El Apuntador

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Diva de divas / Genoveva Mora Toral

Una historia de pasión y olvido

Guardando las inmensas distancias, esta suerte de monólogo/narración puesta a consideración del público, no deja de referirme al poema del indispensable Borges, no porque Toty Rodríguez esté hablando de la muerte, sino porque, parafraseando al poeta: “Bajo el indiferente azul del cielo, esta meditación es un consuelo”.

Y, es que Diva de divas, donde la figura de Toty es la figura de la vida, la suya, puesta en escena con nostalgia y, me atrevería a decir, con algo de tristeza.   

 Una narración contada a través de su propia voz, no importa si en la escena la llamen Carolina, de hecho creo que es un artilugio innecesario, porque es ella quien, luego de haber mostrado antes del inicio de la obra, una serie de fotografías que constituyen el archivo de su vida en Europa, la que toma la palabra para hacer el recuento de una carrera, enfocada principalmente a la etapa cuando Ella, gracias a su título de Miss Ecuador, pudo acceder a las pasarelas y formó parte de lo que hoy conocemos como las top model, actividad que la llevó a saborear las delicias de la fama.

Divas de divas . Toty Rodríguez . Fotos Silvia Echevarria El Apuntador

Narrada en primera persona, con una escenografía mínima, donde lo preponderante es la figura del maniquí, Armelle, quien, por un lado, se convierte en su alter ego, porque presumimos que aquella era la medida de su belleza, así como la testigo de su andar en el tiempo. De igual modo, un libro de fotografías colocado en su tocador es el leimotiv de su narración.

 Su voz se sostiene en la anécdota, en el inventario de circunstancias y nombres famosos que la apoyaron para subir al andarivel de la fama. No obstante, ella ha sido la portadora de sus sueños y realidades, de manera que su presencia reafirma al público que Toty Rodríguez está compartiendo su pasado y también su presente.

Toty Rodríguez

La nostalgia de que todo pretérito fue mejor, no la podemos evitar, como tampoco eludir la constatación de que la situación de lxs artistas en este país es, por decirlo menos, muy frágil porque no cuentan con ningún tipo de respaldo, su trabajo no se ha incluido dentro de la nómina de beneficios sociales.

Toty ha sido una figura pública, querida y requerida para ser maestra en acontecimientos televisivos y fuera de la pantalla. Actriz de cine y teatro, enamorada de su oficio y de la vida, sin embargo, su pasión no ha bastado para, a la par de su figura pública, obtener una estabilidad económica. 

Como señalé alguna vez, Toty Rodríguez es una más en la lista de actrices ecuatorianas que ha entregado su contingente a cambio de nada, es decir, no cuenta con ninguna garantía social, ni retiro alguno; y como ella bien lo afirmó en un momento, “es una plurisubempleada, y no me da vergüenza, tengo que trabajar para vivir”. Lo hace con mucha dignidad y entrega.  De hecho, esta obra es muestra de esta afirmación.