¿MADRE SOLO HAY UNA? / Jhonatan Salazar Achig
Escuché la frase “madre solo hay una” hace mucho tiempo atrás. De hecho, todos en algún momento la hemos escuchado y sabemos que quizá la expresión proviene de una frase común que siempre se menciona cada año cuando nos acercamos al Día de la Madre. Acaso les suena la frase “madre solo hay una y como tú ninguna”. Pero esta puede tener muchos sentidos y no solo el emotivo que se le ha dado; en este caso, tras mirar el monólogo de Alexandra Puyol “La Alex” titulado: Madre solo hay una, encontré a la frase un sentido un poco más reflexivo.
El monólogo se presentó en el Teatro Victoria con motivo de la conmemoración del Día de la Madre. En escena vemos a una mujer de mediana edad que se ha pasado de copas y que se desahoga contando, con humor y picardía, sus experiencias como mujer y madre. Nos dice en un momento de la obra que “para ser mujer hay que ser bien macha” y recalca que se refiere a tener coraje y ser fuerte, para sentenciar finalmente: “para ser madre hay que ser remacha o en lenguaje cotidiano, ser arrecha”.
Así, en el monólogo, usando el tono confrontativo y coloquial, lleno de doble sentidos, se va hilando sus experiencias de niña, de joven, de adulta y finalmente sobre ser madre, sin romantizar ese rol, sino discutiendo con la moral. Nos hace entender que fue madre de 11 hijos, pero puede ser que ninguno haya existido, sino que todos son producto de su mente o de sus delirios de su vida sumida en la bohemia.
No cuenta sobre sus “experiencias” donde revela la indiscutible dualidad de la maternidad, donde ser madre puede ser una experiencia de gran alegría y amor, pero también puede ser una práctica desafiante y agotadora. Y reconoce, sin tapujos, una amplia gama de emociones y que no siempre todo será fácil. La maternidad implica sacrificar tiempo, energía y a veces incluso sueños personales.
Vemos a una madre abrumada, una maternidad que no es una experiencia única y universal, sino atravesada por las circunstancias individuales y desafíos únicos. Entonces uno reflexiona sobre lo importante de reconocer y respetar la diversidad de experiencias maternas, como la maternidad soltera, la adopción o la crianza de hijos no biológicos.
Estas son solo algunas reflexiones sobre la maternidad que su monólogo me despertó, pero hay muchas más facetas que nos desentraña. Como por ejemplo la maternidad no biológica, o la maternidad de crianza temporal, otras formas de experimentar la maternidad para aquellos que no pueden tener hijos biológicos, hablamos de sobrinos, ahijados, estudiantes o niños en sus comunidades. ¿Qué es ser madre? nos cuestionamos en última instancia.
La maternidad puede manifestarse de muchas maneras y lo importante es reconocer y valorar la diversidad de experiencias maternales y el impacto que pueden tener.
De la obra me llamó la atención también el sentido jocoso de todos los asuntos narrados, donde se exploran temas tabúes. Eso le sirve para de alguna manera poner en palestra cuestiones cotidianas que se deben criticar. Está el detalle de romper la cuarta pared que fue muy bien abordado. Usa también un texto que explora el uso del lenguaje. Nos advierte que ahora se economizan las palabras, y por tanto se economizan los sentimientos, nos recalca. Saca esa conclusión cuando advierte que sus ‘supuestos hijos’ le dicen “ma” y no mamá.
Ese tipo de humor con doble sentido, abarca el monólogo desde los primeros años de la maternidad hasta el síndrome del nido vacío, cuando ya todos los hijos se han marchado del hogar. “La Alex” se mueve como una comunicadora de emociones, de pensamiento y de reflexión a través de sus textos.
Ficha técnica
Teatro victoria
Actúa: Alexandra Puyol, la Álex.
Mayo 2024