Consideraciones urgentes/ Arturo Garrido

1.      El envejecido canon del prestigio 

Recuerdo que a fines de los años setenta y a principios de los ochenta, los prejuicios institucionalizados que desde instancias oficiales se hacían, instrumentando la palabra “calidad” como medio para descalificar los conceptos y formas que las nuevas generaciones de bailarines hacíamos, fue superado por el reconocimiento inevitable de que los tiempos habían cambiado y que nuevos discursos, formas e ideas, poblaban la escena dancística de México

Pienso que hoy, en Ecuador, nos enfrentamos de igual manera a la necesidad de poner en cuestión los conceptos institucionalizados de “prestigio” y “trayectoria”.

Al margen de los espacios regulares por los que transitan estos conceptos; se expande un territorio poco frecuentado por quienes designan lo prestigioso y nombran, calificando las trayectorias. Es pues, en franca contradicción, con el canon legalizado de lo correcto, que  adelanto estas reflexiones:  

El Premio Nacional al igual que otros, representan el reconocimiento a la trayectoria artística de una vida. Y son muchos los artistas de gran trayectoria que lo merecen. Por lo que pienso que es fundamental  sumar otras consideraciones como: la situación de seguridad social y económica de quienes dando su vida al arte, hoy están en situación de carencia. 

Por otra parte, creo que es importante cambiar el ángulo desde el que observamos, los conceptos naturalizados de lo prestigiado, celebre o famoso,  a otros que puedan ver aquello, que no se mueve en los espacios publicitados del prestigio institucional, sino en otros espacios, inclusive los subterráneos y marginales que han dado aportes significativos a las artes, fuera de los espacios legales, publicitarios o corporativos; alumbrando experiencias, conceptos, formas y vidas consagradas a una pasión que transita fuera y al margen de las visiones legalizadas.  

2.      Un premio incompatible con un ecuador creativo, múltiple y diverso

La forma en que, actualmente está planteado el premio Eugenio Espejo, es incorrecta e inexcusablemente limitada (solo tres reconocimientos en disputa incompatible cada dos años). Pone a competir a creadores y científicos entre categorías no comparables. Por ejemplo, como se califica la importancia de la trayectoria de un escritor con un bailarín o de un músico con un actor, un científico social con uno biológico, etc. 

El premio debe ser anual y no bianual, considerándose uno por cada disciplina: teatro, danza, música, plástica. En ciencias: formales, naturales y  sociales. En literatura: novela, poesía, cuento y ensayo  Y también uno que englobe (fotografía, cine y tecnologías digitales). Dando un mínimo de doce creadores y científicos galardonados cada año. 

Es miserable, que la comunidad artística y científica del Ecuador tenga un premio bianual, cuando los gobiernos despilfarran recursos en campañas publicitarias, armas de represión, banquetes y prebendas políticas cada año. 

Hay que procurar, que el Premios Nacional, dejen de ser un acto de simulación,  ajeno a la realidad de la comunidad artística y científica; Y que  sea  justo y coherente, anual y diversificado en disciplinas y categorías, respondiendo así a la multiplicidad creativa e investigativa de Ecuador. 

3.      La sospecha de la incuria

Por otra parte, me sorprende que la promoción del premio Eugenio Espejo, haya desatado una fiebre competitiva similar a las campañas electorales; como si la importancia de la creación artística descansara en la cantidad de votos acumulados por cada postulante, o que la trayectoria creativa estuviese supeditada al sufragio de personas ajenas a dicha trayectoria. 

El valor de una obra, así como de una vida dedicada al arte, nada tiene que ver con el asunto publicitario que hoy anima a tantos creadores. Pienso por otra parte que este, solo es un episodio pasajero,  ocasionado por la crisis económica y social de la pandemia. 

Queda sin embargo la sospecha, de que más bien, es el resultado del abandono institucional de años y la carencia de políticas públicas eficientes en la promoción y financiamiento de la producción y difusión artística.