LA POÉTICA EN EL SILENCIO DEL CARBÓN/ Santiago Ribadeneira Aguirre
La historia del minero joven expulsado del ‘pique’ o la veta de la mina de carbón, está detrás de cada personaje como una huella única y casi excepcional. La historia, recreada por el grupo chileno de marionetas Silencio Blanco, a partir del cuento corto de Baldomero Lillo El chiflón del diablo, está hecha sobre la base de algunas subjetividades que estallan desde la desbordante puesta en escena, meticulosa, precisa, para subrayar las escansiones silenciosas del tiempo, marcadas por los sonidos del cincel golpeando la dura roca, la sucesión vulgar de los días y las noches que pasan por los intersticios de la mina, la respiración incesante, la madera hinchada por la humedad salina que sostiene parte de los túneles, la atmósfera que se balancea como si fuera un armatoste.
Los únicos acontecimientos destacables, parecen ser el derrumbe inesperado de la mina que sepulta al barretero, apodado Cabeza de Cobre; el fragor de la espera, los ruegos de la madre, una mujer alta y delgada de pelo blanco, las junturas esporádicas de los vecinos que comentan a lo lejos, las visiones interpuestas de quienes manejan el poder local y más allá, otra vez la vida doméstica de los habitantes de la vieja ciudad de Lota (‘louta’, pequeño caserío) en la región del Bío Bío al sur de Chile, que solo por presunción, quieren oponerse explícitamente a aquellos que han marcado desde hace un siglo el curso de sus vidas. Son los acontecimientos sensibles que componen la trama esencial de las ficciones: morir de hambre o morir bajo los escombros de un derrumbe de la mina.
“La galería del Chiflón del Diablo tenía una fama siniestra. Abierta para dar salida al mineral de un filón recién descubierto, se habían en un principio ejecutado los trabajos con el esmero requerido. Pero a medida que se ahondaba en la roca, ésta se tornaba porosa e inconsistente”. Es el tono del relato original de Lillo, que sufre una venturosa transcripción dramática al rumbo ficcional del personaje, que crea lazos sonoros, gestuales para dibujar escénicamente la línea recta del tiempo, invariable de la mina y de los acontecimientos.
La madre de Cabeza de Cobre le pregunta con una voz sin edad sobre su trabajo del día. Lo que vemos los espectadores es la magia maravillosa del teatro de marionetas de varilla, el recurso cinematográfico de la elipsis sin palabras aplicada al relato, la iluminación sorprendente y una escenografía que gira, que sube o baja, se desplaza azotada por los ecos circulares que llegan de todos partes, desprovistos a lo mejor de todo sentido inteligible. Las vidas desconocidas de los mineros de Lota, se perciben en las formas temblorosas, en el universo sensible de las coexistencias, en la subjetividad de la parentela, de la madre, en el ‘hogar humilde donde había cierta decencia y limpieza, por lo común desusadas en aquellos albergues donde en promiscuidad repugnante se confundían hombres, mujeres, niños y una variedad de animales que cada uno de aquellos cuartos sugería en el espíritu la bíblica visión del Arca de Noé’. No es viable un ‘efecto de realidad’ sino la coincidencia plausible con la ‘racionalidad poética’.
El Colectivo Silencio Blanco de Chile, concibe el gran recurso de la vida corriente de los personajes y la combinación de una dramaturgia del movimiento, como la tensión poética que se desdobla entre los ámbitos de la mina, los objetos diversos, la atmósfera empolvada que se disemina en una ‘democracia de las percepciones’ (Rancière), como un hecho virtual que fulgura y le da sentido a la nueva ficción del Chiflón el silencio del carbón. Los acontecimientos cambiantes de la historia de Baldomero Lillo, ahora son imágenes, retumbos, detalles impregnados en las marionetas blancas de papel, una totalidad orgánica con los actores/manipuladores que emociona como querían Platón y Aristóteles: ‘la poesía no está en la música o en las palabras sino en la ficción’.
El grupo se presentó en el Teatro México dentro de la Fiesta Escénica organizada por la Fundación Teatro Nacional Sucre; y en la Facultad de Artes con el auspicio de la Embajada de Chile y el Consejo Provincial de Pichincha. Al finalizar la función sus integrantes dialogaron con el público y los alumnos de la Carrera de Artes Escénicas. Una intensa participación con preguntas y respuestas sobre la trayectoria de los artistas, el proceso de adaptación del texto, la confección de las marionetas, etc. El Colectivo también estuvo en Loja y Cuenca.
Corolario personal
Debe haber sido en 1971 o 1972 que pude hacer un reportaje sobre las minas de carbón de Lota, cerca de Concepción. Trabajaba como periodista en el diario El Siglo de Santiago cuando recibí la invitación para conocer la realidad de la minería y de la ciudad adosada a la explotación del carbón de hulla, intervenida después de 1970 por el Estado, que además había expropiado el Palacio Cousiño, perteneciente a la millonaria familia dueña de los yacimientos.
Hice el recorrido completo hasta el pique ubicado a más de tres kilómetros del océano Pacífico y cerca de mil metros de profundidad. Una experiencia extraordinaria para enteder parte de la realidad de los mineros y de la comunidad, ligada a las formas de explotación más precarias y perversas que imponía una visión deshumanizada del desarrollo. Finalmente las minas fueron cerradas a comienzos de los años noventa y ahora son visitadas por turistas y curiosos del país y del extranjero.
FICHA TÉCNICA
Santiago Tobar: Co-fundador | Director Artístico | Realizador de marionetas
Dominga Gutiérrez: Co-fundadora | Productora Creativa | Intérprete
Intérpretes: Dominga Gutiérrez, Rodolfo Armijo, Camila Pérez, Marco Reyes, Camilo Yáñez.
Diseño Sonoro: Ricardo Pacheco
Diseño Iluminación: Santiago Tobar
NOTA: (La elocuencia emocional de sus marionetas así como la profundidad de sus temáticas los ha llevado a destacados escenarios nacionales e internacionales, entre ellos México (Escénica Festival), Bélgica (Krokus Festival), Francia (Festival Mundial de Teatros de Marionetas Charleville-Mézières), Portugal (Lisboa Capital Iberoamericana de Cultura, Próximo Futuro) Fundación Gulbenkian, Museo de la Marioneta), Polonia (Animart Festiwal, Lodz), Reino Unido (Brighton Festival), entre otros.