ESPECTROS
Genoveva Mora Toral
Regresa a escena, o mejor dicho, vuelve a correr el telón para evidenciar dramas que persisten y atañen a una clase, la media, que cuando el autor la escribió, rasgó sus vestiduras reclamando por colocar en 'telón' de juicio cuestiones delicadas que ponían en riesgo la institución familiar. Tanto fue el repudio, que la obra estuvo prohibida más de una década.
Lo cierto es que, aunque hemos crecido, socialmente hablando, algunos episodios familiares siguen siendo motivo de ocultamiento.
La vigencia de Henrik Ibsen no está precisamente en la anécdota sino en la profundidad de su pluma, en su capacidad de sobrepasar el suceso y anotar la fragilidad y, simultáneamente, la capacidad del ser humano para balancearse entre el idealismo y la realidad, entre el ser y el parecer.
Mabel Petroff Montesinos dirige esta obra, con adaptación dramatúrgica de Bruno Castillo, la lleva a una escena nada convencional, deja el teatro y la sitúa en casa, como quien dice, acerca la lente para mirar a través de la cerradura, una vida familiar a puerta cerrada.
Reiterada y particular historia, inevitablemente dolorosa en la que Juana Estrella brilla como su nombre, en la opacidad de un personaje de gran máscara, miope y dulzón que es la madre - Elena Alvino- víctima, y al unísono, causante de otro gran fracaso: su hijo Osvaldo -Luis Largo- actor joven de intenso brío, quien juega importante papel.
Espectros se toma y transforma el espacio habitado, no solamente, por ellos sino por cuerpos que los ocupan trayendo al presente errores y consecuencias que se vuelven carne y dolor; así también continuidad de lo mismo; de modo que el distinguido abogado Méndez - Pablo Balseca- o el 'oportuno' padre de Regina, Jacobo Echeverria -María José Becerra y Sebastián Ordoñez respectivamente- está para perennizar comportamientos y engrosar apariencias.
La puesta en escena mantiene una dinámica que va a la par de un texto cuyo valor está, precisamente, en que aún conociéndolo se resignifica en cada lectura, por eso la de Petroff y Castillo, confieren renovada fuerza.
El diálogo entre personajes se agranda cuando ellos manipulan objetos y consiguen un crescendo en la acción, como la escena en que doña Elena se enfrenta con su consejero/amante/amigo y en última instancia hombre que vela por intereses propios; así también cuando madre e hijo ya no logran sostener el disimulo y sucumben para mirarse en la dureza de su íntima realidad, por momentos distorsionada, como el intencional sonido con el que Roberto Moscoso acompaña este trabajo, dibujando en extraños ruidos ecos y voces de un drama que se esconde en el trajín cotidiano.
La dramaturgia escénica y corporal juega entre símbolo y realismo: jóvenes amantes sumidos en gesto erótico y distante; o la imagen de la hija que se desnuda detrás de los cristales para mostrar que su cuerpo lleva tatuado una historia, o quién sabe si la belleza de una existencia que sin duda ha de volverse enigmática, desafiante, gracias al destino que, ajeno a su voluntad, ha torcido su camino.
El espacio, una casa común y corriente, tal cual esa taza de café o la botella de licor, alicientes para amainar las tormentosas.
Espectros de Petroff consigue ser, dramatúrgicamente, una obra circular que se sostiene con eficiencia, a pesar de los bemoles a nivel de actuación, porque, según mi lectura, hace falta pulir el 'ruido' actoral innecesario y apretar clavijas para lograr, no homogeneizar, sí equilibrar el tono de los personajes, obviando claro está el estatus que todo texto escénico propone, y recordando que por mínima que sea la participación de un personaje marca un tempo que responde a la partitura de la obra.
Propuestas como estas se agradecen sinceramente en el escenario ecuatoriano, dónde escasea el riesgo de enfrentarse a textos clásicos del mundo.
Ficha técnica
Obra: Espectros, de Henrik Ibsen
Dirección: Mabel Petroff
Dramaturgia: Bruno Castillo / Mabel Petroff
Actuación : Juana Estrella/ Luis Largo/ Pablo Balseca /Sebastian Ordoñez/María José Becerra.
Banda sonora: Roberto Moscoso
Foto: Tomada de la Página de Facebook