Tocar el mundo / Carolina Váscones Ortega
Entrevistada por Genoveva Mora Toral
INDICE
TOCAR EL MUNDO........................................................………………………………………....... 3
1. El anhelo, la semilla. El origen de la creación. ..................................…............... 4
2. Exponer la semilla al mundo .......................................................................……….... 6
3. El mundo es texturado ............................................................................…………....... 8
4. Ordenar y desordenar el mundo que se ha creado y tocado ....................... 12
Conclusiones ...........................................................………………......................................... 12
Una visión híbrida de creación a través del movimiento
Una ponencia donde nada se afirma, ni se niega. Solo se busca y se indaga.
Exordio
Quien baila toca el mundo (2). El mundo toca a quien baila.
Quien baila no tiene opción. Usa todas sus extremidades y su centro para moverse, arrojada en un mundo que gira muy lentamente, pero gira. La que se mueve está siempre en riesgo, bailando sobre un mundo vivo, que gira, vertiginoso, aunque muy lentamente.
Quien baila tiene como componentes la mente, la piel, el pelo, la musculatura, las fascias, los porosos huesos, los húmedos órganos, las venas, la sangre que corre como ríos por el organismo líquido. Quien baila está compuesta de agua, 92% agua (3) (Conrad). Quien baila es agua.
Quien baila humedece el mundo cuando baila, lo toca con todo su cuerpo. Mientras el mundo se mueve, muy lentamente, quien baila humedece el mundo con cada célula, volviendo al mundo más líquido, húmedo.
Cuando se riega la tierra, de ella emana un olor a tierra mojada, viva.
Quien baila riega el mundo a través de su piel. Moja el mundo, y se puede oler a tierra húmeda, mientras quien baila, baila.
Quien baila es agua, mucha agua, que baña al mundo.
2 Véase Canclini
3 Véase, Emily Conrad, Moving medicine
3
El globo gira sin descanso. Y parecería que está quieto, pero el globo gira vertiginosamente sin tregua.
1. El anhelo, la semilla. El origen de la creación.
Empezar
es regresar. Perder la semilla
Es la flor.
Para aprender, la piedra toca la fuente.
Ver la danza:
luz de estrellas. Escuchar la danza: oscuridad.
Bailar la danza: resplandor, resplandor. (4) (Le Guin, 1989)
Cuando nace un anhelo de creación, se produce un giro hacia el interior de la creadora. Una corriente de misteriosa sustancia, se riega por entre las venas, mezclándose con la sangre, y llenando de vida y necesidades, al Ser que crea. El nuevo universo, emerge, desde lo más profundo del Ser (5).
Para empezar, es preciso regresar.
4 Fragmento del poema Los giros, Ursula K. Le Guin
5 Se utiliza mayúsculas en la palabra Ser para resaltar la importancia de este concepto en la filosofía de Heidegger, y la relevancia que tiene el propio concepto. La nada es aquello que se distingue de todo ente y que llamamos ser.
4
Martin Heidegger, ¿Qué es metafísica?:pág. 48.
Para empezar es preciso acallar las terribles mareas de la mente, que sin piedad azotan constantes y poderosas.
Para crear, hay que callar.
Para callar hay que perseverar en la práctica incansable del movimiento. Sólo en la quietud, el movimiento.
En la quietud y el movimiento, es imperativo sentir el aire entrando por las fosas nasales, llenando el cuerpo, invadiéndolo. Sentir también en la exhalación, como el cuerpo se desinfla y no existe otra opción, que ceder a la gravedad y respirar con el oleaje del planeta, que palpita vivo.
Para crear, hay que respirar.
Cuando la creación apremia, como un óvulo recién concebido, rompe, riega y rasga.
Rompe, riega y rasga.
La semilla surge de la quietud de la tierra negra. Sin apuros, sólo surgiendo despacio, elevándose, emergiendo a la vida. Con un ritmo infinitesimal.
Cuando se ven los primeros brotes, la creación empieza a crecer.
En el inicio, la semilla, en el camino, la semilla, en las ciudades, la semilla, en las subidas, la semilla, en las montañas y los lagos la semilla, en la obra desarrollada, la flor resplandeciente se muestra.
Así aparece la obra.
Respirando.
La semilla puede ser una idea, una visión, una multitud, un aroma, un movimiento que brota, la semilla puede ser una palabra, o un cúmulo de palabras. La semilla es una cascada, una corriente de vida, de cualquier forma de vida.
La semilla dicta el rumbo de la obra.
Con estas palabras, nada se afirma ni se niega. Sólo se busca y se indaga.
5
2. Exponer la semilla al mundo
Una distinción pedagógica específica de la educación somática se encuentra en su uso único del descanso intencional. Cada práctica somática tiene una fase de reposo
– una pausa intencional-, un momento de silencio aumentado. Esta fase provee un espacio esencial dentro del ambiente del aprendizaje somático para la escucha, y más allá, para percibir los mensajes recibidos del cuerpo en movimiento, tacto, voz y otras modalidades. (Batson, 2009)
...el 'descanso intencional 'potencialmente permite que surja
un nivel más profundo de conocimiento a la superficie del cuerpo, y se dirija hacia la autorregulación y el cambio. (Batson, 2009) (6)
Sólo en la quietud, el movimiento. Antes de crear, hay que regresar, acallar, silenciar. Instaurar un intervalo sosegado y quieto en todo el organismo, el corazón y las emociones. Crear un ambiente neutro, fecundo, un entorno fértil para que nazca algo propio, auténtico, tierno, inocente y potente.
Cuando la superficie está calmada, se la puede tirar, romper y rasgar. Cuando el mundo está quieto, surge un testigo, que observa con distancia. Desde esa distancia, se pueden sentir las vibraciones de las células y el oleaje del universo.
Antes de exponer la semilla al mundo, la bailarina creadora debe buscar e indagar todos los temas referentes a este núcleo. La coreógrafa tiene una gran responsabilidad al crear. Investiga en todos los planos, en todos los lugares. Come con los ojos, toca con el cráneo, oye con los pies, huele con los dedos. La coreógrafa lee con el pecho, mira con el corazón, abraza con las piernas, escribe, habla y pinta con los ojos. (7)
6 Esta traducción está hecha por la autora de este texto, específicamente para esta ponencia.
7 Véase: El teatro ambientalista, (Schechner, 1988)
6
En un espacio vacío, la creadora expone su cuerpo desnudo al mundo. Cuando hablamos de cuerpo, nos referimos a la totalidad del Ser, cuerpo y espíritu como uno solo, sin dualidad, el cuerpo es lo mismo que el espíritu, el espíritu es lo mismo que el cuerpo (8). Ella, toca el mundo y es tocada íntimamente por él.
La tierra sostiene a la creadora que está expuesta a ella y también expuesta al espacio, al vacío inconmensurable del cielo. En este espacio entre el cielo y la tierra, el organismo vivo de la creadora se completa para crear.
Con los ojos cerrados en un principio, la creadora da forma a la semilla con su cuerpo.
Rompe, riega, rasga.
No hay distancia entre la bailarina-coreógrafa y la sustancia de la semilla, ellas son una sola. Una sola, lleva toda la información el universo en cada instante que habita, en cada instante en el que se mueve. En cada célula, la información de todo un pueblo, de un pueblo mestizo, híbrido, que toca el mundo rompiéndose, regándose, rasgándose.
Exponer la semilla al mundo, implica un total compromiso con lo que es, con el aquí y el ahora, un tiempo potente donde todos los tiempos y los lugares son habitados.
Los seres que danzan son invariablemente y sin excepción, acontecimientos temporales. Sus creaciones, son sólo manifestaciones de un ser-tiempo9, experiencias fundamentales de vivir desde el presente, inhalando y exhalando con conciencia total, sentadas, paradas o acostadas en un mundo vibrante.
Cuando se pare (en el sentido de dar a luz) la semilla, la semilla toca el mundo, y el mundo invariablemente toca la semilla.
8 Esta visión es hermosamente expuesta en el Shobogenzo de Eihei Dogen (Japón, 1200-1253)9 Véase Dogen
7
No hay eventos ingenuos en el acontecer de la creación, el ser que crea, está arrojado - en - el – mundo (9). Sin embargo, inocente, cuida (11) de su creación.
Con estas palabras, nada se afirma ni se niega. Sólo se busca y se indaga.
El vacío.
El silencio, la quietud.
Sólo en el silencio, la palabra, sólo en la oscuridad, la luz, sólo en la muerte la vida;
el vuelo del halcón
brilla en el cielo vacío.
(Le Guin Kroeber, 2006)
Solo en la quietud, el movimiento.
3. El mundo es texturado
La textura del cuerpo vivo es como una gelatina, el cuerpo es un fluido líquido contenido por la piel. La piel que toca el mundo, evita que el líquido se riegue por doquier. Por eso, el organismo aparenta solidez.(12)
Quien baila es agua en movimiento. Cuando la danza sucede, quien baila, se mueve como un océano, a veces calmo, a veces agitado, a veces quieto. Una quietud que no es estática, una quietud enteramente dinámica. Esta quietud, es la misma quietud que se experimenta durante la meditación. Es un estado de Ser hondo y misterioso, que es también el estado al que se llega durante la creación en movimiento.
9 Véase Ser y tiempo, Heidegger
10 Cuidar en el sentido heideggeriano de la Cura. Véase Prolegómenos para una historia del tiempo.
11 Véase Ged Sumner, Body Intelligence Introduction to Biodynamic Craniosacral Therapy
8
La respiración es la marea, su rumor es como las olas del mar, mientras quien baila respira, todo en su ser se alarga y se acorta.
El agua es también una textura húmeda.
La danza no imita la realidad. El ser-en -el –mundo-creando (12), permite que surja lo que no se ve. Quien baila no representa la realidad, no representa un ideal estético, ni una realidad dibujada. La danza hace brotar, surgir, la realidad, el océano que somos. Hace surgir la realidad desde los pies que escuchan, la boca que toca, las manos que enseñan, los pensamientos que dan saltos, ruedan, caen y reposan. (13) Hace que lo invisible germine revelándose. Mojando -el –mundo- desde- el - húmedo –cuerpo- del- ser- que- baila. (14)
Perder la semilla, es la flor. (15)
El mundo es texturado.
Quien baila toca el mundo, y el mundo texturado toca a quien baila.
Quien baila también está atravesado por las texturas.
La semilla, es una textura. Perder la semilla rugosa, es hallar la sedosa flor.
Para crear, es inevitable pensar, investigar, permitir que el pensamiento salte, gire, corra, caiga, ruede, y también repose, quieto, neutro, vacío.17
Tocar las texturas del mundo, con la intención clara de encontrar en ellas diversas maneras de tocar el mundo y recibirlas sin imitarlas. Moverse desde geografías diversas.
12 Véase Martin Heidegger
13 Véase Theology of dance, Milton Aylor
14 Véase: Explorig the sense and meaning in dance, Kirsi Monni16 Véase Ursula Le Guin.
15 Véase Aylor, Theology of dance.
9
Se toca el mundo desde la piel.
La piel es porosa,
la piel se quema con el fuego, arde,
la piel siente frío,
se eriza.
La piel es como una tela que puede recogerse,
se arruga,
se raja,
sangra.
La piel cambia de color.
Es un traje protector,
tiene temperatura propia.
La piel toca el mundo,
la piel toca a los seres.
El mundo me toca.
Las coas me tocan.
Las cosas también tienen piel.
La piel es texturada, tiene caminos, líneas que conforman un mapa, una geografía.
Las texturas se pueden escuchar, se pueden mirar, se pueden desear, palpar y saborear.
Una piedra lisa, no es lo mismo que una piedra pómez. Un sol radiante, no es lo mismo que la luna porosa, Una pluma, vuela y no se siente como una gota húmeda.
Una montaña azul, no se recorre como una llanura, como un desierto rugoso, como una pequeña loma.
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El terciopelo se recorre suave y brillante, mientras que la lona es rugosa y opaca.
Las texturas son una geografía de infinitas posibilidades. El cuerpo en movimiento es una textura, y puede intencionalmente penetrar tramas, y permitir que ellas lo unten de su cualidad.
No es imitar, copiar o representar. Las texturas, las geografías, conducen a que algo surja, dure y se desintegre. (16) Las geografías o texturas, conducen al surgimiento de un conocimiento que viene de lo profundo del Ser.
Siempre hablando del cuerpo como un territorio con posibilidades infinitas de ser recorrido. Un cuerpo que no está separado de un espíritu, de un testigo silencioso, atento, lleno de intensiones sutiles, inteligentes. Un cuerpo que habla, que escribe, que grita y salta con los poros, la palabra, las uñas y los espacios entre los dedos. Un cuerpo que se mueve desde un corazón húmedo y palpitante.
Un cuerpo envuelto en una piel que es el límite con el mundo.
En un mundo texturado, hay diversas regiones para recorrer, conocer, descubrir. El cuerpo puede ser movido ejecutando la misma frase, pero desde diversas regiones.
Un giro, puede ser realizado con textura de rasposa lenteja, o con textura de duro y brillante acero.
Así como los movimientos pueden ser realizados desde diversos lugares, también puede accionarse la intención en la emoción, y activar la mente en diversas realidades al unísono. Alinear la percepción con la acción (17).
También el cuerpo como un territorio, que recorre el mundo que toca libre, despojado, arrojado- en –un- mundo –misterioso- y -vivo.
Con estas palabras, nada se afirma ni se niega. Sólo se busca y se indaga.
16 Véase Dogen, El Shobogenzo
17 Véase: Glenna Batson
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4. Ordenar y desordenar el mundo que se ha creado y tocado
Con estas palabras, no se dice nada, nada se afirma ni se niega. Sólo se busca y se indaga.
Quien baila es agua, mucha agua, que baña al mundo.
El agua carece de orden, pero tiene un ritmo. El agua se mueve a través de mareas, movimientos que se achican y se agrandan.
Cada organismo se mueve con sus propias olas, su propio mundo líquido con un ritmo personal. A veces el cuerpo palpita rápido, otras veces, las olas pueden extenderse por minutos.
En este oleaje, es posible ordenar y desordenar.
La dramaturgia de la obra es una dramaturgia viva, que puede a veces ordenarse y otras desordenarse. La dramaturgia de la obra tiene su origen en el mundo-que-se- toca, y en ser tocada-por el-mundo.
No hay principio, medio y final, hay algo que surge, dura y se desintegra, como la respiración, como las olas del mar, como todo lo que sucede.
Conclusiones
Con estas palabras, no se dice nada, nada se afirma ni se niega. Sólo se busca y se indaga.
Quien baila toca el mundo, pues cede cien por ciento a la gravedad. Así mismo, el mundo toca a quien baila, de pies a cabeza incesantemente.
12
Quien baila está siempre en riesgo, creando en un mundo vertiginoso, poroso, donde nada está dicho, todo cambia, todo gira, todo es efímero y muda constantemente.
Quien baila es 92% agua, agua que se riega, mojando el mundo. (18)
Agua que tiene ritmos y mareas, y plantas y peces diversos que habitan en el interior de este océano movido.
El ser que crea en movimiento, tiene una sustancia que recorre sus venas, que ningún otro ser posee. El ser nacido para bailar, no puede hacer otra cosa más que bailar. Esa misteriosa sustancia, lo arroja a crear constantemente.
Para crear, quien baila debe encontrar una semilla viva dentro de sí.
Para empezar es preciso regresar. Para crear e imperativo regresar al origen, que es la nada. (19)
Quien crea, rompe, riega y rasga el mundo, y su mundo.
Sólo en la quietud el movimiento.
Sólo en la respiración, la quietud. Quien crea, debe instaurar un intervalo sosegado, la tierra fértil que potencia el surgimiento del conocimiento más profundo. (20)
Quien crea, tiene una enorme responsabilidad, debe investigar, buscar en todos los lugares posibles, hasta en lo más recóndito de su mundo.
El mundo es tocado siempre. Quien baila y crea, es –un- ser- arrojado –en- el - mundo.
Para crear, es necesario un espacio vacío. En el vacío, el cuerpo crea inocente y libre. El cuerpo a su vez, es un espacio vacío.
Hablamos siempre de un cuerpo no dual, un cuerpo entero que vive y siente en el mundo, abrazado o contenido por un alma infinitamente expandida.
18 Véase Sumner
19 Véase Heidegger22 Véase Batson
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Quien baila no representa la realidad. Jamás. Quien baila no representa nada. Sólo hace que lo invisible surja y pueda verse.
Quien baila no imita, ni representa, quien baila vive un tiempo ineludible, un presente eterno, que lo posiciona en un mundo abierto, vivo, enramado. (21)
Quien baila usa texturas y geografías. Da saltos de pensamientos, y crea desde su percepción única y desparramada.
Quien baila ordena y desordena lo que encuentra, creando una dramaturgia altamente versátil, donde nada está dicho ni cerrado.
Quien crea es un mar en oleaje constante, que con su brío moja el mundo, lo toca incansablemente, y se deja tocar por él.
Quien baila es agua, mucha agua que baña el mundo.
En este texto no se dice nada, nada se afirma ni se niega, solo se busca, se indaga.
Carolina Váscones O.
Septiembre 2018
21 Véase Dogen, Heidegger.
FIN
BIBLIOGRAFÍA
Barnsley, J. (2013). El cuerpo como territorio de la rebeldía. Caracas: Unearte.
Batson, G. (2009). Journal of Dance and Somatic Practices Volume 1. Obtenido de The somatic practice of intentional rest in dance education-preliminary steps towards a method of study.
Conrad, E. (s.f.). https://www.continuummovement.com/docs/movingmedicine.pdf. Obtenido de Moving medicine.
Eihei, D. (2013). El Shobogenzo. Málaga: Sirio.
Heidegger, M. (1963). ¿Qué es metafísica? Cruz del Sur.
Le Guin Kroeber, U. (2006). Un mago de Terramar. Barcelona: Ediciones Minotauro.
Le Guin, K. U. (1989). El eterno regreso a casa. Barcelona: EDHASA.
Monni, K. (s.f.). Exploring the sense and meaning in dance.
Schechner, R. (1988). El teatro ambientalista. Mexico: Árbol.
Sumner, G. (2012). https://www.youtube.com/watch?v=3o2gg-sw6_Y&t=38s. Obtenido de Body Intelligence Introduction to Biodynamic Craniosacral Therapy.