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ARTE Y PANDEMIA  / Genoveva Mora Toral

ARTE Y PANDEMIA / Genoveva Mora Toral

Es este un pequeño segmento de lo que a diario ocurre en las redes que, hoy, son el ‘espacio por excelencia’, recogen mucho reclamo, enojos, amargura y revancha; pero también, ¡gratitud infinita! nos han permitido acceder publicaciones amigables, y especialmente al ARTE, gracias a la entrega de gente valiosa.

En medio de esta pandemia física y moral que vivimos, la vida nos ha colocado en distintas posiciones y circunstancias, nuestros roles como actores y espectadores de esta puesta en escena impensable, se han vuelto no solamente vulnerables, sin que a veces sentimos que la palabra no aflora frente al dolor y a la falta de escrúpulos, no hay vocablo para nombrar esta tragedia porque encierra en sí misma demasiado espanto, tanto como nos cuesta dar crédito al este momento de descomposición de una cantidad de gente en posiciones de poder; asimismo al lamentable papel de un gobierno descompuesto e inefectivo en muchos ámbitos. 

En un intento de situarme al margen, de buscar perspectiva, constato (una vez más) que las políticas sociales, culturales, no existen, que la precariedad reinante es tan grande que tampoco se la puede resumir en un solo nombre. 

Sin embargo, lo que sí se puede afirmar es que el ARTE nos sigue salvando, solo hay que mirar los multiplicados esfuerzos de artistas de distintos géneros que entregan su creatividad y deleitan el alma. 

Cada unx de nosotrxs hemos vivido lo nuestro, desde realidades particulares y diversas. No obstante, ¿qué nos ha sostenido vivxs en medio del dolor? Aparte de las creencias personales, los artistas y su entrega, su capacidad de seguir produciendo aún desde la carencia; de hecho, esta es una de las grandes paradojas de nuestro mundo; ellxs, uno de los grupos marginales del sistema, sostienen nuestro espíritu.

Karla Kanora. Foto Facebook

Karla Kanora. Foto Facebook

En estos últimos meses la música, entre otras, ha sido la gran protagonista, conciertos inolvidables, no solo por el tiempo que atravesamos sino por su impecabilidad. Anticipo que, de música solamente se escucharla, sin embargo, puedo dar fe de que su efecto es mágico, todxs conocemos su posibilidad infinita de atravesarnos, conmovernos y de transportarnos a un estadio diferente cada vez, de acuerdo con el tipo de propuesta. Sucede con ellas que, nos llevan a eso tan difícil de definir con precisión: el arribo a un estado donde la emoción, junto al intelecto, procesa el lenguaje simbólico y lo asimila de manera profunda sin que, necesariamente, entre en juego la razón. Así lo sentimos con Karla Kanora y su vibrante voz, su presencia potente, que da cuenta de la artista que se ha ido consolidando, su presencia no escatima energía, comprueba que, además del talento propio hay un trabajo incesante y una entrega impresionante. 

Alex Alvear. Foto Facebook

Alex Alvear. Foto Facebook

 Alex Alvear, celebro sus ‘ticinco’ junto a Wañuta Tonic, grupo integrado por su hijo Matías, Juan Ernesto Guerrero, Nelson García y Raúl Molina. Un ‘conciertazo’ y el homenaje, virtual de amigos y familia quienes llegaron con sus mensajes de reconocimiento y amor; así también varios e impecables músicos que tomaron parte en un concierto que nos recordó la importancia y el aporte musical de este compositor y el talento de músicxs como, Mariela Condo, William Farinango, Álvaro Bermeo, entre algunos.

Grecia Albán. Foto Facebook

Grecia Albán. Foto Facebook

Grecia Albán también deleitó con su música y voz, junto a Daniel Pacheco -acordeón- y Cristóbal Piña -guitarra-, y como invitado Félix Atahualpa. Hermosísimo concierto, estupendos músicos y, Grecia, una vez más, hizo gala de su talento tan prolífico que consigue amalgamar la música andina con un ritmo propio, sus composiciones se sostienen fuertemente en el juego de su voz, que con registros variables se torna en instrumento dúctil que armoniza, sorprende y deleita visual y auditivamente.  

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En esta mínima nómina cuenta la presencia sostenida de María Tejada y Ronald Regnier, que cada semana ofrecieron su música en un gesto de admirable solidaridad. Ellos son una pareja excepcional, ella compone y canta y él es una arreglista y guitarrista de primera línea. En esto tiempos pandémicos han compartido su repertorio desde la calidez de su pequeño estudio en casa, y la cita de los domingos a mediodía se convirtió en gran aperitivo, en paréntesis para dejarnos llevar por voz y la guitarra; su público esperó atento la propuesta semanal de esta pareja inigualable. 

Seguramente todo lo que he dicho es una perogrullada, pero no pretendo nada más que reconocer y hacer pública mi agradecimiento a cada uno de estos artistas. 

Valentina Pacheco. Foto Archivo Apuntador

Valentina Pacheco. Foto Archivo Apuntador

Mucha gente de danza y teatro mantiene una actividad increíble, casi todxs encuentra la manera de convocar; las clases no han cesado, las conversaciones sobre el quehacer escénico tampoco. Destaco, como ejemplo, la propuesta de Estudio de Actores, quienes han sostenido numerosas sesiones acerca de la teoría y el trabajo en las tablas. La cartelera teatral sigue activa, Juana Guarderas, María Beatriz Vergara, Monserrath Astudillo, ellxs entre muchos, han permanecido dando alegría y provocando más de un buen momento en medio de tanto mal. Valentina Pacheco, estrenó una obra de su autoría Amor Con-FIN-ado, y lo interesante, una puesta en escena concebida para teatro virtual; donde vemos a un personaje múltiple y bien logrado. 

Varios grupos están en la palestra, y no es posible seguirlos a todos, porque la pantalla, hay que decirlo, agota. De modo que, pido comprensión porque seguramente se muchos quedan fuera de este recuento del mes de julio.

Igual sucede en el ámbito de la danzaErnesto Ortiz sostiene un espacio con interlocutores muy reconocidos del mundo dancístico, espacio que se ha convertido en oportunidad para entender cómo, cada quien procesa su creatividad, asimismo para mirar discursos dichos desde el cuerpo en su propuesta ‘Movernos por movernos’. 

Recepción lunar. Foto Facebook

Recepción lunar. Foto Facebook

El pez dorado, presente con el estrenó de su corto Recepción lunar, versión pensada para el espacio virtual, intensa y lograda, una verdadera poesía dicha con el cuerpo, en la que se juega con el claro oscuro del tiempo y las dinámicas personales; como siempre estupendas interpretaciones de Juliana Zúñiga y Cristina Baquerizo, y por cierto de su director el ‘Yoyi’.

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Anna Jácome compartió Calles vacías, un trabajo muy conmovedor, un recital de tres danzas que denuncian los inaceptables hechos de violencia hacia mujeres y niñxs asesinadxs, violadxs y desaparecidxs. Una velada triste y al tiempo impactante por el testimonio de la madre de Valentina que no cesa en pedir justicia.  

Coreografías efímeras a un metro de distancia. Foto Facebook

Coreografías efímeras a un metro de distancia. Foto Facebook

RodezAlhampa, grupo constituido al inicio de la pandemia por Andrés Santos y Bertha Díaz, un proyecto creativo que ha planteado en los dos meses anteriores Coreografías efímeras a un metro de distanciaun manera de volver a ocupar el espacio público -con todos los protocolos de ley- usando mecanismos de la teatralidad y del pensamiento coreográfico. Las propuestas las trabajan con los alumnos de la Escuela de Artes escénicas de la Universidad de Cuenca. 

Cedex Danza, activa su atención y la del público para sostener ‘A cielo abierto’, están preparando su sexta edición del festival.

 Espacio vazio está celebrando su década en escena, sus clases continúan abiertas, su ánimo no ha mermado y están a punto de estrenar nueva obra: Engendro.

Y, el broche de oro le correspondió a La Compañía Nacional de Danza del Ecuador con 

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 La consagración en tiempos de encierro 

Stravinski, lo sabemos, escribió La Consagración de la primavera, a pedido de Diaguilev para los balletsrusos, sin embargo, él tenía ya en mente escribir algo que rompiera con la belleza del romanticismo, quería hurgar en lo primitivo, en la ceremonia tribal, en el sacrificio. Conocemos también del escándalo de su estreno en ese mayo de 1913 cuando Nijinkski, el coreógrafo y el compositor, junto al gran productor, sufrieron por el rechazo y el desborde de un público que no entendió, o no estaba listo para leer esta pieza, o tenía la expectativa de que iban a presenciar algo tan atrevido como La siesta del fauno, de Debussy, que igualmente enfureció al público por el gesto desafiantemente erótico del bailarín. En La Consagración… lo que sacó de casillas a los franceses espectadores fue el rompimiento con las leyes del ballet, la buscada desestructuración de la obra y la aparente anarquía de los intérpretes. En fin, que esta ‘consagración’ ha ido afirmándose a través del tiempo y de las tantas interpretaciones realizadas en el escenario de la danza contemporánea.

Jorge Alcolea, coreógrafo de la CNDE, realizó su primera interpretación en y para teatro; hoy en tiempos de encierro y pandemia nos entrega su segunda versión, en la que, realmente, el trabajo de los bailarines e intérpretes logran concretar su propuesta con mucho vigor y creatividad.

Cada uno de ellxs es pieza de un rompecabezas ‘vivo’ llamado encierro, piezas que encajan y desencajan en su lugar, una suerte de símbolo que se desvela en su sombra y rompe, como el compositor también lo hizo, con románticas ideas de rituales particulares. Ellxs han decidido abordar sus propias tinieblas y consiguen mediante el vigor de sus gestos y lo osado del movimiento situarnos en la inmediatez de un tiempo nada primaveral; no hay tribu, ni bosque que los sostenga, son estructuras de cemento, espacios más bien estrechos donde se entremezclan las necesidades amorosas y sus contrapartes, la primitiva insuficiencia de marcar espacios y al tiempo escapar de ellos. 

“Tenemos que beber hasta saciarnos de los frescos manantiales de las montañas y no de vuestras copas de plata”, lo dijo Bartok cuando compuso su Cantata Profana, la historia de nueve hijos transformados en ciervos encantados; hoy nos toca beber nuestras copas, llenarlas de imaginación y de todo aquello que nos sostenga, es decir de arte, probado está que ha sido nuestro manjar en tiempos de pandemia.

 

 

 

 

 

La Espada de Madera/ Genoveva Mora Toral

La Espada de Madera/ Genoveva Mora Toral

Consideraciones urgentes/ Arturo Garrido

Consideraciones urgentes/ Arturo Garrido