mentira.
Miranda viaja de una realidad a otra, de una Miranda a otra, para constatar que la única salida es no estar integrada al modo de vida que nos ofrecen todo el tiempo, modo de vida disfrazado de felicidad desolada y triste; inventa personajes y situaciones porque debe viajar buscando algo que calme.
La dramaturgia de Nadia rosero es cuidada y profunda, para nada complaciente, que busca dentro de sí las palabras que hay sacar para soltar amarras de aquello que nos angustia, o que nos duele, aquello que hay que olvidar escribiendo .
Quito, 18 de agosto 2014