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Crónica tres: Receta inconclusa para preparar y vivir una deliciosa gira teatral parte1/Fer Jr Prieto

Crónica tres: Receta inconclusa para preparar y vivir una deliciosa gira teatral parte1/Fer Jr Prieto

Crónicas brechtianas o escritos distantes para pensar el teatro con música de Nick Cave, The Clash, Chris Cornell y Johnny Cash.

No hay nada más rockero para un grupo de teatro que organizar una gira teatral,  preferiblemente una gira a la vieja usanza, como quien dice a lo Tespis o a lo juglares de la edad media, y aunque hoy en día es difícil que algún grupo se anime a irse sin retorno fijo, que los hay los hay y que todos sueñan con hacerlo es casi una apuesta segura, entonces y aprovechando la experiencia de ocho giras internacionales en veinte años, vamos a tratar en el siguiente par de crónicas brechtianas o escritos distantes, dar a conocer la receta inconclusa para preparar una deliciosa gira teatral.

Prepárense un cafecito, té o mate, cálense los auriculares con la música del concierto Distant Sky, Live in Copenhagen de Nick Cave y comencemos.

EL TERAPIA DEL GRUPO

Lo primero y lo más importante, es saber que absolutamente nada garantiza el éxito de una gira, muchas terminan antes de comenzar y se cuentan las experiencias de varios grupos que se han acabado en el camino o cuando regresan, y eso ocurre porque una gira por tierra es terriblemente intensa, suelen salir los demonios personales más ocultos y las debilidades de grupo flotan como excremento sobre el mar cuando se está viajando, al principio claro todo es lindo, la expectativa es alta y la diversión garantizada, pero un mes o dos después, cuando se está lejos de casa, y se comienza a extrañar a la mamá, a la novia o el novio, a la camita caliente, cuando la comida cae mal por la variedad de condimentos al cruzar fronteras, cuando el morral con los bártulos se hace más pesado y el grupo apesta por la falta de baño de varios días viajando, o el dinero comienza a escasear, lo que pareciera ser en principio una bella experiencia se puede volver una confrontación que nadie pidió, ahí es cuando nos damos cuenta de realmente quiénes somos y de qué material estamos hechos como personas, artistas y como grupo. Siempre comparé una gira teatral al hecho de escalar una montaña, y entonces si estamos preparados de las mejores formas, todas aquellas cosas que hacen difícil el viaje, pueden ser superadas de manera amable y con tenacidad, y de aquello pueden quedar hermosos recuerdos que son para toda la vida.

Es clave entonces para comenzar, conocerse bien como grupo, entender al otro, desde sus cosas menos agradables a sus cualidades más potentes, que si ronca, que si hecha pedos a la noche, que si jode por la comida, que si llora porque extraña, que si no para nunca de hablar, que si después de un tiempo apesta peor que loco de barrio, que si es cooperativo, que si tiene alma de madre, que si cocina rico, que si es divertido, que si sabe proponer buenas cosas, que si es hábil a la hora de resolver conflictos.

Es bueno antes de irse a recorrer de extremo a extremo, hacer viajes cortos como si fueran parte de la gira, mejor dicho, hacer simulacros de gira y luego conversarlos, porque en esos simulacros podemos presentir como es cada uno y una y ver quien se va a ganar el título de “Terapia de grupo”

Jocnny Arredondo, Andrea Toro, Camilo Pinzón, Diana Pinzón, Tatiana Nieto Fernando Prieto, Diana Marcela Carolina. Foto cortesía del autor

TERAPIA DE GRUPO: Dícese de aquel o aquella, propenso a meter en problemas a todos, ya sea por su carácter, porque siempre anda con el reflector encendido, porque nunca hace nada o porque todo le resulta pésimo, suelen tener personalidades diversas, logra sacarle el mal genio al resto, cae mal en cada sitio y genera tensiones permanentemente, sobre todo al mes de recorrido, aunque parezca un personaje de una película de John Carpenter el terapia es necesario en una gira porque libera tensiones y suele sorprender con soluciones a lo Samsagaz Gamyi en la Grieta del Destino.

En cada gira alguno se convierte en eses personaje o puede ocurrir en una gira larga que se turnen el papel, varios.

Conocer el grupo con el que se viaja es bueno, pero ojo, no es lo mismo un grupo estacionado en tierra a un grupo que va a viajar  durante un tiempo, en una gira por tierra es muy usual, verse las caras las veinticuatro horas del día, y que todos deban dormir juntos en una misma habitación, en un mismo espacio que amablemente alguien prestó, en un hostal; es importante saber a la hora de cocinar si alguno tiene alergias, si hay algún vegetariano o vegano, si las porciones no son iguales, porque alguno es un tragón, o porque come como paloma, no intenten cambiar hábitos eternos en un viaje de algunos meses porque eso le genera mala onda al cuestionado y se devuelve, y del otro lado intenten ser más conscientes de que no todos deben sujetarse a los caprichos propios, se debe pensar de manera colectiva, pero también es importante tener momentos en solitario y pensar de manera individual porque es ahí cuando tomamos distancia y vemos todo con otra mirada, ah, pero eso sí, no dejar de hacerlo de manera amable, optimista, humorista y sobre todo constructiva es importante.

Este primer punto pareciera un manual de un libro de auto superación grupal, vale véanlo así, pero acuérdense de mí cuando el terapia o alguno otro les arruine la gira por no darse el tiempo de conocerse como grupo y hacer los dichosos simulacros.

Rosario Sabarrena, Ailén Acosta, Martín Nuevo, Laura Goitya, Franco Cesare, Gael González, Fernando Prieto, Teddy García. Foto Cortesía de Autor

EL PESO DE LOS MORRALES

En las primeras giras llevábamos tantas cosas que era imposible andar en grupo, teníamos que hacer guardias de cuidado de bártulos en cada estación, frontera, paso, etcétera del camino, hubo casos sorprendentes de sobre peso de huevadas, que si hiciera una lista en esta crónica se darían cuenta de lo absurdo que uno se pone a la hora de girar porque uno cree inconscientemente en la idea de que uno se va a vivir a una la isla desierta, donde no hay nada y, no es así, muchas cosas se consiguen del otro lado, tanto personales como de la obra que se lleve, este tema aprendí tarde a solucionarlo fácil, el morral que cada uno lleva debe ser inferior a los 70 litros de peso, y las cosas de la obra deben entrar en una maleta adicional de rodachines, la obra debe estar pensada para que se pueda movilizar fácil y la regla de oro es que lo que no entra en el morral no va, así que cada uno debe ver como acomoda sus cosas de tal forma para que todo quepa.

CONCEJO: no morrales nuevos, desgástenlos, que se vean un poco sucios, y siempre la ropa sucia en la parte de arriba, aleja a ladrones y policías migratorios intensos.

Parece un punto menor, pero uno del grupo que viaja con sobrepeso recarga en los otros ese peso, es ecuación matemática infalible.

EL ESTUDIO PREVIO DE LAS COSTUMBRES

Entender el lugar a donde se viaja es tarea de investigación grupal, es clave conocer cosas tan básicas como la moneda, su cambio a dólares y a moneda local, es importantísimo llevar calculadora en la mano, ser matemático ágil a la hora de cambiar, a veces se cambian de un país a otros en un día y si no se tiene claro cuanto es cambiar de la moneda propia, al dólar, a la moneda del país donde se está, se puede llevar una muy mala experiencia, en la frontera de Ecuador con Perú, hace años, descubrimos que los cambistas callejeros tienen las calculadoras alteradas, por fortuna uno del grupo siempre hacia la conversión y se dio cuenta a tiempo.

La comida en cada lugar varía en su preparación y condimentación, es normal que uno se enferme de la panza durante los primeros días, es normal pasar de bus de pueblo, a bus cinco estrellas, a subte, a mochilero; con frecuencia, se pasa de clima frio a clima templado facilito, no es igual pedir un tinto en Colombia a un tinto en Chile, no es lo mismo decir “coger” en Ecuador a “coger” en Argentina, y no en todo lugar el agua de la llave es potable.

Estudiar las costumbres de los países a donde se va a girar es un plus adicional que libera algunas cosas en el viaje.

LA SEGURIDAD VITAL

Hoy me aterra pensar que viajábamos sin un seguro, y sin las posibilidades tecnológicas de hoy en día, así que coticen y compren un seguro de viaje que puede evitar pasar malos ratos, también está bueno un plan de roaming internacional, llevar al menos una tarjeta de crédito grupal y esconder dinero en el morral (las medias sucias son un buen escondedero) 

Es clave llevar papeles en regla, EL PASAPORTE es importantísimo, hace poco me desprendí del bolsito que siempre llevaba pegado al corazón donde cargaba los papeles importantes y el dinero, nunca perdí nada, dormía con el e incluso en el baño lo dejaba en un lugar visible mientras me bañaba, no confíen de los canguros que van en la cintura para las cosas vitales, a menos que sea de esos que van dentro de la ropa.

Es bueno para agilizar trámites de fronteras, llevar papeles a la mano, como invitaciones, el famoso pasado judicial, carnet de vacunas COVID, cédula, también tener a mano una lapicera por persona, y sobre todo es importantísimo, fijarse que otras cosas piden en cada país para su ingreso.   

En este punto del escrito es importante cambiar de Nick Cave a The Clash porque lo que sigue es terroríficamente revelador.

LA LEVEDAD DE LAS COSAS PERDURABLES

Lo que sigue ni es terrorífico ni es revelador, era simplemente para ponerle un poco de falsa emoción a lo que llevamos de la lectura, pero sí vamos a decir que una gira es un cúmulo de emociones y experiencias que en la mayoría de casos no se disfrutan en el momento, sino después, los recuerdos de un viaje teatral se añejan de la mejor forma y nos confronta con lo que creemos y somos, una gira es una manera de percibir la vida de otra forma, cuando llegamos a otro lugar vemos que estamos en contra vía de la rutina de ese lugar, el reloj no anda igual y los colectivos o buses donde pasamos horas eternas se convierten en zonas de pensamiento cuando hasta la batería de los celulares se termina, es ahí cuando apreciamos el paisaje, amamos a los nuestros, nos sentimos orgullos de hacer teatro y admiramos a los que viajan con nosotros, porque una gira en los tiempos modernos es un acto de revolución hacia nosotros mismos, girar es cambiar el destino, una gira nos cambia, nos hace generalmente mejores, más fuertes, más sensibles y más reflexivos en torno a lo social, cuando se viaja por primera vez, se quiere seguir viajando, se convierte casi que en una adicción.

Girar es amar la vida de otra forma.

En la primera parte de esta crónica brechtiana hemos visto un viaje teatral, principalmente desde lo personal, en la segunda parte vamos a leer sobre lo teatral, no se pierdan la segunda parte, ¡está buenísima!  

Disfruten a The Clash.

 

 

Postular, postular y postular /Sharon Olazaval

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Armonía y movimiento en el origen y fin del universo: Apuntes sobre Polvo de Estrellas /Jhonatan Salazar Achig

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