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Secretos de verano - El hallazgo entre los códigos | Daniel Félix

Secretos de verano es una obra de teatro que nace de un intercambio cultural binacional entre Artefactus Cultural Project de Miami, y el Centro Cultural Casa Toledo, de Quito.  La idea: poner en escena una obra que tome del universo teatral de Tennessee Williams sus rasgos más característicos (las singularidades que hacen de este autor norteamericano uno de los dramaturgos más influyentes e icónicos del s. XX) para construir una historia propia, ambientada en el espacio montubio de la costa ecuatoriana.

Un proyecto creativo, dirigido por el dramaturgo Edy Díaz-Souza, que consiste en algo más que una adaptación, explora desde el ámbito escénico esa categoría artística que piensa la universalidad como un concepto fluido y complejo, que requiere de parámetros concretos para construir hallazgos relevantes.

Enlace del vídeo https://youtu.be/eB21uZbP8Ko

Secretos de verano. Vivian Morales, Daniel Machado Rosero, Valentina Pacheco, Manolo Morales .

La obra de Williams proviene de una tradición literaria norteamericana sureña: textos que retratan ese espacio del sur de Estados Unidos bañado por el Mississippi, históricamente desplazado, socialmente vencido y abandonado al desencanto de la modernidad, poblado por personajes enfrentados a un mundo hostil, conflictos que se sumergen en almas y pasiones abyectas. Un estilo que tiene que ver con esa geografía del sur de Estados Unidos, pero sobre todo con la gente que la habita, sus mitos y memorias, sus condiciones y conflictos humanos, sociales, desplegados en clave artística, alimentados por los símbolos de su época, por códigos y convenciones en expansión y diálogo hacia lo universal. Un proceso que piensa los rasgos de una cultura que exceden sus fronteras físicas o temporales y pueden ser compartidos por otras culturas. Tennessee Williams se inserta en este estilo que retrata en lo local la complejidad universal. De esta tensión nacen piezas tan importantes como: Un tranvía llamado deseo, La rosa tatuada, La gata sobre el tejado, De pronto al final del verano, y muchas otras que revitalizaron en su momento el teatro norteamericano.

Secretos de verano. Vivian Morales, , Daniel Machado Rosero, Valentina Pacheco, Manolo Morales .

¿Cómo repensar este universo dramatúrgico, qué factores pueden constituir el surgimiento de una obra propia, desde la lectura de este autor norteamericano en un contexto como el que se plantea Secretos de verano? El proyecto liderado por Díaz-Souza desarrolla su camino propio, su singularidad, desde la investigación creativa: primero la exploración de un universo escénico diferente, una ambientación nueva que acoja ciertos códigos (argumentos, temáticas, conflictos, personajes) para vislumbrar la repetición (la mimetización) de algo diferente.

Todo comienza en la investigación de campo: el director y el grupo actoral de la obra realizó un viaje a Manabí, una suerte de residencia para recoger aquellos rasgos propios: texturas, sabores, materiales, paisajes, sobre los cuales se insertará la historia que rinde homenaje a Williams; el lugar, Jipijapa y sus alrededores donde el grupo también hizo acopio de entrevistas a artistas para entender ciertas temáticas comunes como la homofobia, la migración, etc., y descubrir los aspectos específicos del lugar: su lenguaje, su cultura, sus alimentos, sus vestuarios… De esta manera inicia este diálogo entre códigos, símbolos, divergencias, como el sustrato de los recursos para la escena.

Secretos de verano. Manolo Morales .

Díaz-Souza busca estos hallazgos de lo común y lo diferente; acoge a la vez los argumentos y conflictos de Williams, con los elementos propios del mundo montubio, sus paisajes, sus costumbres y sus mitos; sus entramados sociales actuales, en conflicto entre las tradiciones y el desarrollo contemporáneo. El misterio que propone implica un devenir, es decir, un encuentro de dos potencias con sus propios códigos. Una hibridación de elementos cuyo resultado no es dialéctico, porque no se basan en la oposición, sino en un cohabitar lo múltiple para encontrar el hallazgo creativo.

El misterio. Un viaje. Un pueblo semi-abandonado donde rondan la violencia y el crimen bajo la apacible tranquilidad rural; donde deambulan presencias y personajes oscuros, no necesariamente dentro de la escena; donde la selva y la noche son los horizontes desde los que se devela el relato:

Pablo, un joven poeta, muere durante un viaje a la tierra natal de su madre. Su ausencia llena constantemente el escenario como movilizador de las acciones,. Su madre, Juliana, vuelve al pueblo para descubrir la verdad. El retorno, la tía y el primo del campo, los peones de la hacienda. Una escenografía versátil y funcional: cajones de recuerdos, fotografías botellas de vidrio, una mesa, varias sillas de madera. Materiales, objetos, personajes que con sus propias voces y características, evocan esos otros lejanos personajes del mundo de Tennessee Williams.

Secretos de verano. Vivian Morales, Charlie Calvache, Daniel Machado Rosero, Valentina Pacheco, Manolo Morales .

Los secretos: el primo, Pedro: un hombre inocente, un niño, un idiota o un profeta. La tía Ignolia, que conserva junto a viejas fotografías nuevos misterios de la hacienda. El peón y los rumores en el pueblo sobre lo que pasa por las noches en el campo profundo. El pasado de Juliana, la frágil y terrible condición del viaje. Secretos que construyen una trama. Secretos que tensionan tablas al calor de currincho. Rumores vestidos de monólogos, que comentan y completan la historia. Un perro ladrando en la oscuridad. La exuberante y salvaje noche manabita y todo lo que oculta.

Secretos de verano. Vivian Morales, Charlie Calvache, Daniel Machado Rosero, Valentina Pacheco, Manolo Morales .

Pensar un devenir implica simultaneidad. No se trata de una transformación o un proceso, tanto como de un acontecimiento entre códigos, un hallazgo de potencias compenetrando sus sentidos, fusionando sus cualidades singulares. Se trata de un territorio (un concepto, un objeto, un ser) donde se encuentran diferentes potencias a un mismo tiempo.

Secretos de verano es al mismo tiempo una historia de Tennessee Williams ambientada en el campo montubio ecuatoriano, pero a la vez es una obra sobre el universo montubio en la que transitan personajes y conflictos de Williams. El proceso de montaje se dio simultáneamente en Quito y en Miami. Díaz-Souza inició con actores de reemplazo en ambos lugares, hasta ensamblar el reparto completo. Tres actores en Miami supliendo los quiteños, y dos actores en Quito. En el transcurso también surgieron dificultades: el estreno tuvo que postergarse, hubo un cambio de actor, los repasos siguieron y finalmente se logró la temporada binacional. 

Eddy Díaz-Souza, Vivian Morales, Charlie Calvache, Daniel Machado Rosero, Valentina Pacheco, Manolo Morales .

Resulta al menos curiosa esta simultaneidad en la que sucede esta obra: por una parte, el hallazgo de lo común y diferente entre ambos mundos; por otra, la expresión de lo universal que cohabita dentro de lo local; agredado el trabajo de montaje en dos ciudades a la vez; pero quizá el hallazgo más notable en este proceso se dé en las tablas, por esa unidad teatral que son los actores, quienes ejecutan y definen el indiscutible éxito de este proyecto artístico.

Ficha técnica

Ignolia - Valentina Pacheco

Pedro, el zurdo - Charlie Calvache

Juliana, la gringa - Vivian Morales

Albert - Daniel Machado Rosero

Primitivo - Manolo Morales

Diseño de cartel - Vladimir Pérez Díaz

Fotos: Silvia Echevarria El Apuntador

Escenografía: Carlos Artime

Maquillaje - Vivian Morales

Asesoría musical: Charlie Calvache

Diseño de iluminación: Eddy Díaz-Souza

Asistencia de dirección: Charlie Calvache (Quito) - Steven Salgado (Miami)

Dramaturgia y puesta en escena: Eddy Díaz Souza

Producción: Manolo Morales (Casa Toledo) - Carlos Arteaga ( Artefactus)