El Apuntador

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La distancia recuperada; el signo artístico como medio de comunicación emotiva y significativa / Marcela Correa

Retahila es un juego planteado entre siete miembros de TALVEZ, y basado en respuestas, y respuestas a respuestas. Iniciando con siete partituras, una creada por cada jugador, la retahíla sigue con el envío de cada partitura al siguiente jugador. El receptor reacciona a los signos/sensaciones recibidas y crea su respuesta para enviarla al siguiente participante, y así sucesivamente. Se construyeron de esta manera siete retahílas, cada una con siete entregas: la partitura original y sus seis respuestas.

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Retahila no se plantea como una obra artística acabada, sino como la posibilidad de diálogo sensible y significativo que se abrió desde el lenguaje del arte.

¿Qué busca el arte? Mover, movilizar, conmover, golpear, producir una reacción, algo que puede llamarse una ‘emoción estética’. Para llegar a este estado, el espectador entra en un diálogo con la obra de arte: mira la obra, lee sus signos, es (o no) con-movido por ellos, y desde esa emoción, obtiene significados propios. Este diálogo sólo es posible desde una relación personal, íntima entre el espectador y la obra de arte, donde las emociones y significados encontrados son siempre individuales, propios. El artista creador de la obra mirada, no entra en este diálogo, por el contrario, su presencia debe distanciarse para estrechar la relación obra de arte/espectador.

En Retahila se confirmaron otras posibilidades del arte: su lenguaje como vehículo para el encuentro con el otro; Retahila posibilitó un diálogo con el autor detrás de la creación, pero a través de la fuerza del signo del lenguaje artístico. El potencial emotivo del arte fue el disparador de un diálogo significativo y emotivo. Cada jugador de Retahila recibió una creación llena de signos propios de su creador, y desde su lectura, personal y emotiva, produjo su interpretación, cargada de nuevos signos para el siguiente lector. Cada participante de este juego obtuvo seis contestaciones a su propuesta inicial, contestó seis veces a cada uno de sus compañeros y observó cuarenta y una interacciones entre ellos. En el aislamiento de la pandemia, Retahila logró una conexión entre los miembros de TALVEZ, rica, profunda y cargada de sentido.

El juego, tema recurrente en TALVEZ, es otro medio de creación, en el arte, a mirar y considerar. El juego o el estado de juego como plantea Miguel Sicart en su libro Play Matters, elimina la seriedad personal, desvirtúa las reglas (aunque todo juego tiene reglas de base), trastoca la moral, permite la trampa y cualquier solución al alcance para conseguir la meta planteada. El juego crea así, nuevos mundos (Sicart), por lo que, iniciar una opción artística desde esta mirada, siempre llevará más allá, cualquiera que sea ese más allá.