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ARQUEOLOGÍA DE LA AUSENCIA / Santiago Ribadeneira Aguirre

ARQUEOLOGÍA DE LA AUSENCIA / Santiago Ribadeneira Aguirre

La Casa Malayerba fue el escenario convenido por sus especiales características arquitectónicas y su historia. Todos sus espacios se repletaron de danza para cumplir con la iniciativa de presentar el espectáculo Olas de otro mar, creado por un colectivo de bailarines constituido por Josie Cáceres, Carolina Váscones, Esteban Donoso, Marcela Correa e Irina Pontón, que decidieron ‘revisitar cinco obras de danza contemporánea creadas en Quito, que tienen entre 13 y 25 años’.

Baila Josefina. Josie Cáceres

Lo que haya impulsado el trabajo del colectivo en aquellos años (que se cumplió en períodos y momentos distintos de la década de los noventa y dos mil), desde una perspectiva artística y ontológica tal vez haya sido el de una forma –la danza como medio de expresión– que se cumplió entre la abstracción y la fábula de una (necesaria) transformación corporal, estética, visual (es el tejido vivo) que comenzó a gestarse en el Frente de Danza Independiente.

Esto quiere decir, al menos dos cosas: 1. La danza contemporánea ecuatoriana respondía a un tránsito, el de los juegos (más bien las proyecciones) que están dentro del espacio de la representación como formas transgresoras. 2. Esto genera la circulación de un conjunto de ‘analogías’ narrativas –texto / gesto / contexto– que podríamos comparar con el efecto del ‘mármol de Paros’, (por su dureza, vitalidad, encarnadura) cuya frescura se despoja de la rigidez del tiempo aparente, para dejar abierto el tras-paso posterior a las impresiones originales de una connivencia corporal y antitética, más bien desde el aticismo.

Ósea Mar. Marcela Correa

Casi como la restauración de una relación provocada entre la imagen y las discontinuidades de la forma/danza. Cualquier relación mimética es cuestionada por la propia representación  y por el propio lenguaje, que se impregna de una voluntad de forma. Es la ‘estética de la imperfección’, que fue capaz de sostener las carnaduras de la danza contemporánea, antes y ahora. Cuando el colectivo decide volver a mirar (se) recuperando el hecho coreográfico único, además restablece, desde la reversibilidad lógica (Didi-Huberman) el ‘lugar de la ausencia’, restituido. ¿Y qué es lo que se reconstruye?

No se repone todo, por supuesto, sino lo que se mantuvo impregnado en la memoria del cuerpo, como en el mármol de Paros, los veteados de aquellas coreografías, para dejarlas al arbitrio de su propia desaparición / aparición. Es decir que son las trazas que atienden los requerimientos actuales de sus creadores originales, para abrirse al ahora de otra apariencia, entendiendo que la materia de esa nueva experiencia, no es solo el tiempo sino el fracaso de un deseo petrificado. El topos recuperado (Olas de otro mar) necesita de otras huellas (los cuerpos ya no son los mismos) y de otros advenimientos, como aconteció en la Casa Malayerba.

Las ruinas y los escombros de lo acaecido, no se recogen de entre las palpitaciones de un recuerdo o de un duelo. Las ruinas y los escombros del duelo, están en las palpitaciones de la reversibilidad que ha podido tener su origen en las venas de las primeras coreografías, presentadas en los años noventa y siguientes, como si por algún hecho fascinante e incomprensible, el proceso hubiera quedado suspendido, entre aquello que definió ese instante y la esporádica desaparición posterior de un acontecimiento tan irrisorio como fugaz.

El veredicto de la realidad de entonces fue el deseo de conservar algo. El veredicto de la realidad actual no puede ser otro más que la precariedad significante que cada coreografía pudo recrear, bajo el maravilloso enunciado de un (nuevo) lugar de la ausencia, que confiere a lo ocurrido en Casa Malayerba un estatuto de visibilidad paradójico, incomprensible para mostrar que debajo del tiempo transcurrido está la relación del duelo con la creatividad, esencialmente próxima, actual y recientemente viva, donde encontrarán sus creadores y los espectadores actuales, finalmente ¿su desenlace y conclusión?

FICHA TÉCNICA

Baila Josefina de Josie Cáceres

27 de Carolina Váscones

Iridiscencia de Esteban Donoso

Ósea Mar de Marcela Correa

Bajo el agua de Irina Pontón

Obras: Histeria Blanca de Irina Pontón (1999); La Huesudita de Carolina Váscones (2001); Más adentro de Marcela Correa (2002); 27 minutos de  Josie Cáceres (2004); y Esteban baila de Esteban Donoso (2011).

Lugar: Casa Malayerba / temporada enero 2024

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