UNA MUJER LLAMADA LUCHA | Jhonatan Salazar Achig
Para ser una mujer inmortal hay que ser como tú María Luisa Gómez de la Torre Páez. De cariño te podemos decir Lucha. Eres una mujer inmortal porque eres una mujer que luchó, que reclamó, que vivió su vida para dejar un legado. Una educadora, feminista y activista ecuatoriana pionera en el campo de la lucha por los derechos de los indígenas y campesinos en el país.
Para ser una mujer inmortal, hay que tener una actitud transgresora, como tú, que fuiste la primera mujer en ejercer como profesora dentro de un colegio para varones en la ciudad de Quito. Como tú, que cuando fuiste perseguida por tus ideales y echada lejos no dudaste en participar en la creación de la primera organización indígena que se denominó Federación Ecuatoriana de Indios, FEI; y que pese a la persecución colaboraste activamente con Dolores Cacuango en la fundación de diversas escuelas bilingües (quechua-español) destinadas a la alfabetización de la población campesina y de origen indígena.
Una mujer inmortal debe vivir una vida que le permita romper esquemas, causar polémica y abrir el camino para un montón de otras incomparables. Ser una mujer inmortal es ser una precursora, como tú Lucha, que participaste en 1926 de la fundación del Partido Socialista del Ecuador, y también activamente formaste el Sindicato de Profesores del Colegio Mejía que posteriormente —en 1946— se transformó en la Unión Nacional de Educadores.
Una mujer inmortal debe tomar malas decisiones, no respetar los cánones de moralidad, ser terca de carácter, superar situaciones de tristeza y saber vivir para contarlo. Ser incomparable y auténtica, es ser una mujer de Lucha, cantar al amor y al desamor, al deseo y al goce, a la complicidad del afecto, a lo mundano y lo trascendental.
Una mujer que lucha debe enfrentar el encomio y la desdicha, la persecución y el hartazgo, la vituperación por culpa de la estupidez de los regímenes autoritarios. Una mujer que lucha no se rinde, sigue, camina su camino, si su destino es educar, no solo enseña sino brilla. El paso del tiempo no le opaca, siempre se reconoce la calidad de huella que deja, haciendo que el futuro diga que fue todo lo que se pueden imaginar.
Todo esto que digo sobre ti lo aprendí mirando la obra de teatro Lucha, presentada en el Teatro Victoria. Una obra que hablaba de ti y de todas las mujeres que luchan y han luchado en la historia. Un teatro como una forma de rescate de memoria, como una nueva forma de mirar la historia.
En la obra nos muestran tu vida, Lucha, atravesada de mucha investigación y con el uso preciso de elementos que nos permiten conocerte. Como aquella carta que le enviaste a Velasco Ibarra y publicada en un periódico del 27 de abril 1946.
Lucha es una obra que se ancla en la exploración en escena y apuesta por nuevas dramaturgias para lograr el reto de escribir tú historia, que es nuestra. Una obra que nace de la investigación de Belén Buendía basada en el libro de Raquel Rodas. Una obra recientemente estrenada en Quito y que se presentó acompañada de una galería de fotos en referencia a tu vida.
Una obra que nos enseña además la importancia de trenzar, porque la trenza siempre representó la fuerza. Es así, justamente, porque para trenzar se necesita apoyo, unión, se necesita que cada parte se coordine con la otra para formar una nueva que contiene a todas las que la conforman.
Así uno puede trenzar con paciencia, y como puedes trenzar el cabello puedes trenzar una historia con otra. Así lo hacen en escena los actores de la obra que trenzan cuatro historias personales en una sola que es la vida de María Luisa Gómez de la Torre. Trenzar historias permite jugar con el recuerdo y el olvido. Nos permite pensar en ¿cómo podemos heredar nuestras historias? ¿cómo elegimos las historias que vivimos? ¿qué historias nos ocultan en las familias? ¿por qué lo hacen? ¿por qué unos prefieren no hablar de ciertas cosas?
Esta obra resulta un ser un lugar donde los artistas se vuelven educadores, donde se aprendió a escribir desde el cuerpo, desde nuevas dramaturgias y así mismo desde el silencio. Resulta en suma un homenaje para quienes no cumplieron sus sueños, pero ayudaron a cumplir los sueños de otros.
Y uno llega a comprender con la obra Lucha, dirigida por Silvia Brito, que muchas de esas historias se ocultan porque temen que se repitan, porque ocultan la tenacidad y furia de las mujeres. Porque nos dicen que para ser una mujer inmortal hay que ser como tu María Luisa Gómez de la Torre, una mujer de lucha.
FICHA
Obra: Lucha
Dramaturgia e investigación: Belén Buendía
Directora: Silvia Brito
Intérpretes creadores: Saraí Medina, Belén Buendía, Sara Franco Campos y Camilo Pacheco
Compositora: Darcila Aguirre
Coreógrafa: Geovanna Valeria Brito Solís
Vestuario: Khovango Moda
Director Audiovisual: Alterego Efraín