El Apuntador

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Punto de quiebre /Santiago Rivadeneira Aguirre

Lo primero y fundamental es el nombre propio. Como una huella. Porque Manuela Espejo fue víctima de la censura, incluso de la desaparición y el escamoteo de su nombre, además del ocultamiento de su trabajo intelectual y social. Doble injusticia cometida en su contra. Es decir, que fue borrada deliberadamente para que jamás conste en la historia y en el pensamiento de su época.

Habiendo perdido su singularidad y habiéndosele negado, además, un lugar, Manuela Espejo debió ‘morir’ literalmente por las coacciones del poder (y del machismo de la época) que nunca pudo consentir que una mujer pudiera ser parte de la historia. Frente a ese acto deliberado de negación y la ‘literalidad’ de su sustracción, solo pudo acceder al reconocimiento envuelta en la leyenda que le devuelve a la (falsa) tradición política que siempre afectó los derechos individuales.

Manuel Espejo (Támara Navas) es uno de los personajes de la obra Punto de quiebre dirigida por Manuela Romoleroux, como una de las voces que interlocuta con Alexander von Humboldt (Christoph Baumann) y Charles Darwin (Diego Luna) en ese espacio de la ficción que es el teatro. Y los tres se juntan a deliberar sobre temas compartidos del siglo XIX para tratar de crear un puente con el siglo actual.

El tema que les convoca es reflexionar sobre el desastre climático, la huella de carbono y la degradación ambiental, cada uno desde sus particulares cavilaciones y de lo que se supone fue su aporte a la ciencia y el progreso. En varios momentos de ese debate, Manuela recobra su voz y su fuerza como lo hizo cuando acompañó a su hermano Eugenio siendo enfermera en las periódicas visitas médicas que realizaba o cuando escribía sendos artículos para el diario Primicias de la Cultura de Quito con el pseudónimo de Erophilia, para reclamar por los derechos de las mujeres.

¿Manuela Espejo pudo proponer, siendo parte de la conspiración independentista, una suerte de ‘política de la memoria’? Porque si bien el tema del debate gira alrededor del tema de la contaminación global y el cambio climático, ella destaca la responsabilidad que tienen las grandes economías de los países desarrollados, por eso pone el acento en los ‘cantos de sirena’ del progreso. Y hace más: señala que solo las acciones (compartidas) podrán resolver el problema de las desigualdades y de las inequidades.

Digamos que la figura de Manuela Espejo consiste en recordarnos los trucos del poder, y de la ideología liberal que ella ya los intuye cuando se refieren a que ‘toda civilización es el producto de una crimen cometido en común’ (S. Freud) Los tres, Manuela Espejo, Alexander von Humboldt y Charles Darwin hablan de una dimensión constitutiva criminal del poder que va a destruir el equilibrio ecológico del planeta que provocará, más temprano que tarde, el deterioro social y el aparecimiento de sucesivos actos de injusticia.

Este ‘juego entre el pasado y el presente’ se estructura con el arbitrio de una puesta en escena que muestra a un grupo de actores, a punto de asumir los roles de los tres protagonistas históricos. En esa dinámica, surgen las interacciones y los desdoblamientos para acentuar la carga dramática y marcar los giros y los tiempos de los personajes.

Eso es lo sustancial del diálogo tripartita: una política de la memoria para no olvidar que nuestro presente de progreso también se expresa políticamente en un contrato social cada vez más ineficaz e ineficiente.

Como un extenso mural de la historia, vemos en el fondo del escenario un dibujo en blanco y negro elaborado por la artista quiteña Paula Barragán, que también dice muchas cosas. Que muestra el mapa de la naturaleza y de los seres humanos en perfecto equilibrio y que plantea la gran pregunta: qué vamos a hacer con los actuales desmantelamientos provocados por el sistema y qué actitudes debemos tener frente a las medidas adoptadas para favorecer a determinados intereses y descartar a quienes interfieren con los actuales ‘negocios del poder’ como dicen los personajes y los actores de este Punto de quiebre.

El proyecto teatral fue auspiciado por la Embajada alemana en Quito.

Ficha Técnica

Temporada 2019 Quito: Teatro Telón de Aquiles

Punto de quiebre (Encuentro ficticio entre Humboldt, Darwin y Manuela Espejo)

Actor A: Alexander von Humboldt – Christoph Baumann

Actor B: Charles Darwin – Diego Luna

Actriz C: Manuela Espejo – Támara Navas

Autor: Christoph Baumann.

Escenografía: Paula Barragán.

Vestuario: Gabirú

Iluminación: Gerson Guerra

Diseño gráfico: AZUCA – Juan Lorenzo Barragán

Producción: Carla Calasanz

Co-Dirección: Christoph Baumann

Dirección: Manuela Romoleroux