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II Encuentro de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes

Arístides Vargas. Foto Silvia Echevarría El Apuntador

II Encuentro de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes

Memoria y Actualidad

Del ocho al catorce de noviembre sucedió este encuentro escénico, este año, dedicado a la Danza. Memoria y Actualidad que convocó a una importante representación de la comunidad artística, ofreció varios talleres a nivel teórico y práctico, clases magistrales, así como una residencia. Varias mesas de diálogo abarcando una temática amplia.  A estas actividades se sumó una programación en el teatro que, permitió apreciar un potente abanico de propuestas dancísticas, lenguajes y estéticas diversas. Lo preponderante fue, sin lugar a duda, la posibilidad de traer la memoria dancística y sus creadores a la escena, y al mismo tiempo, abrir el telón para proposiciones novas. 

Marìa Luisa González, Miguel Palacios, Jorge Parra, Mashol Rosero, Klever Viera, Ignacio Jiménez. Fotos Silvia Echevarria El Apuntador

Marìa Luisa González, Miguel Palacios, Jorge Parra, Mashol Rosero, Klever Viera, Ignacio Jiménez. Fotos Silvia Echevarria El Apuntador

Mirar la variedad de trabajos dancísticos, sus modos de abordar la danza, evidenciar lenguajes particulares, la manera de colocarlos en un tiempo espacio, etc. etc. es, ciertamente, una oportunidad para detenerse y realizar un ensayo profundo nacido de esta coyuntura, una posibilidad de conjugar danza y pensamiento. El tiempo, ni este espacio, lo permiten por ahora, pero espero que el nombrarlo sea una llamada para la propia gente de la Universidad de las Artes. 

Jenny Carvajal, Oscar Santana, Lorena Delgado, Talía Falconí, Omar Aguirre, Federico Valdez. Fotos Silvia Echevarria El Apuntador

Jenny Carvajal, Oscar Santana, Lorena Delgado, Talía Falconí, Omar Aguirre, Federico Valdez. Fotos Silvia Echevarria El Apuntador

Como una manera de verbalizar la propuesta de la semana, me pareció necesario tener una charla con el director de la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes, Arístides Vargas, reconocido dramaturgo, actor, director y uno de los fundadores del icónico Malayerba.

Genoveva Mora. La invitación a este II Encuentro Escénico hace hincapié en el compromiso de la Universidad de la Artes con la comunidad, artística, principalmente; te pregunto entonces ¿cómo han sentido la respuesta?

Arístides Vargas. Creo que todo es un proceso, nada es inmediato, el hecho es que hay un despertar de las artes del teatro y la danza en Guayaquil, a partir de esta vida que, si bien se instala en la universidad, desborda a la comunidad. La universidad situada en un espacio amplio, en distintos lugares del centro de la ciudad, posibilita que la vida artística se relacione con la comunidad, que se amplíe y permita abordar territorios nuevos.

La universidad lleva unos años aquí, pero recién ahora ha comenzado a producir los primeros trabajos; digamos que estamos viviendo la prehistoria de esta institución. No obstante, creo que debe darse una presencia decisiva de la comunidad artística en la comunidad en general, porque es un componente indispensable. Es esta una institución pública de la que está saliendo, apenas, la primera generación, tendremos en diciembre ocho egresados de la Escuela de Artes Escénicas, pero lo sobresaliente es que algunos de ellos son la primera generación en su familia que ha llegado a la universidad, y eso es extraordinario, porque además esa es la función de la educación pública, enlazar una propuesta ética y pedagógica que, de alguna manera, representa o muestra lo público como un derecho y a la vez como una posibilidad.

 GM. Por otro lado, tú has sido alguien preocupado por la memoria, tus obras lo prueban; el nombre del encuentro, Memoria y actualidad, da pauta para la pregunta obvia, juntar jóvenes y sus referentes, ¿Una necesidad para que no se pierda, para recordarles que hay alguien detrás? Al mismo tiempo pienso ¿Cómo crees que influye esta muestra en chicos que, tienen quizá otra concepción, en lo que hoy es una carrera más amplia, menos tradicional, en cuanto a construcción artística? 

AV. Primero, quiero decir algo con relación a los estudiantes, y es algo que repito constantemente en las clases, “es bueno tener el sentimiento de que estás inventando algo”, porque hay que creerlo, reinventarse es un sentimiento extraordinario que posibilita que cada quien empiece a construir su propia poética. Por otro lado, ver la multiplicidad de manifestaciones dancísticas del país en la danza contemporánea, especialmente, ha sido importantísimo, porque los coreógrafos que vimos aquí es gente que inició la danza ecuatoriana y se han sostenido, han ido construyendo propuestas tan diferente entre sí. Contando que han intervenido coreógrafxs de varias generaciones y todxs se han hecho presentes con sus distintas estéticas: conceptuales, o que responden a una mirada contemporánea y abordan diferentes estilos de danza que van desde el neoclásico, hasta un, casi, teatro físico y lo circense, esto es fundamental para los alumnos, reconocerse en esa comunidad constantemente cambiante les permite identificarse y mirar la posibilidad de pertenecer y ser parte de esta educación artística. 

GM. Sí, definitivamente es indispensable, porque hay un pecado bastante común y, es mirar afuera. En este sentido me parece importante mirarnos. Tu has nombrado lo contemporánea, un término complejo, qué es lo contemporáneo en Ecuador.

AV. Sí lo contemporáneo es complejo y también un poco esquemático, porque desde mi punto de vista lo contemporáneo, fundamentalmente, debiera ser una mirada horizontal a lo que sucede en el mismo tiempo a artistas como Kléver Viera o Wilson Pico, o Talía Falconí, que es una generación intermedia y, a gente joven como Lorena Delgado, para mí, esta horizontalidad es lo contemporáneo y es una diversidad de posibilidades. Hay que entender lo contemporáneo no como una cuestión de generación, sino desde lo conceptual e inclusivo. Esto lo hemos apreciado en estas jornadas. Y es bueno que profesores y alumnos lo vean, porque siento que la mirada es una forma de enlazarse, de educarse.

Mesa de diálogo: Arte y Universidad. Cristina Bustos (U. Cuenca)Marcela Correa (USFQ) Silvia Durán (UEES) Ana María Palys (UCE) Lorena Delgado (UArtes)

Mesa de diálogo: Arte y Universidad. Cristina Bustos (U. Cuenca)Marcela Correa (USFQ) Silvia Durán (UEES) Ana María Palys (UCE) Lorena Delgado (UArtes)

GM. Esta tarde preguntaba a las mujeres que participaron en la Mesa: Arte y Universidad, donde se hablaba mucho de las mallas curriculares, etc. Y les decía que, si la danza es un oficio ligado profundamente al pensamiento, por qué se da tan poco énfasis al ejercicio de ‘pensarla’, por qué, al menos en nuestro país, hay tan poco pensamiento acerca de lo que hacemos, menos aún la intensión de teorizar acerca de.  Te pregunto a ti, en la academia, cómo enlazar esta disciplina al alumno, y no es que los alumnos van a producir escritura de inmediato, pero precisamente porque son jóvenes hay que iniciarlos en el oficio de escribir. 

AV. Tu dices algo interesante, la necesidad de pensarse, de repensarse, lleva a un tipo de escritura, que es cuando suele, para mí, producirse una cierta fricción, porque canónicamente pensamos que pensarse o reflexionar se debe hacer pegado a cánones académicos y eso es crear teoría, y yo creo que no, que es el mismo artista el que tiene que empezar a generar sus propios procedimientos de escrituras y escriturar su propia experiencia

GM. Eso, justamente, podría ir construyendo esta historia de pensamiento respecto a las artes escénicas ecuatorianas

AV. Claro, porque mucho se considera que, pensar es un quehacer fuera de la acción, cuando la acción es la forma del pensamiento; lo que pasa es que hay que tener la libertad para escribir tu experiencia, para pensar esto que llamamos danza o teatro, o tu danza, tu teatro. Por eso me pareció interesante ver a coreógrafos que llegaron con ponencias y en ellas yo podía leer un pensamiento ligado a su creación. Insisto es un ejercicio que recién comienza y hay que ser inclusivos y, aunque gastado el término, democráticos, pensar como una diversidad y no legitimar lo mío a partir de la negación de lo otro.

GM. Arístides, tú como alguien que has enseñado toda la vida, cómo o cuál crees que es el empujón que hay que dar en la Academia para que esto pase, porque este es un país donde se escribe muy poco sobre danza y teatro, de hecho, hay muy pocos dramaturgxs. 

AV. Esto es parte de un problema que, de pronto nos trasciende porque estamos construyendo una universidad y unos profesionales, y en algunos casos decimos, pero, en dónde van a profesar; y decimos faltan teatros, espacios, libros, etc. lo importante es que se vaya haciendo poco a poco, con iniciativas propias, creo que el arte escénico no ha sido interpretado correctamente desde el estado, por un lado, y también por la misma sociedad.

 GM. Y quizá desde los propios artistas, porque crear es pensamiento, acción, investigación…

 AV. Por supuesto, de hecho, a mucho de los chicos les llega el momento de enfrentarse con la escritura de una tesis, y soy un convencido de que las tesis artísticas tienen que ser diferentes, vamos a indagar cómo se investiga en arte, cómo se escribe en arte

Es una carrera que tiene una estructura singular al interior, no se sustenta en los principios básicos académicos establecidos en otras escuelas, esta escuela es muy libre en su constitución y en su manera de resolver lo pedagógico y académico, es una escuela de laboratorios, de talleres, no es una carrera al uso en ese sentido; pero también tiene un componente de iniciación muy fuerte, por lo tanto, seguramente nos estaremos equivocando y acertando en otras, es muy nuevo todo.

 GM. Tu experiencia viniendo de un Grupo teatral a la Universidad…

 AV. Es muy diferente porque los alumnos llegan a un grupo donde hay un lenguaje, una poética específica; en tanto que acá vienen a un espacio donde se enfrentan con distintos profesores y diferentes maneras de entender y hacer danza y teatro. La gran pregunta es cómo hacer de estas diferencias la posibilidad de asumir una cultura dancística o teatral, fuerte y decisiva.

GM. Eso sería lo ideal, pero amplificando esa mirada, cómo manejar esta perspectiva cuando en la realidad llega gente con ideas tan diversas de lo significa teatro o danza, o simplemente llegan, apenas imaginando y habiendo visto muy poco

 AV. Siento que, para todos nosotros, especialmente a los que venimos de culturas grupales, no ha sido fácil trabajar en la Universidad en el sentido que podemos llegar a confundir el aula con un grupo de teatro, y no es así, no lo es. Aquí nos enfrentamos a chicos, algunos jamás han visto teatro, ni danza; por eso la importancia de los encuentros dedicados a las dos disciplinas. Los chicos estaban sorprendidos de lo que veían, la identidad del teatro y la danza que se hace aquí. Por otro lado, vienen bombardeados de imágenes de una cultura mercantilista, vacía de sentimientos auténticos, no solo hay que reeducarlos (no me gusta el término) lo importante es tocarlos, cuando eso sucede los transforma, aunque muchos de ellos no terminen dedicados al teatro.  

GM. ¿Cómo contagiar esa cuestión de que el arte pasa por el cuerpo, por el pensamiento, y que hay que trabajar mucho para construir algo; cómo romper con esa influencia de la inmediatez y que todo parece fácil?

AV. Es una batalla muy fuerte que libramos todos en este contexto social, y me refiero a esta contemporaneidad que vivimos donde todo tiende a ser chatarra, la comida, el arte, la literatura y, en ese sentido, la Universidad de las Artes puede llegar a ser ese espacio donde sucede arte, donde la gente se cuestione, se interpele, eso es fundamental, Y pienso que, de a poco sucede, he visto chicos que vienen bombardeado por la danza  y el teatro que ven en la tele, y aquí entienden que hay otra maneras, esto es educación. 

Le damos mucha importancia a la investigación de carácter teórico, de hecho, en los fundamentos de la carrera está estipulado formar actrices, actores, teóricos e investigadores.

Hay profesores que se relacionan directamente dentro del ámbito de la teoría; pero siento que todo esto estamos construyendo y todavía no hay una forma, no hay aquí, no hay en el mundo, una forma de describir una experiencia artística, por ejemplo Pascal Quignard, con El origen de la danza, hace todo un tratado filosófico, o puede ser poesía también, y eso para mi es algo muy revelador, es un acercamiento a través de metáforas artísticas; asimismo, es necesario entender también que Roland Barthes cuando escribe, poetiza; y una crítica, cuando la escribes, poetizas, interpretas; esto es primordial enseñarlo, cómo lo enseñamos, esa es la pregunta.

GM.  Para ir cerrando esta charla ¿Cómo te sientes ejerciendo un cargo burocrático, qué pasó ¿se desdobló Arístides?

AV. Nooo, yo siempre extraño el ensayo, eventualmente estoy en la aventura de crear una Escuela de artes escénicas, reconociendo que aquí también existe un trabajo desafiante. Pero, en el fondo, sé que tengo que volver al ensayo. Extraño Quito y el Malayerba. Reconozco también que, ahora, estoy haciendo algo extraordinario en el sentido de que creo profundamente en la idea de una universidad de las artes. Pero sé que los creadores no debemos volvernos servidores públicos, aunque la Universidad da la oportunidad de crear, pero para grandes procesos se necesita otro tiempo. De todos modos, estar aquí me ha exigido interpretar el país teatral y dancístico de una manera diferente a la que estaba acostumbrado.

Siento que un cargo como el mío no debe durar mucho tiempo, porque, de todas maneras, un director dota de una identidad y eso tiene que cambiar, es saludable, no hay que perpetuarse en los cargos públicos, debe existir continuidad, pero limitada. Como decía anteriormente me veo más en los ensayos, con otras preguntas, por supuesto con otra mirada, otros paradigmas, pero retornando a ese lugar que me contiene, que es el escenario, la dirección, la escritura. 

 GM. Sin embargo, estas oportunidades amplían la mirada

AV. Sí, he tenido que ampliar la mirada y entender que esa realidad no siempre está consustanciada con lo que pienso, sino que es una realidad casi autónoma y que hay que asumirla, esta es nuestra danza, nuestro teatro.

 GM. No sé si tu eres parte de los que vimos con escepticismo este proyecto, porque al inicio era demasiado ambicioso, casi demagógico, con unas mallas curriculares fuera de la realidad, por nombrar algo 

AV. Las mallas son hipótesis que se van modificando en la práctica, o que te enseñan. Te decía, el lugar donde estás puede tener un relato extraordinario, pero la realidad te devuelve una imagen diferente y, todo reside en cómo potencializas esta realidad y no el relato que tú te armaste para enfrentar la realidad; porque de lo contrario siempre vas a interpretar la realidad a partir de lo que tu crees que es, pero no desde lo que objetivamente es, hay que aterrizar.

Lo que te quiero decir es que los chicos no van a ir en una lancha con la cabellera al viento… los chicos vienen de unos barrios duros, no tienen ni para pagar el bus; lo otro, es un relato idealista que no tiene que ver con lo que sucede, lo que realmente pasa aquí es que un chico que se droga, duerme en la calle y, de pronto llega a esta universidad y es transformado en una persona, y descubre, sobre todo, que hay que tener dignidad para vivir en un país, y que te tiene que sentirse bien en el lugar donde vive; y en una de esas creo que ni siquiera se relaciona con el arte, es una posibilidad de encuentro, de equilibrio y valorarse como persona, la oportunidad lo salva.

Esta tarde alguien de alguna universidade decía, “no hacemos artistas, hacemos investigadores escénicos”, yo agregaría que pretendemos hacer seres humanos, que en apariencia es más fácil que “hacer un pasaporte”, como decía Brecht. Aquí, hacer un ser humano es fundamental, y hacerlo a través del arte es genial.

GM. Creo que, casi siempre, se acciona el ego cuando se alcanza una instancia de poder y se empieza a hablar de legados. ¿Te has planteado alguno?

Es muy joven la Universidad para dejar una huella, somos algunos los que debemos pasar para dejar un rastro; de todos modos, siempre he sido modesto, no falsa modestia, pero sí modesto en cuando a mi personalidad, pero siento que he participado en los inicios de la construcción de la Universidad de las Artes, he sido alguien que ha realizado una labor a partir de la propia experiencia adquirida y, creo que ese aporte es suficiente para mí, viniendo del movimiento independiente.

 

 

 

 

 

 

Punto de quiebre /Santiago Rivadeneira Aguirre

Punto de quiebre /Santiago Rivadeneira Aguirre

Chichico va al cine (con celular en mano) /Juan Manuel Granja

Chichico va al cine (con celular en mano) /Juan Manuel Granja