Paola Navarrete + Da Pawn: vínculos puntuales / Juan Manuel Granja
Paola Navarrete abrió el concierto que la unió a Da Pawn en un show a dos tiempos en el Teatro Nacional Sucre. La emoción de los músicos era palpable: en sus intervenciones hicieron sentir lo gustosos y agradecidos que estaban por el hecho de presentarse en un escenario tan apreciado pero que, por otro lado, es objeto de críticas debido a cierto exclusivismo musical en su programación anual. Polémicas aparte, el aura consagratoria que emana este teatro con su vecindario colonial, su frontispicio compuesto de figuras mitológicas o su gran telón frente a filas de asientos que reparten su color vino por toda la sala, hace patente los alcances actuales del movimiento musical denominado coloquialmente como “la escena”.
Me refiero a aquella fracción auto gestionada de la producción musical nacional (pop alternativo, indie rock, lo-fi... y etiqueta tras etiqueta) que, sin formar parte del consumo popular masivo, se promociona –vía videoclips, posts y otros archivos compartidos– gracias a internet. Es decir, música que nace de un movimiento joven y cuya estética dialoga con lo que se considera cool y contemporáneo en la aldea global. En una palabra, una escena local cuya dieta formativa en gran parte consistió, como la de su público, de música en inglés. Un público que colmó el teatro, coreó la mayoría de canciones y, como es común en esta era de prótesis rectangulares, capturó buena parte del concierto en sus teléfonos.
Da Pawn, un proyecto solista que se volvió banda, y Paola Navarrete, una solista con una banda consustancial a su sonido, no solo compartieron este recital sino que también han compartido ideas y procesos de trabajo. De hecho, el vocalista y compositor de Da Pawn ha producido música de Paola y ella ha participado en grabaciones de la banda. Esta cercanía y apertura a la colaboración es uno de los elementos que ha consolidado a ambos artistas como propuestas que pasaron de la promesa a la creación sostenida y al esfuerzo constante en diversos escenarios.
El ensamble de cuerdas InConcerto acompañó la apertura del espectáculo a cargo de Paola Navarrete, cuyo desenvolvimiento escénico y vocal permitió que su álbum Verde Fugaz cobre nueva vida sobre las tablas. Es inevitable: siempre que se habla de esta cantante se compara su manera de cantar con la de Natalia Lafourcade o Julieta Venegas, sin embargo, su música encuentra su propio camino entre la balada, los tiempos reposados y otros temas con acentuación rítmica más fuerte. También Da Pawn se concentró en tocar las canciones de su más reciente lanzamiento, Pistola de Balín, un trabajo que supone para ellos una deriva del sonido anterior de Verano en Coma hacia nuevos conceptos sonoros que no pierden el sello que hasta ahora ha marcado a la banda: canciones de ritmo lento que a veces van acelerándose hacia el final, uso abundante de coros, letras evocativas e indirectas y un protagonismo imaginativo y a la vez contenido de las guitarras. En este sentido, la colaboración de InConcerto con Da Pawn, lejos de recargar las canciones o dramatizarlas en exceso (como ha pasado demasiadas veces con las versiones sinfónicas de canciones de rock), consiguió una amalgama creativa y precisa entre lo acústico y lo eléctrico que puntuaba las canciones en los momentos más adecuados.
Escuchar estas dos propuestas en un mismo concierto no solo permite apreciarlas en el contexto de la escena en la cual se ha desarrollado parte de su trabajo, trazar algunos de sus rasgos comunes así como sus distancias; asimismo, hace posible percibir el entusiasmo de un público que ha ayudado a sostener esta música. En otras palabras, Da Pawn y Paola Navarrete han circulado desde las plataformas online y los conciertos pequeños hacia espacios de una mayor proyección dentro y fuera del país sin que eso haya supuesto una pérdida de su prestigio indie sino que, por el contrario, han comprobado que lo indie no es tanto una cuestión de escala como de estética y de un vínculo puntual con ciertos públicos.