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XVI BIENAL DE ARTE DE CUENCA: ¿QUIZÁ MAÑANA O DOLOROSAMENTE HOY? / JAIME FLÓREZ MEZA

Fotos: Jaime Flórez Meza

XVI BIENAL DE ARTE DE CUENCA: ¿QUIZÁ MAÑANA O DOLOROSAMENTE HOY? / JAIME FLÓREZ MEZA

Bajo el título de QUIZÁ MAÑANA, dado por la propuesta curatorial, se inició el 8 de diciembre de 2023 la XVI Bienal de Arte de Cuenca, uno de los certámenes de artes visuales más importantes de América Latina. Desde 1987 esta ciudad ecuatoriana (cuyo centro histórico está en el listado de patrimonio de la humanidad de la Unesco) es sede de este evento. Aunque en sus primeras ediciones era una bienal exclusivamente de pintura, a partir de la séptima —realizada entre noviembre de 2001 y enero de 2002— empezó a incluir otros campos estéticos, transformándose en una bienal de arte contemporáneo. Igualmente, la bienal le fue dando cabida a artistas de otros continentes. La presente edición estará abierta al público hasta el 8 de marzo de 2024.

Para esta decimosexta edición la Fundación Municipal Bienal de Cuenca invitó al curador argentino Ferran Barenblit. Las propuestas de treinta y cuatro artistas (entre latinoamericanos, europeos, estadounidenses y uno de la India) fueron seleccionadas para la muestra oficial. Las tres ganadoras, con premios de adquisición de obra, son estas: “Ser latino es estar lejos”, del venezolano Alexander Apóstol; “Cartografías de la sindemia”, de la chilena Voluspa Jarpa; y “La suma de los círculos”, del ecuatoriano Patricio Palomeque. La obra de Apóstol consiste en doce módulos de madera que representan rayuelas, ese conocido juego que también ha recibido el nombre de avión. “Cada migración no solo está asociada al punto de partida y al punto de llegada o anhelado, sino también a los distintos pueblos, ciudades o hitos naturales que pueden confirmar o interrumpir el camino; mi propuesta es hacer diversas rayuelas donde se plantee cada ruta hecha por cada grupo migratorio, donde cada casilla sea una ciudad, pueblo o sendero y que se denote la totalidad o parte de la ruta más usada”, explica el artista en sus notas de trabajo.

“Ser latino es estar lejos”

“Cartografías de la sindemia” es una instalación múltiple que utiliza gráficos, imágenes, documentos desclasificados de la CIA y videos que muestran los distintos estallidos sociales que se presentaron en Sudamérica durante el período 2019-2023, pero no solo referenciando los conflictos sociales, económicos y políticos que generaron los levantamientos populares en Ecuador, Chile, Colombia, Perú y Argentina; también se exponen las crisis ambientales y, como contrapartida si se quiere, imágenes del pasado arqueológico precolombino y urbano de las ciudades y zonas que recientemente fueron escenario de protestas sociales.

La RAE define sindemia como “un neologismo no asentado en el uso general que se documenta para aludir a una situación en la que varias epidemias coexisten en el tiempo y se potencian mutuamente”. Voluspa Jarpa resignifica esa palabra al plantear en su trabajo cómo pocos meses antes de que estallara la pandemia mundial de COVID-19 y durante la misma esos países sudamericanos vivieron una serie de estallidos sociales a raíz de profundas crisis económicas, políticas y ambientales. No solamente colapsaron los sistemas de salud, también lo hicieron los modelos económicos y políticos que han hundido a las clases medias y bajas de sus sociedades. Y en todos los casos las protestas fueron reprimidas de una manera tan brutal y desproporcionada que no había sido vista en décadas anteriores.

“Cartografías de la Sindemia”

“La suma de los círculos” es una propuesta audiovisual del artista ecuatoriano Patricio Palomeque en la cual siete personas y un grupo de colegiales recitan fragmentos del poema “Catedral salvaje”, del cuencano César Dávila Andrade (1918–1967), cada uno en un espacio arquitectónico o natural distinto. Una actriz, una bailarina, un escritor, una comunicadora, un actor de teatro, un chef indígena, un poeta y estudiantes de un colegio nacional prueban a darle vida a un poema que guarda cierta relación con “Alturas de Machu Picchu”, de Pablo Neruda. Ocho monitores reproducen la interpretación que se hace de cada fragmento en su respectivo entorno.

Otras obras a destacar son las del colectivo de artistas Cherani, de México, que trajeron cuatro propuestas que exponen con una sensibilidad, fuerza, creatividad y resistencia bastante particulares las luchas de las comunidades indígenas de Cherán y Arantepacua, en el estado de Michoacán, por la defensa de su territorio, medio ambiente y cultura. Desde abril de 2011, en medio de la violencia generada por el narcotráfico en la región, la comunidad se levantó contra “la tala inmoderada de 20 mil hectáreas de bosque, desde ese momento la comunidad se organiza y expulsa a los partidos políticos, la policía y el gobierno municipal”. Así, por ejemplo, “LUCHAS ENTRETEJIDAS. Caminos de autonomía indígena” presenta una serie de rostros de habitantes de la comunidad, algunos vivos y otros asesinados, estampados en camisas y otras prendas propias de los lugareños.

LUCHAS ENTRETEJIDAS. Caminos de autonomía indígena

En “JHURIMBITI… VIENEN DEL BOSQUE”, su realizador, Alain Silva G., representa al patrono del poblado, San Francisco de Asís, como un combativo líder de la comunidad (comunero purépecha) “que se impone con seriedad, juzgando los actos deshonestos y el ecocidio perpetrado por el hombre”. Lo rodean algunos coyotes.

“UARHIRI-KATANI Retratos de comunidad”, de Betel Citlally Pañeda Cucué, alude a las fuertes raíces de estos comuneros en su defensa frontal de su territorio y sus vidas y todo lo que ello implica. Las máscaras incrustadas en troncos, ramas y panales aluden a la celebración del Corpus de Cherán keri, y se elaboran a base de pasta de panales de avispa.


Estas obras recibieron una mención de honor, pero bien habrían merecido, en mi opinión, uno de los premios de adquisición de obra.

Otro trabajo interesante es el del artista multidisciplinrio paraguayo Fredi Casco, Pascua dolorosa, un proyecto del cual presentó una serie de retablos de madera que contienen viejos archivos notariales de propiedad de tierras y explotación forestal debajo de máscaras de una fiesta campesina, todo ello en el contexto de las luchas campesinas bajo la dictadura del general Stroessner: “Casco hace referencia a la ola represiva desatada en 1976 por la Policía paraguaya bajo el mando del general Alfredo Stroessner. Dirigida contra grupos campesinos vinculados a las Ligas Agrarias y Cristianas, acusados de tener nexos con la Organización Político Militar (OPM), esta oleada represiva se extendió por varios departamentos del interior de Paraguay. Su objetivo era desmantelar cualquier forma de organización entre los trabajadores agrarios, dejando un legado de persecución que repercutió en la desarticulación de movimientos campesinos durante muchos años”.


En cada retablo, en vez de figuras religiosas o familiares (como es costumbre en los altares de familias campesinas paraguayas), Casco inserta una máscara sobre los documentos. Son máscaras oscuras que corresponden a una tradición festiva llamada en guaraní Kamba ra’anga, esto es, figura de negro. Como explica el fallecido artista paraguayo Carlos Colombino, el kamba tiene una connotación de enemigo, amenaza y miedo: “Al evocarlo, nombrarlo o constituirlo en una imagen, se intenta una catarsis colectiva; al encarnarlo, de alguna forma, se lo destruye o se lo sublima; se espanta el miedo, al reducirlo a juego, a través de la simulación del peligro: la amenaza incita a un miedo ficticio, un miedo que puede divertir, incluso. […] pero siempre sobre la base de la figura del enemigo” (1989).

Para Fredi Casco “estas máscaras representan la imagen de la alteridad, en este caso el campesino, considerado enemigo en su propia tierra por un Estado represivo en alianza con oligarquías y mafias” (2023). Casco hace referencia al asesinato de campesinos, por orden del régimen, en la pascua de 1976, conocida como “pascua dolorosa”, en la prisión de Abraham Cué, departamento de Misiones: cada retablo está dedicado a un campesino asesinado. “Si bien este fue un episodio específico en la historia de la represión en Paraguay, podría decirse que marca un antes y un después en la lucha campesina y la persecución por parte del poder político y económico. Y esta historia se replica en gran parte de Latinoamérica”, precisa Casco. Los colores empleados son los que usan los campesinos en el interior del país en sus casas y ranchos, y también en urnas y nichos en sus cementerios.

Para terminar esta selección personal voy a citar una obra más, la del artista cubano Carlos Garaicoa: FAMILIA. Garaoica tiene raíces en Ecuador, sus abuelos eran ecuatorianos y emigraron a Cuba en los años treinta. Él a su vez migró a España hace quince años. Su obra es una reflexión sobre la familia, la amistad, la religión, el exilio, los oficios tradicionales. Empleando más de mil moldes de sastrería (elaborados, valga decir, por sastres cuencanos, siendo esta una práctica importante en la ciudad), Garaicoa encargó que solamente dos grupos de moldes fueran hechos en vidrio y el resto en madera y en cartulina o papel, y los ubicó en la capilla del Museo de la Medicina. Los patrones en vidrio están en la mitad del recinto. El porqué del material y su ubicación tiene una explicación sencilla y profunda a la vez: el vidrio es un material que resiste a elementos como el fuego y el agua, y en ese sentido la familia suele ser el grupo social más fuerte, resistente, duradero, afectivo y solidario en la vida de las personas, y a ello se debe la centralidad que ocupa justamente en nuestras vidas. Los moldes en madera representan lazos afectivos menos durables y fuertes, susceptibles de deteriorarse e incluso de destruirse, como podría ser una relación de pareja o una amistad de vieja data. Y los de papel son los más frágiles, aquellos que el fuego consume con mayor facilidad, como podrían ser las amistades circunstanciales y temporales o que estaban de alguna manera condicionadas. O que simplemente eran superficiales.

Reunidos estos moldes en el espacio de una capilla también aluden a la espiritualidad católica tradicional en las culturas latinoamericanas, pero en concreto a la ceremonia de la misa. Distribuidos de tal forma en el recinto muestran también cómo están organizadas, por decirlo así, las redes de afectos y solidaridades en las vidas del propio artista y de la gente en general, esto es, desde los grupos más cercanos a los más lejanos.

Habida cuenta de las propuestas artísticas que aquí se ha reseñado, de otras que por espacio no se pudo incluir y de muchas más que también abordan problemáticas como las de la migración, la violencia política, los crímenes de Estado, la protesta social, el narcotráfico, el capitalismo salvaje, la crisis ambiental, uno se pregunta qué tan pertinente es el concepto de “quizá mañana” que el curador Barenblit decidió aplicar a la bienal cuencana. En sus palabras, “el arte obra en el espacio de lo indeterminado, lo impreciso, lo incorrecto. A través de continuas preguntas, renuncia a cualquier voluntad de verdad indiscutible. Requiere complicidades, pasiones y coraje. Se sitúa en lo dicho y lo no dicho, en la idea de [que] cuando se dice algo es posible que se quiera decir exactamente lo contrario. Eso es lo que le otorga su desmedido potencial, el pensar que todo puede ocurrir, quizá mañana”. Sin embargo, la mayoría de obras participantes y las explicaciones que los propios artistas ofrecen sobre ellas no están operando sobre cuestiones imprecisas e indeterminadas. Y tampoco son representaciones de problemáticas o situaciones que ocurrirían en un hipotético mañana. Por el contrario, esas crisis están sucediendo ahora mismo, en Latinoamérica y en muchos lugares del mundo o en todo el mundo, como es el caso del cambio climático. Y los artistas las están nombrando, situando y confrontando en sus contextos. No nos están hablando de un ilusorio mañana sino de un desgarrador y trágico presente. En otros casos se refieren a hechos violentos de un pasado lejano o reciente que o bien no han perdido ninguna vigencia o se replican de manera similar o de otras formas en la actualidad. Todo está aconteciendo, pues, ahora.

Referencias

Colombino, Carlos (1989). Kamba ra’anga. Las últimas mascaras, Portal Guaraní, https://portalguarani.com/79_carlos_colombino/6381_kamba_raanga_las_ultimas_mascaras__por_carlos_colombino.html

El Nacional (2023). Fredi Casco exhibe “Pascua dolorosa” en la XVI Bienal de Cuenca, Ecuador”, https://elnacional.com.py/agenda-cultural/2023/12/22/fredi-casco-exhibe-pascua -dolorosa-en-la-xvi-bienal-de-cuenca-ecuador/

Fundación Bienal de Cuenca (2024). QUIZÁ MAÑANA, https://fundacion.bienaldecuenca. org/index.php/xvi-edicion-bienal-de-cuenca/













RESIDENCIA ARTÍSTICA

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