“ DOS GARDENIAS PARA TI” / Humberto Calaña Requeiro
“DOS GARDENIAS PARA TI”
Autor: Humberto Calaña Requeiro
Comedia Sentimental:
PERSONAJES
AURORA (64 años)
GENEROSO (75 años)
CUADRO I
ESCENARIO
Cámara negra con elementos de estructuras blancas, insinuando espacios, que serán delimitados por luces, de la siguiente forma: a la derecha, cocina y comedor de diario con puerta de servicio y ventana grande que da a un jardín al fondo; a la izquierda, en primer plano, puerta que conduce a un recibidor donde se supone la puerta de calle, y hacia el fondo, la sala de estar con puerta lateral hacia el extremo izquierdo, que conduce al resto de habitaciones.
(Al encenderse la luz, suena un teléfono insistentemente. Al fin, sale a contestar Aurora por la puerta del fondo. Medio dormida, se sienta en la mesita junto a la puerta del recibidor, y empieza a conversar…)
AURORA Aló, sí… ¿Quién…? Ah, Isabel… sí, perdona, es que aún estor dormida… No, no está, tuvo que viajar… Sí, a su pueblo, a visitar a una hermana que está enferma… Sí, en Manabí… pero bueno, dime, ¿qué querías…? ¿Hoy? Sí, está bien… ¿a qué hora?
(Suena el timbre de la puerta.)
Espera… espérame un ratito, Isabel, que están tocando la puerta… ¡Ya Vd.…! (Aparte.) ¡Parece que todo el mundo ha madrugado hoy! Bueno, Isabel, te dejo para ver quién es… ¿cómo?... No, ni idea… ¿Qué? Las nueve y media, ¡qué temprano!... Bueno, sí… Ya, chao. (Cuelga el auricular.) Por Dios, esta Isabelita no tiene fin para despedirse… ¡Ya va, un momento! ¡Dios mío! ¿Quién estará tan apurado…? (Desaparece un momento por el recibidor que da a la puerta de calle.) (Voz en off.) ¡Vaya por la puerta de la cocina señor! (Entra, de nuevo se dirige hacia la puerta de servicio.) ¿Qué se habrá creído? Un trabajador tocando por la puerta del frente, ¡como si no hubiera aquí puerta de servicio!
(Suena el timbre por la puerta de servicio.)
AURORA: ¡Sí, señor!, ¿quién me dijo que era?
GENEROSO (Voz en off.) ¡El plomero que usted mandó a buscar, señora!
AURORA ¿Plomero, yo? No señor, está equivocado…
GENEROSO(Voz en off.) ¿No es aquí donde trabaja Rosi? Rosi Zambrano, ella es vecina mía, y me dijo que viniera a ver el problema del fregadero, que se había tapado…
AURORA ¿Tapado el fregadero? Un momento… (Va hacia el fregadero y confirma que efectivamente hay un problema; luego decide, un tanto insegura, abrir la puerta.) Pase, pase, señor… Parece que sí, que el fregadero está tapado, pero es que como ella tuvo que viajar de urgencia a casa de su familia y yo no sé…
GENEROSO(Entra, muy seguro de sí mismo.) Pero yo sí sé, ya ella me contó… (Viendo el fregadero.) No hay más que mirarlo para darse cuenta de lo atorado que está.
AURORA Sí, es cierto… Es que yo vengo tan poco a la cocina que no me había fijado bien… (Viendo el fregadero.) ¡Qué barbaridad!
GENEROSO Bueno, entonces, ¿le metemos mano?
AURORA ¿Cómo?
GENEROSO Que si empiezo el trabajo…
AURORA Un momento, no hemos hablado del precio.
GENEROSOBueno, Rosi me dijo que viniera y por eso vine, el precio ya lo arreglamos con ella según lo que me contó que tenía el fregadero. De todas maneras, me dijo que cualquier cosa converse con ella, pero si usted quiere nos ponemos de acuerdo usted y yo…
AURORA No, no, si ya Rosi arregló lo del precio está bien. Yo no entiendo mucho de estas cosas… (Da vueltas, como aturdida.) Usted perdone, es que no resisto levantarme tan temprano.
GENEROSO¿Temprano? ¡Son más de la nueve de la mañana!
AURORA Bueno, para mí lo es… además me está haciendo falta mi taza de café, Rosi siempre me lo lleva a la cama, y así, sin tomarlo…
GENEROSO¿Qué pasa? ¿No tiene café? No se preocupe, si quiere yo se lo puedo traer, en el camino vi una despensa…
AURORA No, no es eso, por ahí debe estar, si el café nunca falta en la casa… Lo que pasa es que…
GENEROSO¿Qué?
AURORA Es que…
GENEROSO¿Qué no sabe preparar un café? ¿Qué clase de café toma usted?
AURORA ¿Yo? Café pasado, y aquí hay una cafetera italiana, lo que sucede es que es Rosi quien lo prepara, yo nunca lo hago. (Buscando.) Debe estar por aquí…
GENEROSOAh, bueno, en esas cafeteras sí hacen un café bien rico y fuerte, como me gusta a mí…
(Aurora encuentra la cafetera pero no sabe qué hacer con ella; luego saca un tarro de café, pero sigue igual de pérdida.)
GENEROSOA ver, señora… ¿señora…?
AURORA Aurora… Aurora Viuda de Álvarez.
GENEROSOBien, Doña Aurora, permítame, si quiere yo la ayudo…
AURORA Bueno, se lo agradezco, porque yo… para esto de la cocina…
GENEROSOSí, es zurda.
AURORA ¿Cómo dijo?
GENEROSOQuiero decir que no es muy hábil… (Empieza a preparar la cafetera.)
AURORA (Se da cuenta de que está vestida inadecuadamente.) Eh, perdone un momento… mientras usted hace el café, me voy a arreglar un poco. (Mientras sale, para sí misma.) ¡Qué día escogió Rosi para viajar! Primero Isabelita, y ahora el plomero. No sé por qué presiento que este va a ser un día terrible.
CUADRO II
(Aurora, sentada a la mesa, toma el café, y también Generoso toma café de pie, mientras mira el fregadero, un poco de espaldas.)
GENEROSODe verdad que no hay como una buena taza de café para empezar el día. Aunque, para ser sinceros, esta es como la cuarta taza que me tomo, porque claro, como yo me levanto a las seis de la mañana.
AURORA ¡Jesús! ¡Qué hace despierto tan temprano!
GENEROSOEn realidad no mucho, pero es el hábito. Es que no soporto estar en la cama sin dormir.
AURORA Pues yo adoro estar acostada, y el madrugar, como hoy, me pone los pelos de punta.
GENEROSO Pero es que si uno se levanta más temprano, le rinde más el día…
AURORA Qué quiere que le diga, para mí esa es una costumbre de montubios; además, a mí el día me sobra.
GENEROSO Qué suerte, porque a mí, en cambio, no me alcanza…
(Mientras Aurora termina su café, Generoso continúa trabajando, y empieza a cantar el bolero Nosotros, primero muy bajito, y luego se entusiasma tanto que incomoda a Aurora.)
AURORA Señor, ¿para trabajar tiene también que cantar?
GENEROSO ¡Ah…! Disculpe, señora, es para distraerme y distraerla. ¿No le gustan a usted los boleros? Este se llama Nosotros; y su autor es Pedro Junco.
AURORA Sí me gustan, pero no a esta hora.
GENEROSO ¿Qué le gusta a esta hora?
AURORA Estar durmiendo todavía, en lugar de estar levantada viendo arreglar el fregadero y escuchando mal cantar boleros…
GENEROSO Un momento, señora, si usted quiere yo me callo, pero eso de “mal cantar” no es cierto; que yo no seré un Luis Miguel, pero tampoco lo hago tan mal.
AURORA Disculpe, disculpe, no fue mi intención...
GENEROSO Sabe qué, le voy a repetir un bonito refrán, que escuché una vez en una emisora de radio de mi pueblo, decía así: “La música es el alma de los pueblos, y un pueblo sin música es un pueblo sin alma”. ¿Qué le parece?
AURORA Muy bonito, señor, muy bonito. Pero en realidad, yo lo que quiero es que usted terminé rápido ese trabajo para irme a acostar otra vez.
GENEROSO ¡Qué lástima! Lamento decirle que este trabajo va para largo, porque el desagüe no sólo está tapado aquí, sino también en las tuberías de afuera, así que posiblemente me lleve todo el día.
AURORA ¡Todo el día!
GENEROSO Así es. Ahora, que si usted quiere, yo puedo volver la semana que viene, cuando ya esté Rosi… Pero así como están las cosas no va a poder hacer nada, ni aquí en la cocina ni en toda la casa, en varios días, hasta que esto se arregle. Pero si usted quiere…
AURORA No, no, si es así, continúe con su trabajo, pero por favor, ni un bolero más.
GENEROSO ¿Por qué...? ¿Tiene usted algo en contra de los boleros?
AURORA Nada, no tengo nada en contra, pero yo le pago a usted para que arregle el fregadero, no para que cante.
GENEROSOPero, es que cuando canto se me hace más divertido el trabajo… A menos que usted siga conversando conmigo.
AURORA ¿Y por qué tendría yo que conversar con usted? ¿Y de qué, además? Porque creo yo que no tenemos muchas cosas en común de que hablar.
GENEROSO¿Y por qué no? Que yo sepa, los dos vivimos en este mismo planeta y somos hijos de Dios, mire usted de cuántas cosas importantes podemos hablar.
AURORA De verdad, que entre hablar o escucharle cantar no sé qué es peor.
GENEROSOOiga, óigame una cosa. ¿Usted no es así a otras horas del día? Quiero decir, cuando se levanta más tarde, ¿no es tan amargada?
AURORA ¡Qué le pasa! ¡Quién le dijo a usted que yo soy amargada!
GENEROSO No se moleste. Si yo no lo dije por ofenderla; pero en verdad, me imagino que usted no siempre es así. Quizá hubiera sido mejor venir por la tarde. Sí, eso es, mejor regreso por la tarde, así usted duerme un poco más y tiene mejor ánimo.
AURORA ¡Mire señor… Plomero!
GENEROSO Generoso González, para servirle.
AURORA Usted ya empezó su trabajo, así que termínelo por favor, termínelo cuanto antes, porque no pienso pasarme toda la mañana sentada aquí.
GENEROSO A mí no me molesta que esté sentada ahí, al contrario, me hace compañía. Pero si tiene algo que hacer, hágalo.
AURORA Bueno, es que no lo voy a dejar solo aquí en la cocina. Yo a usted no lo conozco.
GENEROSO ¡Eh, un momento! Si yo vine aquí es porque Rosi, su empleada, que muy bien me conoce, me llamó. ¡Sepa usted que yo soy pobre pero honrado, y no pienso cogerme nada que no sea mío y mucho menos voy a venir aquí, aprovechándome de mi amistad con Rosi, para robarle a una pobre vieja sola…!
AURORA ¡Ey, momento, momento! Eso de vieja no se lo permito, sepa usted que…
GENEROSO Perdone, perdone, no quise ofenderla, quise decir mujer sola… además, ser viejo no es un delito, yo soy viejo y a mucha honra, porque el que no llega a viejo, quiere decir que se quedó en el camino. ¡Lo importante es envejecer con dignidad!
AURORA Bueno, bueno, yo tampoco he querido ofenderlo… lo que pasa es que esa palabra, “vieja”, no la resisto, y menos lo de “vieja sola”.
GENEROSO¡Uy, al que ahí le pica, es porque ají come!
AURORA ¿Cómo dice?
GENEROSO Nada, nada, refranes de mi tierra… pero vaya, vaya y haga sus cosas, que yo me quedo aquí con mi trabajo y mis boleros.
(Luego de dudar un momento, Aurora sale vencida por la modorra, y Generoso se queda solo. Aurora vuelve a entrar dejando ver que no tiene mucho por hacer. Mientras tanto, Generoso está cantando La gloria eres tú, que interrumpe al descubrir que ella está ahí.)
GENEROSODisculpe, no sabía que estaba aquí.
AURORA Siga, siga, qué remedio, si con eso termina antes, no tendré más que acostumbrarme a escuchar sus benditos boleros.
GENEROSO(Aparte.) ¿Qué tendrá esta señora en contra de los boleros?
AURORA ¿Decía algo?
GENEROSO No, que esto está más complicado de lo que yo pensaba.
AURORA Bueno, siga para que termine cuanto antes.
GENEROSO Es que esto va para largo…
AURORA ¿Le va a tomar todo el día?
GENEROSO Probablemente más de un día.
AURORA ¿Qué dice? Pasado mañana es veinticuatro, y no va a estar usted arreglando todavía el fregadero.
GENEROSO Bueno, para el veinticuatro sí creo que está, pero por lo menos me va a llevar lo que queda del día de hoy y de mañana… ¿Le apura mucho?
AURORA Es que sin Rosi aquí… Y con un extraño en la casa…
GENEROSO Bueno, señora, tanto como extraño, extraño, no. Tal vez un desconocido, pero ya verá que mientras vayamos conversando nos iremos conociendo, y quién sabe si terminamos siendo amigos.
AURORA Pero, ¿qué le hace pensar a usted que yo tengo algún interés en ser amiga suya? Mire, con los amigos que tengo me es suficiente.
GENEROSO Dichosa usted, que le sobran amigos, porque a mí no me alcanzan. Quisiera tener muchos amigos. Cuando no se tienen familiares cerca, los amigos hacen mucha falta. Como decía mi abuela: “La familia te la da la vida, los amigos los escoges tú”. Y es bueno tener amigos y conversar
AURORA Así veo, porque en eso de conversar usted no se queda corto, es bien conversador.
GENEROSOSí, señora, en eso tiene mucha razón, bien conversador. A nosotros lo viejos… quiero decir, las personas mayores, nos hace mucha falta la comunicación, y sobre todo con gente de nuestra edad, porque a veces los jóvenes no quieren oírnos, ni aún los de nuestra propia familia… A propósito de familia, ¿cuánto hijos tiene?
AURORA (Molesta.) ¡Ninguno!
GENEROSOMe lo imaginé…
AURORA ¿Por qué?
GENEROSONo sé, cosas mías, no me haga caso… Es que en esta casa hay un color así como de soledad…
AURORA ¡No me diga usted que la soledad tiene color!
GENEROSO ¡Claro que sí! Como la tristeza, o la alegría. Yo a todo le veo un color… (Ríe.) Mire, a mí mismo me veo de color verde. Pero verde brillante…
AURORA ¿Por qué verde?
GENEROSOPorque por muy malos momentos que haya tenido en la vida, cuando parece que me estoy acabando, vuelvo a renacer con más fuerza… así como se pone el campo verdecito después de la lluvia, ¿qué le parece?
AURORA Interesante, ( con ironía) no había escuchado nada igual.
GENEROSO¿Quiere que le diga de qué color la veo a usted?
AURORA ¿También me ve de un color a mí?
GENEROSOSí, todo el mundo y todas las cosas tienen su propio color. Por ejemplo, usted es como violeta, ese violeta clarito que está como perdiendo el rosado y volviéndose gris, ¿entiende? En ese mismo momento en que si le echaran un poquito de agua, volvería a recobrar el color… ¿Me equivoqué?
AURORA (Un poco admirada.) ¿Violeta que va llegando a gris…? ¡Hombre, pero qué hace ahí parado! ¡Así no terminará nunca!
GENEROSODisculpe, es que la mente se me fue…
AURORA Pues atrápela, y continúe, que pasado mañana es Nochebuena.
GENEROSO(Aparte.) ¡Nochebuena!, ¡Nochebuena!.
(Suena el teléfono y Aurora va a contestar.)
AURORA ¿Quién será a estas horas? (Para sí misma.) ¿Violeta llegando a gris…?
CUADRO III
(Aurora está sola, hablando por teléfono.)
AURORA Sí, Isabelita… No, hija, todavía aquí, y según veo para largo… Sólo he pasado la mañana sin Rosi y ya estoy como loca, espero que venga lo antes posible, porque no aguanto yo un día más así… ¿Qué…? No, hija, pero es que no para de hablar… Claro, no lo voy a dejar solo… No, no parece ladrón, pero tú sabes que a veces esos son los peores… Sí, tomé café… Sí, lo hizo él… Bueno, ¿qué iba a hacer?, si yo no me acordaba cómo preparar el dichoso café en esa cafetera, tú sabes que aquí todo lo hace Rosi… (Ríe.) Bueno, por lo menos no me quedé sin tomar café, de algo sirvió que estuviera aquí… (Suena el timbre de la puerta.) Te dejo, que están tocando… (Sigue sonando.) Sí, hija, no te preocupes… bueno, llama dentro de un rato si ves que no te llamo… (Sigue sonando.) Sí, Isabelita, no te preocupes… No, no mandes a nadie… yo estoy bien… Sí, sí… Chao, chao… (Se dispone a abrir la puerta.) ¡Dios mío, esta Isabelita es adicta al teléfono!
GENEROSO(Entra trayendo unas fundas que coloca sobre la mesa.) Ya traje la pieza que faltaba, la compré en la ferretería de la esquina. Esto lo dejó un chico, dijo que Rosi ya había dispuesto que le trajeran a usted el almuerzo los días que ella no iba a estar aquí.
AURORA ¿Qué hora es? (Intenta ver la hora en su reloj de pulsera, con dificultad.)
GENEROSO(Viendo en el reloj de ella.) La una y quince. Tiene que ponerse lentes, ¿no está viendo bien, verdad?
AURORA Yo no necesito lentes, sólo que este reloj tiene los números muy chiquitos.
GENEROSOPero yo los pude ver. Eso quiere decir que está necesitando lentes. Póngaselos, porque eso de forzar la vista es malo, además le hace arrugas.
AURORA (Estirándose la cara.) Bueno, bueno, olvídese de los lentes y dedíquese a hacer lo suyo.
GENEROSO (Insistiendo.) Eso de la vista y de los dientes es herencia, porque fíjese que mi abuela, que en gloria esté, murió de ochenta y siete años, y no usaba lentes ni tenía dentadura postiza, y míreme a mí, con esta edad y usted ve estos dientes… Pues sepa usted que son míos, nada es postizo, y de la vista ni se diga…
AURORA ¡Pero bueno, señor, siga en lo suyo, que a este paso ni el treinta y uno termina!
GENEROSOYo sé mi trabajo, señora, pero sucede que yo trabajo con las manos, no con la lengua, y si usted está ahí, tengo que hablar con usted, porque usted no es un objeto sino una persona, y por lo tanto merece atención… Pero coma, coma usted.
AURORA No… Es que han traído esto muy temprano, yo acostumbro a almorzar más tarde. (Para sí misma.) ¡Hoy todo está patas arriba en esta casa!
GENEROSO(Para sí mismo) ¡El treinta y uno y el veinticuatro, el treinta y uno y el veinticuatro!
AURORA ¿Me hablaba?
GENEROSO ¡No! ¡Hablaba conmigo mismo! ¿Qué le parecen…?
AURORA ¿Me parecen qué?
GENEROSOQue son fechas alegres o tristes, depende, ¿verdad?
AURORA Si usted lo dice…
GENEROSO Para mí, el veinticuatro era una fecha muy especial… pero bueno, para qué hablar de cosas tristes, después nos ponemos melancólicos y se aguan las fiestas, así que mejor es cantar aquello de “… cuándo llegará la Nochebuena, cuándo llegará el lechoncito…” Y usted, ¿dónde pasará la Nochebuena?
AURORA Aquí.
GENEROSO ¿Espera invitados?
AURORA No, ¿por qué?
GENROSO Es que como la veo tan apurada con lo del arreglo del fregadero, pensé…
AURORA Pues pensó mal, sólo quiero que termine pronto y eso es todo, no espero a nadie, ni espero ir tampoco a ninguna parte.
GENEROSOAh, no celebra la Nochebuena…
AURORA Desde que murió mi marido, no.
GENEROSOEstamos iguales… yo tampoco celebro hace años, desde que mi hija…
AURORA ¡Ah…! ¡Tiene hijos!
GENEROSOSí, una, y cuatro nietos. Siempre cenábamos juntos cuando aún vivía aquí, pero luego el marido de ella decidió volverse a su país, y desde ahí se acabó la Nochebuena para mí… Por estas fechas, por lo menos me queda el consuelo de que me envían una postal diciendo: “Te queremos y te recordamos mucho…” “Te queremos y te recordamos mucho…” Diez años de “Te queremos y te recordamos mucho”… pero bueno, como dice la canción, “el que siembra su maíz, que se coma su pinol… el que siembra su maíz…”
AURORA Pero a usted no hay quién lo entienda, cuando parece que está diciendo algo serio, empieza a cantar.
GENEROSOEsa es mi filosofía, señora, la que aprendí en la universidad de la calle: no puedes dejar que el dolor te embriague, ni que la pena te mate… ¡Oiga! Hablando de matar, ya el hambre me está matando, así que voy a buscar algo de comer por aquí y vuelvo en un rato.
AURORA En el restaurante del que me enviaron la comida cocinan muy bien, es una comida realmente deliciosa…
GENEROSOLo que deben ser deliciosos son los precios. Gracias, señora, pero yo me voy a buscar algo más barato. Al final, el problema es tener la tripa llena. (Se prepara para irse.)
AURORA Yo creo que también voy a comer, porque esto se va a enfriar… ¿Sabe qué? Pensándolo bien, no se vaya, aquí hay comida de sobra, yo puedo dejarle, así usted…
GENEROSO¿Qué dijo, señora? Vea, yo le agradezco, pero yo no como sobras.
AURORA No, no me malentienda, yo no le iba a dar mis sobras, sino que le iba a apartar comida para usted aquí en las tarrinas, y así puede sentarse a comer allí en el patiecito…
GENEROSO¿Y usted dónde va a comer?
AURORA Yo, aquí en la mesa.
GENEROSOEntonces coma usted primero, y yo espero a que termine para sentarme en la mesa, ¡porque yo soy pobre, señora, pero gracias a Dios, siempre he sabido ganarme mi comida, y como me la he sabido ganar me la como en una mesa sentado y no con una tarrina en la mano, ni en el patio, como si fuera un pordiosero!
AURORA Bueno, bueno, no quise ofenderlo… En fin, siéntese ahí, en la esquina de la mesa… ¿Por lo menos se lavará las manos antes de comer, no?
GENEROSO(Señalando el fregadero.) ¡Claro! …Pero, ¿dónde?
AURORA (Señalando hacia un lado.) Allá, en el bañito de visitas. Ahí hay toalla, y apúrese que esto se enfría…
CUADRO IV
(Generoso está junto a la puerta de la cocina, medio de espaldas, toca el son Capullito de alelíacompañado de la guitarra.)
AURORA (Entrando.) ¿Ya terminó?
GENEROSONo, aún falta bastante.
AURORA Entonces, ¿qué hace ahí tocando la guitarra?
GENEROSOReposando el almuerzo. Será una costumbre de viejo, pero yo siempre después de almorzar, estoy por lo menos de veinte a treinta minutos descansando… Creo que es por eso que tengo tan buenas digestiones… No se ha fijado usted en los jóvenes de ahora, siempre están con problemas digestivos: que si úlcera, que si gastritis… No, señora, es el apuro con que viven, no disfrutan de la digestión.
AURORA Vaya, vaya, también sabe de medicina.
GENEROSONo, sólo lo que me ha enseñado la propia vida. Bueno, yo creo que ya pasaron los veinte minutos, ¿qué hora tiene? No, disculpe, ya sé que no ve bien… Sí, claro, porque tiene los números muy chiquitos… No importa, ¡manos a la obra!
AURORA Bueno, mientras usted sigue con esto, yo voy a ver la novela… Si quiere pongo un televisor aquí en la cocina, así usted se entretiene… (Aparte.) Y no canta más…
GENEROSONo, señora, a mí las novelas no me entretienen, me aburren, no ve que yo vi las primeras, y eso quiere decir que ya las vi todas. ¿No se ha fijado usted que siempre es lo mismo? La pobre se encuentra con el rico, o el pobre se encuentra con la rica… El eterno cuento de la cenicienta.
AURORA Bueno, pero entretienen, y en algo tiene uno que entretenerse, ¿no?
GENEROSOYo tengo mucho en qué entretenerme; pero bueno, para gustos se han hecho los colores… ¿Usted no sabe que las radionovelas se inventaron en Cuba? Ah, y los boleros también.
AURORA Claro ahora entiendo el porqué de su acento y lo conversador que es, ¡usted es cubano!
GENEROSOCriollo, rellollo, a pesar de que hace tantos años que no voy a Cubita la bella.
AURORA Entonces para usted todo se ha inventado en Cuba, ¿no?
GENEROSONo, todo no, pero las radionovelas y los boleros, sí… Porque yo no habré ido mucho a la escuela, pero leo mucho, y sobre todo el periódico, que es la cultura de los pobres.
AURORA Si usted lo asegura, yo no voy a discutirlo.
GENEROSO¿Y por qué no vamos a discutir? Si eso es bueno también. A mí me encanta discutir… ¡Ah, y sobre todo, ganar la discusión!
AURORA Sí, sí, ya veo que con usted no es fácil discutir… ¿Qué me decía de las radionovelas?
GENEROSOQue las inventaron en Cuba, sí señora. La primera fue El derecho de nacer… Oiga usted, días y días, todo el mundo esperando a que hablara Don Rafael del Junco, y a la hora de la novela se paralizaba todo… Después vino la televisión, sí señora, con Historia de tres hermanas, oiga usted, más de dos años duró esa novela… bueno, contó la historia de Cuba completa.
AURORA Qué curioso, siempre se aprende algo nuevo.
GENEROSO(Riéndose.) ¿Usted sabe qué estaba pensando? ¿Qué si yo, en vez de plomero, hubiera escrito telenovelas? ¡Cuánto billete me hubiera buscado…! Pero en fin, ¡zapatero a tus zapatos!
AURORA Si escribe como habla, tendría un buen repertorio…
GENEROSOEso sí, lo mío hubieran sido telenovelas musicales, porque a todas les hubiera puesto boleros; sí señora, muchos boleros.
AURORA Sí que hubiera sido una innovación. ¿Cómo les hubiera llamado? Teleboleros, ¿no? Así que no ve telenovelas… ¿qué ve entonces?
GENEROSONoticieros, para estar informado… Ah, y películas de acción, eso sí, de mucha acción… Las del Oeste, esas sí eran películas, ¿verdad? ¿Recuerda Horizontes de grandeza? ¿No le gustaban a usted las del Oeste?
AURORA No mucho, pero bueno, ¿cómo va el arreglo?
GENEROSOAvanzando, avanzando, paso a su paso, para que quede bien hecho…
AURORA Bueno, voy a ver mi novela… Ah, y si va a cantar, hágalo bajito para que no me interrumpa, y por favor, ¡apúrese, apúrese! (Sale.)
CUADRO V
(Se escucha el final de un capítulo de telenovela. Aurora entra llorosa, se sirve un vaso de agua, se seca las lágrimas.)
GENEROSO¿Le sucede algo, puedo ayudarla?
AURORA No, señor, no me pasa nada. Es que la novela está tan buena, que no puedo evitar emocionarme. ¡Ay, Dios mío! Yo creo que de mañana no pasa que Carlos Eduardo se entera que Marta Cristina es su madre… ¡De mañana no puede pasar!
GENEROSO¡Válgame Dios!, ¡Que cosa más grande caballero!, ¡Estas telenovelas, son todas igualitas!, el mismo enredo de El derecho de nacer, sesenta años después…
AURORA Bueno, serán iguales, pero a mí me encantan, y sobre todo esta que está tan triste.
GENEROSOSí, para muchas personas, como usted, llorar es un placer.
AURORA Es que usted no entiende porque no las ve.
GENEROSOBastante telenovela tengo yo con la mía.
AURORA Puede ser… a veces pienso que las personas simples, como usted, viven mejor si no se complican. Todo lo toman a la ligera, sólo tienen necesidades elementales.
GENEROSO¿Cómo dijo, señora? ¿Gente simple? ¿Necesidades elementales? Vaya, un poco más y me pone como un burro a comer hierba, ¿no?
AURORA Oiga, yo no quería ofenderlo...
GENEROSO¡Pero sí lo hizo! ¿Qué sabe usted de mi vida, ni de las situaciones que he tenido que pasar? Pero qué voy a hacer, ¿tirarme a morir por ahí, contándoselo a todo el mundo, o pararme en una barra a tomarme el dinero que gano, como dicen, “para ahogar las penas”? Yo no tengo nada de simple, lo que soy es optimista y práctico, porque “lo que remedio no tiene, olvidarlo es lo mejor”, así que mire, si quiere siga viendo sus novelitas, seguramente ve ocho o diez al día, ¿no es así?
AURORA No, no exagere. Y además, si lo hago no es asunto suyo.
GENEROSOPor supuesto que no. Vaya, siga usted con las novelas que hacen otros, que a mí me gusta vivir las mías propias.
AURORA Lo que pasa es que es otro mundo, otro ambiente. No se moleste, usted, que no es mi intención. Lo que quise decirle anteriormente, es que estas historias necesitan un ambiente refinado, elegante; es allí donde florecen los amores que después los escritores llevan a las telenovelas, ¿verdad?
GENEROSOPues no siempre es así. Hay gente en ese ambiente, que usted llama fino y elegante, que no es capaz de sentir amor ni por un perro. Pero, ¿es que usted piensa que los pobres no se enamoran?
AURORA Bueno, tal vez sí, pero a su modo…
GENEROSO¿A qué modo? Mire, el amor es amor y punto. ¿Sabe qué? Me parece que en esta materia usted está reprobada.
AURORA ¿Qué dice usted?
GENEROSOQue en el tema del amor, creo que usted no está muy experimentada. ¿Puedo preguntarle algo?
AURORA Depende…
GENEROSO ¿Usted estaba enamorada del difunto Señor Álvarez?
AURORA ¿Pero como se atreve a hacerme esa pregunta? ¡Por supuesto! ¡Muy enamorada!
GENEROSOBueno, yo puedo pensar, también, que a su modo… que tal vez no tenga nada que ver con el modo que yo lo entiendo.
AURORA ¡Claro que a mi modo! Él fue mi único novio y mi único amor, y desde que él murió no he vuelto a fijarme ni me fijaré en hombre alguno.
GENEROSOSi él fue su único novio, entonces quiere decir que usted no pudo elegir, ese le tocó y ese cogió. En eso somos de distintos pareceres, yo tuve muchas mujeres en mi vida, y cuando me enredé con la Gringa fue porque entre todas, y eran muchas, pensé que ella era la mejor…
AURORA ¿Cómo dijo que se llamaba?
GENEROSOSe llamaba no, yo le decía mi gringa porque era norteamericana, la conocí en la Base de Guantánamo, adonde fui a trabajar en los años cincuenta. Fue amor a primera vista; ella ya había tenido otros hombres, así que si me escogió quería decir que yo estaba por encima de los demás. ¿Qué le parece?
AURORA Extraña teoría, aunque diametralmente opuesta a la mía.
GENEROSONo tanto, señora, no tanto, porque en algo sí coincido con usted, y es que desde que ella murió, no he pensado en volver a meter en la casa a otra mujer… y no es que no me haga falta, no crea que yo…
AURORA Oiga, ¿qué está usted diciendo?
GENEROSO¿En qué está usted pensando, señora? Yo no he dicho nada malo, sino que me hace falta una compañera. Por supuesto que sí, la vida sin compañía es dura, muy dura, pero mucho más lo es la vejez.
AURORA Dejémoslo así. Siga usted con su trabajo, a ver si lo deja terminado hoy mismo.
GENEROSOBueno, ya hoy no será. Ya está oscureciendo, y no me gusta que me coja la noche en la calle, hay mucha delincuencia y mucho peligro. Así que voy recogiendo, es que yo vivo en el Sur… ¿Me entiende?
AURORA Sí, sí lo entiendo. (Para sí misma.) Paciencia, Dios mío, para soportar mañana otro día como este. (Hacia él.) Por favor, no venga tan temprano…
CUADRO VI
(Al día siguiente. Se ilumina la escena, suena el timbre del teléfono varias veces.)
AURORA (Contestando.) Aló… Sí, sí, soy yo, ¿qué tal Isabelita?... Sí, todo bien... De Rosi, nada… Bueno, la pobre, en ese dichoso lugar donde vive la hermana, no creo que haya teléfono… ¿Qué…? No, no ha venido hoy; ¿será que me va a dejar el trabajo sin terminar? Si yo lo digo, esta gente toda es igual… No, no, sin problemas… No, sólo que habla mucho y en todo quiere tener la razón…
(Suena el timbre por la puerta de servicio.)
Oye… Sí, te dejo, es que están tocando la puerta… Sí, chao, chao. (Abriendo la puerta y viendo hacia afuera.) ¡Ah! Es usted, ya estaba pensando si no vendría hoy.
GENEROSOHace como dos horas que llegué, pero como todo estaba en silencio, no timbré. Me dije: más bien espero a que se levante, así tendrá mejor carácter.
AURORA Pues sepa usted que no me levanté sola, sino…
GENEROSOSí, sí, la llamaron por teléfono. Desde afuera sentí el timbre y cuando escuché que contestó, me atreví a llamar. (Entrando, se dirige hacia el fregadero.) Dios mediante, hoy lo dejo todo terminado. No me gusta estar muchos días haciendo el mismo trabajo. Me gusta la variedad, ¿me entiende? Me gusta cambiar de casa, así voy conociendo a distintas personas, aunque hay algunas que se las traen… (Observando a Aurora, que ha abierto la cafetera y está colocando café.) ¡Pero mírenla, qué rápido que aprendió!
AURORA ¡Qué remedio! Si Rosi se demora unos días, no voy a estar sin tomar café, y ya mañana, (imitándolo) “Dios mediante”, no estará usted aquí.
GENEROSO(Ayudándola.) Espere, yo le ayudo a enroscar la cafetera… Así, y ahora a esperar.
AURORA ¿A trabajar, no?
GENEROSOSí, yo a trabajar, y usted a arreglarse como ayer para venir a tomarse el cafecito.
AURORA Sí, tiene razón. Mire usted el café, que enseguida regreso…
GENEROSO(Mientras pone la cafetera en la hornilla, habla consigo mismo.) ¿Qué te parece, Generoso? ¡Esa sí es una señora! Fina, educada, y no es tan gruñona, no. Esa es una caretita que ella se pone para impresionar. ¡Verdad que me cae bien! Porque por aquí hay cada una que te trata como si fueras una bestia… Bueno, el que se deja tratar mal, porque a mí o me tratan bien, o les dejo el trabajo a medias, o les hago una “tapazón”, que ni en tres años la arreglan… Es que no es justo. Nadie tiene derecho a tratar mal a nadie… y no se diga de las señoras, hay algunas empleadas que levantan la nariz y te miran como si fueran ellas las dueñas de casa, y no son más que unas muertas de hambre; más muertas de hambre que uno… Bueno, yo por lo menos no soy un muerto de hambre, sólo comiendo un poco de soga…
AURORA (Entrando.) ¿Qué dice de soga? ¿Qué también habla solo?
GENEROSONo, estaba filosofando conmigo mismo… Ya está dando el olor… Con el café me pasa como con las mujeres, no sé qué me gusta más, el olor o el sabor.
AURORA ¡Qué disparates dice, señor!
GENEROSONo es ningún disparate, lo que quiero decir es que para mí una mujer más que guapa, debe ser elegante, presumida, que huela a perfume, y no una desgreñada oliendo a ajo y cebolla.
AURORA Así que el caballero tiene buen gusto…
GENEROSOSí, señora, siempre fui así. Siempre digo que, para feo, yo; para gordo, yo; y para viejo…
AURORA No me diga que le gustan las jovencitas.
GENEROSONo, para que vea. Ahí sí que no entro yo. Fíjese, yo tenía un amigo que decía que viejo con vieja no pegaba, porque cuando uno tenía presión alta, la otra la tenía baja. Que cuando uno tenía reuma, la otra tenía artritis. Pero yo, no, yo digo que, al contrario, viejo con joven no pega, porque cuando pasa el momento de… ¿me entiende? No tiene uno de qué hablar.
AURORA ¡No entiendo, o no quiero entender!
GENEROSO ¡Disculpe, pero no he dicho nada malo!
AURORA Oiga, se riega el café…
GENEROSO (Va a evitarlo.) Es cierto, en seguida lo bajo.
(Suena el teléfono.)
AURORA Ay, esa debe ser Isabelita, ¡qué mujercita para gustarle el teléfono! Vea que por favor no se me enfríe el café… (Sale.)
CUADRO VII
(Generoso está haciendo unos arreglos mientras canta el son Aurora.)
AURORA (Espiándolo desde el umbral de la puerta.) Véanlo, ¡ahora se va a tomar mi nombre para hacer un bolerito!
GENEROSO(Riéndose) ¿Cómo dice…? ¿Usted pensó que yo… que yo le estaba haciendo una canción?
AURORA ¿Qué le resulta gracioso?
GENEROSOEso de la cancioncita para usted, je, je… No, señora, eso es más viejo que andar a pie. No, yo nunca he escrito un bolero. Ojalá tuviera cabeza para eso.…
AURORA Me imagino que no. Para hacer un buen bolero o un poema, hay que tener cierta sensibilidad, que no creo que usted…
GENEROSOAh, ¿ahora resulta que soy insensible?
AURORA No, no quiero decir que usted sea insensible, señor, sino que no creo que tenga cierta sensibilidad artística, que es otra cosa. Eso es lo que hace diferentes a unos hombres de otros. Yo jamás me hubiera fijado en un hombre que no fuera capaz de escribirme, o por lo menos, leerme un poema.
GENEROSO¿Aunque el poema fuera de otro?
AURORA Eso es lo de menos. No todo el mundo es poeta, pero por lo menos puede ser sensible a la poesía… Quiero decir, un hombre con detalles. En eso, mi esposo era único, no descuidaba en lo más mínimo esas pequeñas cosas: un regalo de aniversario o un ramo de rosas en algún día especial. A eso me refiero. Es eso lo que hace distintos a unos hombres de otros.
GENEROSOBueno, la verdad que yo para eso de las fechas soy bastante malo… Pero fíjese una cosa, yo sí tenía detalles; cuando había algún aniversario, no, porque la Gringa y yo no recordábamos muy bien la fecha en que nos habíamos enredado… pero cuando llegaba su cumpleaños, hacíamos tremendo rumbón, que comenzaba desde la mañana. Eso también era un detalle, ¿no?
AURORA Tal vez… ¿y cómo va lo nuestro?
GENEROSO¿Qué es lo nuestro?
AURORA ¿Qué va a ser, señor? ¡Lo del fregadero!
GENEROSONo, ya eso está matando… Quiero decir, que estoy terminando. Ya sólo es colocar las cosas en su sitio.
AURORA Al fin, ya era hora. Bien largo que ha sido este trabajito del fregadero.
GENEROSO A mí me ha parecido corto. La estaba pasando tan bien… Usted me entiende… La cosa estaba enredada, pero bueno, me entretenía conversando con usted. Ahora, sabrá Dios qué casa me toca.
AURORA Mañana no creo que nadie lo llame a trabajar, porque es veinticuatro.
GENEROSO¡Y dale con el veinticuatro! Yo que no quiero ni acordarme del dichoso día. (Pensando consigo mismo.) “”Te queremos y te extrañamos mucho…”
AURORA ¿Qué dice ahora?
GENEROSONada. Como usted dice, hablando solo… Eso es lo peor, que seguro mañana no cae ningún trabajo. Bueno, ya veré en qué invertir el día…
AURORA Yo no pienso ir a ningún lado, creo que esa fecha es más bien íntima y familiar, y como ya no me queda familia no haré nada y me quedaré sola aquí.
GENEROSOEs cierto, no me acordaba de eso. Y si Rosi no viene, se quedará todo el día sola. Mire, si usted quiere, yo paso un rato por acá, y le hago compañía.
AURORA Gracias, señor Generoso, pero ya me ha hecho bastante compañía. Si Rosi no viene, ya veré cómo me las arreglo, Rosi no va a durar para siempre… Bueno, ni yo tampoco. Algún día ella se casará y tendré que vérmelas yo sola.
GENEROSO¿Cómo? ¡Así se habla! ¡Ya está empezando a ser independiente, esa sí que es buena!
AURORA Bueno, ahora termine, y si quiere cante un bolero… Quiero decir, si con eso termina más rápido.
GENEROSOYo creo que a usted le están empezando a gustar los boleros.
AURORA (Riendo.) ¡Bah, usted tiene cada cosa!
GENEROSO¡Qué bien! Pero si ya se ríe y todo…
AURORA Bueno, termine, termine.
GENEROSOSeñora Aurora, ¿usted piensa que un hombre pobre no puede tener detalles?
AURORA Yo no dije un hombre pobre, yo dije poco sensible, que es otra cosa. Porque a veces un detalle no cuesta nada… Bueno, en fin, no sé si me entiende…
GENEROSOSí, la entiendo. No soy tan bruto como usted cree… Pero bien, ya esto está en el The End, o sea en el fin.
AURORA ¿Cuánto acordó con Rosi?
GENEROSOTreinta… pero bueno, si no tiene esa cantidad…
AURORA No, señor, ese es su trabajo y eso le pago. ¿Le puedo dar un cheque? ¿Tiene cuenta en el banco, verdad?
GENEROSONo, señora, no tengo cuenta, ni deudas tampoco…
AURORA Es que no sé si tengo efectivo…
GENEROSONo importa, si no tiene, vuelvo otro día.
AURORA No, no es necesario. Voy a ver a la habitación, siempre guardo algo . (Sale.)
GENEROSO(Pensando en voz alta.) ¿Así que un hombre de detalles…? ¿Escribir un poema? ¡Qué va! Yo no tengo cerebro para eso… ¿Leerlo? ¡Menos! No me cuelo bien a eso de la poesía Ah, ¡cantar un bolerito, eso es! (Toma la guitarra y empieza a cantar.)
Dos gardenias para ti,
Con ellas quiero decir:
Te quiero, te adoro,
Mi vida ponle toda tu atención…
(Se detiene.) No eso no va a resultar. A ella eso del bolero no le hace mucha gracia… Bueno, algo se me ocurrirá…
AURORA (Entrando.) Mire, aquí tiene, muchas gracias.
GENEROSOEspero que nos veamos pronto.
AURORA Yo confío en que no tenga que necesitarlo en largo tiempo, supongo que habrá hecho bien su trabajo…
GENEROSO¡Garantía absoluta!
(Suena el teléfono.)
AURORA Esa debe ser Isabelita otra vez. Pensándolo bien, ella debería invertir la plata en hacerse accionista de Andinatel… Bueno, lo dejo, adiós.
GENEROSO¿Cómo adiós?
AURORA ¿Qué otra cosa quiere que le diga?
GENEROSOBueno, no sé… Hasta otro día, hasta luego… ¿Qué sé yo? Pero así, adiós, la verdad no me gusta para nada… ¿Adiós?
AURORA Bueno, si lo prefiere, ¡hasta luego! ¿Ya se siente mejor así…? Entonces lo dejo para poder contestar el teléfono.
(Aurora va a contestar el teléfono. Mientras ella habla con Isabelita, la luz se va poniendo tenue sobre Generoso, quien mira toda la cocina como despidiéndose lentamente de algo muy querido… Cuando está casi por cerrar la puerta para marcharse, vuelve a entrar, echa una última mirada… y sale.)
AURORA ¿Sí…? (Largo silencio, escuchando a Isabelita.) ¿No me digas? ¿Quién lo iba a decir? Un matrimonio que parecía iba a durar toda la vida… Bueno, hija, ¿qué se le va a hacer? ¿Quién…? Sí, ya se fue ahorita mismo, cuando tú llamaste… Un poco raro, y bastante conversador, pero, bueno, por lo menos me entretuvo estos dos días… No creas, tenía cada cosa, que tuve que hacer un esfuerzo para no reírme…. Que si las cosas tenían color… Que si cantaba por no llorar… No, de ninguna manera, grosero no… No, a veces un poco pícaro, pero nada más… No, frescura no, pero sí algún halago… Bueno, tampoco el hombre era un cafre… No, no es culto, pero por lo menos es trabajador y decente. Bueno, dejemos eso, cambiemos de tema… Nada, hija, me imagino que en ese pueblo no habrá ni correo… ¡Lo preocupada que debe estar ella habiéndome dejado sola…! Bueno, te dejo ahora, porque va a empezar la novela… No, la de las siete… Buenísima, hija… de hoy no pasa sin que Augusto Enrique le pida la mano a Claudia María… ¡Sí, sí…!
CUADRO VIII
(Voz en off, como anunciando, desde afuera: ¡Telegrama!)
AURORA (Terminando de hablar por teléfono.) Isabelita te dejo, me están trayendo un telegrama, debe de ser de de Rosi.
(Aurora cuelga y abre la puerta; entonces se encuentra a Generoso impecable, con terno y muy bien peinado.)
AURORA ¿Usted? ¿Por qué dijo telegrama? ¿Es un chiste?
GENEROSONo, no es ningún chiste. Afuera estaba un muchacho gritando: ¡telegrama, telegrama!, y cuando vi que era para usted lo firmé y se lo recogí,
AURORA Pero, ¿usted qué hace por aquí? ¿Se le olvidó algo?
GENEROSONo, señora… Pero bueno, lea el telegrama, ¿no?
(Aurora abre el telegrama e intenta leerlo, pero no puede.)
GENEROSO Si quiere, se lo leo yo… Bueno, si no le importa… Seguramente sin los lentes no lo verá, porque… tiene las letras muy chiquitas; sí, eso es.
AURORA Está bien, lea usted.
GENEROSO(Leyendo.) “Mi hermana mucho mejor. Punto. Regreso día veinticinco. Punto. Rosi.”
AURORA Ay, qué tranquilidad, ya mañana estará aquí… Pero bueno, no me ha dicho qué hace por aquí…
GENEROSOSólo pasaba y quería comprobar cómo estaba el trabajo.
AURORA ¿Siempre hace eso cuando termina un trabajo?
GENEROSONo, depende…
AURORA Pero va de terno y todo… ¿No será que va de fiesta?
GENEROSOComo Pilar la del poema de José Martí, con aro, balde y paleta… Pero no, no iba a ninguna fiesta, en realidad sólo pasé a saludarla… Bueno y también a desearle una feliz Nochebuena, como es la costumbre, ¿no?
AURORA Muchas gracias, no debió molestarse.
GENEROSONo es molestia… (Aparte.) ¡Es un detalle!
AURORA ¿Un qué?
GENEROSONo, nada. No decía nada.
(Suena el teléfono.)
AURORA Siéntese, hombre, no se va a quedar ahí parado, ¿ya no está trabajando, no? Yo no creo que sea Isabelita otra vez, esta es la cuarta llamada y no son todavía ni las dos de la tarde. (Va a contestar.) Sí, sí… Es que tenía visita… No, nada de importancia... después te explicó… Sí, llámame más tarde y te cuento… No hija, no, te digo que nada de importancia… Ah, sí, ya supe que Rosi… Sí, recibí un telegrama hace un momento, regresa mañana… sí, mañana… Bueno amiga, disculpa, es que tengo que aclarar este misterio… Nada, mujer, una visita imprevista… Nada, te digo que después te cuento… Sí, sí, chao. (Cuelga. Hablando consigo misma.) ¿Para qué le habré despertado la curiosidad? Por poco no cierra nunca…
(Aurora se dirige hacia la cocina. Durante la conversación telefónica de Aurora, Generoso ha sacado un plato y ha puesto agua en él, a manera de florero sobre el cual coloca dos gardenias. Cuando llega a la cocina, Aurora las descubre.)
AURORA ¿Y esto?
GENEROSO¡Dos gardenias! Como la canción…
AURORA Sí, ya veo… ¿pero quién las trajo?
GENEROSONadie.
AURORA ¿Cómo nadie? ¿Aparecieron así, solas, como por encanto?
GENEROSOLas puse yo…
AURORA ¿Usted? Pero…
GENEROSONada… cosas mías… quise tener un detalle.
AURORA Un detalle… (Las toca, las huele.)
GENEROSONo me diga que se va a molestar. ¿No le gustaron?
AURORA ¿Gustarme? Sí, me gustaron. ¿A qué mujer no le gusta una flor? Lo que pasa es que estoy muy sorprendida.
GENEROSOLa entiendo. En su cabeza no cabe que alguien como yo pueda tener un detalle.
AURORA No, no es eso. Al contrario, se lo agradezco. Es que desde que usted llegó a esta casa me tiene como aturdida, va de una cosa a la otra. No me da tiempo de analizar lo que dice o hace, cuando ya me sale con algo nuevo…
GENEROSOEs que yo soy así, con mucha inventiva, para hacer la vida más amena, ¿me entiende…? Pero, en fin, lo importante es que le hayan gustado, y que no le deje la impresión de que soy un patán que sólo sirve para arreglar cañerías…
AURORA No, en realidad le agradezco mucho, sobre todo el que se haya gastado algo de plata en las flores, porque, aunque tal vez para mí no sea mucho, me imagino que con lo que usted gana, ese gasto haya sido significativo…
GENEROSO¿Qué gasto?
AURORA ¿Cómo qué gasto? El de las gardenias…
GENEROSONo, no me costaron nada…
AURORA ¿Cómo que no le costaron nada?
GENEROSONo, nada, las cogí de ahí, del jardincito suyo.
AURORA ¿Qué dice usted? ¿Las arrancó de mi jardín?
GENEROSO¿Están lindas, verdad? Estaban por allá, medio escondidas, al ladito de la puerta del garaje.
AURORA Entonces… estas son de la planta de gardenias que me regaló Isabelita. Pero, ¿quién le autorizó? Yo no me imaginaba que habían florecido… Claro, como casi nunca salgo al jardín. Perdóneme que le diga, ¡es usted bien atrevido…! Bueno, menos mal que ya terminó en esta casa, señor mío, ¡y espero nunca, pero oyó bien, nunca más tener que necesitarlo!
GENEROSOPero, óigame, señora, ¡ahora sí que le digo que soy yo quien no la entiende! Así que tiene una mata allá arrinconada, que ni la ve, y que ni siquiera sabe que ha florecido y que creo que ni agua le echan; y yo, queriendo tener un detalle, como usted dice, para que me recordará después que me hubiera ido, se las traigo de regalo, y mire con lo que me sale. Ahora soy yo el que se pregunta, ¿quién no tiene sensibilidad? ¿Usted o yo…? ¿No me dijo que el poema podía ser de otro? ¡Pues las flores no eran mías, pero fui yo quien las recogió, a quien se le ocurrió la idea de cortarlas y traérselas! ¿O es que eso no cuenta? ¿No es eso un detalle? ¿O tenía que gastarme plata para comprarlas? Entonces… ¿qué es lo que vale, la plata que me gastara o el detalle…? En fin, creo que le estoy hablando a la pared, así que mejor me voy… Buenas noches. (Mientras sale, empieza a cantar.) “Aunque tú me has dejado en el abandono… Aunque tú has muerto todas mis ilusiones… (Asoma la cabeza.) ¡Y felices Pascuas!
(Aurora se ha quedado sin poder hablar. Y suena nuevamente el timbre del teléfono, ahora duda si contestarlo o no, pero como el timbre suena insistentemente decide hacerlo antes se vuelve a Generoso))
AUROSA-(Mal humorada aun) Para usted también
Se dirige al teléfono y contesta mientras tanto Generoso entra sigilosamente a la cocina saca un pañuelo de su bolsillo y tapona intencionalmente el fregadero pone el dinero que Aurora le entrego bajo un vaso sobre el mesón y antes de irse comenta)
GENEROSO: Me dejo de llamar Generoso González si antes que llegue la noche la señora (Con ironía) “Aurora de los detalles” no me llama
AUIRORA.- (En Teléfono) ¿Ahora que paso?..Disculpa Isabelita si es que me has cogido en un mal momento...Si muy molesta... ¿contigo no? conmigo…Creo que he tratado groseramente al alguien que no se lo merecía (pausa)….Si al mismo..., bueno en otro momento te cuento En fin ya nada puedo hacer por que no creo que vuelva a verlo en mi vida...si hasta luego...
Aurora cuelga el teléfono y regresa a la cocina se soma por la ventana que da al jardín, abre la puerta de servicio y mira hacia fuera., Desorientada como sin saber que hacer va hasta donde están las gardenias, las toma en sus manos para olerlas y de las mismas cae una tarjeta de presentación la toma en las manos y lee.
AURORA GENEROSO GONZÁLEZ / PLOMERO / 231-32-33 / (Dejar recado con la vecina.)
Como una autómata, se dirige hacia el mesón en busca de un vaso para servirse agua, pero antes descubre que el fregadero esta taponado
AURORA.- ¿Pero como? ¡Esto esta igual de taponado! Ya me lo decía yo este tenía mas pinta de parlanchín que de plomero, pero esto ahora mismo lo arreglo yo si señor, el no se va a burlar de mi y menos robarme mi dinero
Al ir a tomar el vaso encuentra debajo de este el dinero que había pagado al plomero
AURORA- ¿Y... esto que significa?
Toma la tarjeta y se dirige la teléfono marca un número De fondo se escucha el Instrumental tema de “Dos Gardenias “
AURORA.- Si buenas tarde es la vecina de Generoso González, si es para dejarle un recado si, urgente por favor señora urgente.
Sube intensidad de la música
APAGON
EPÍLOGO
(Ya está cayendo la noche, Suena el teléfono, Aurora sale del interior de la habitación a responderlo viene vestida con elegancia
AURORA (Contestando.) Aló… Sí Isabelita, mi amor, Sí, claro que sí, hace un rato vino tu chofer. Gracias por la cena ¡qué atenta eres…! ¡No debiste molestarte! ¿Que dices? Con los platos tan ricos que tú preparas quien se resiste... Si hace un rato me llamo para felicitarme que te parece como pasa el tiempo…Ya la Rosi esperando un bebé Quien le iba a decir que cuando fue a cuidar a su hermana enferma iba a encontrar el hombre de su vida –hija el destino es así, después no me digan que esas cosas ocurren solo en las telenovelas (Mira hacia el fondo y desde dentro de la caza entra Generoso vestido con guayabera y pantalón blanco) Bueno Isabelita gracias hasta otro día, lo mismo, lo mismo te deseo
Aurora se levanta del teléfono y camina hacia Generoso y este hacia ella se encuentran en mitad del escenario se miran a los ojos, se toman las manos, después de un corto de silencio comienzan a reír. Sube intensidad de la música se abrazan y unen sus rostro miran de de frente al publico.
FIN