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EL RITUAL DE LA TRANSGRESIÓN /Santiago Ribadeneira Aguirre

KINTSUKUROI / Flor de cemento/Juan Benítez,Sully Guamán,Viviana Sánchez,Pancho Ordoñez,Verónica Castillo

EL RITUAL DE LA TRANSGRESIÓN /Santiago Ribadeneira Aguirre

En la obra KINTSUKUROI / Flor de cemento del grupo Xona Bastarda, dirigida por Pablo Roldán, presentada como conclusión de la residencia artística convocada por el Teatro Nacional Sucre y la Fiesta Escénica, se expresa el regreso al carácter coral de la ‘tragedia’, esta vez propia, más local de acuerdo al pensamiento del Colectivo. La primera consideración es preguntarse si la tragedia tiene todavía un lugar en el mundo (Steiner);  por consiguiente, ¿es la post secularización la que podría precisar los ‘nuevos’ lenguajes? El problema no es sencillo, si apelamos a un supuesto imaginario mítico, indefinible. ¿El fantasma del Caos recorre el mundo después de la pandemia? La segunda, es preguntarse si el lenguaje (artístico, estético) está desgastado.

La práctica performativa de la palabra-acto ha sido sustituida por la práctica performativa del cuerpo-acción. En la ‘historia de la subjetividad’ (si la hubiera) el acto o la transgresión es un enunciado que no siempre se alberga en la conciencia colectiva. Ambos aluden, sin embargo, a la confesión, el error y a la culpa, que se refieren al arrepentimiento como ‘rasgo monstruoso’ del pensamiento occidental y cristiano. Las formas artísticas que les corresponden no están plenamente determinadas. Lo evidente es que en uno y otro caso, las posibles transgresiones ocurren en el plano ontológico y estético, deslegitimador del Orden establecido. ‘La posibilidad fantásmatica de un regreso al Caos’ (E. Grüner) solo es posible si se subvierte el Cosmos.

KINTSUKUROI / Flor de cemento. xona Bastarda

KINTSUKUROI / Flor de cemento es el pretexto artístico y trasdisciplinar de Xona Bastarda, para plantear (nos) la posibilidad de una actualización de la tragedia que cuestione, así mismo, el Orden, culpable de los ‘sufrimientos del  mundo’ y los seres humanos. ¿Lo apolíneo y lo dionisiaco’ resueltos en clave nietzscheana? Por ejemplo, en el cuadro inicial de la obra, lo que se presenta es un soldado u oficial de la independencia, cargando una mochila en sus espaldas, como las que ahora usan los delibery para entregar comida a domicilio. Es la apariencia o la simulación lo que se destaca como iniciación del ritual comunitario de la transgresión en tono de opereta. Está a la vista el conflicto primario entre el Orden (lo que significó en el imaginario popular las luchas por la independencia) y el Caos (la violencia fundadora). La ‘astucia simbólica’ transgrede el significado de ambas imágenes, –la emulación mimética– las funde y las convierte en el eje del ritual transgresor que se formula a través de la teatralidad, la música, la danza, el performance. Lo que causa resquemor o repulsa, es la apariencia, sacudida por la proyección de muchas imágenes ligadas a la naturaleza, al medio ambiente en el interior del enorme cubo blanco que envuelve todo el escenario donde ocurre el hecho trágico.

KINTSUKUROI / Flor de cemento. xona Bastarda

Al parecer el rasgo de la indiferencia y la aparente parálisis de la sensibilidad, terminaron por desgarrar y romper con el sentido de lo trágico. Este hecho singular en la historia de la secularización podría revelar que la complicidad entre los espectadores y el hecho escénico, también terminó de manera abrupta. El teatro, por ejemplo, ‘perdió’ en parte su dimensión veritativa, recurso necesario para poder establecer la necesaria diferenciación entre realidad y ficción. En el combate secular entre lo uno y lo otro, estaba el imperativo de abandonar la oscura discusión (teórica) sobre el logos (palabra, pensamiento, orden, armonía), sus excesos racionalistas y la vida para dejar al descubierto la premura de Nietzsche que buscaba esclarecer, en beneficio del teatro, las dimensiones de la teoría y la concepción trágica del mundo. ¿Una necesaria ‘dramaturgia totalizadora’ que sea capaz de volvernos a la teatralidad y a la dimensión de lo trágico?

KINTSUKUROI / Flor de cemento. xona Bastarda

Kintsukuroi es un término japonés que tiene algunas significaciones: la ´técnica de reparar los desperfectos de cualquier objeto con laca de oro’, un apretón estético que nos reconcilia con los errores, embelleciéndolos. El arte de volver a querer nuestras cicatrices. Y el arte de reparar las emociones, dice la literatura en línea. En el planteamiento de Xona Bastarda, la pandemia cambió el mundo al confinarnos a un encierro forzado que duró dos años. Sobre todo cambió ‘el cuerpo de todos y todas’, como sentido hegemónico del mundo, sostiene Pablo Roldán, director y autor de la obra.  “Es como que el cuerpo no soportó esa pandemia y a partir de esa ruptura, decimos, bueno, cómo hago para volver a entender el mundo. Porque ahora no es el mismo.”

KINTSUKUROI / Flor de cemento. xona Bastarda

El cuestionamiento es saber si asistimos a un nuevo ‘ritual de sacrificio’ y si la víctima propiciatoria’ es otra vez el ser humano. Por lo mismo, el efecto post pandemia sería concretar un nuevo acto fundacional, o de re fundación de la Ley. El signo del Kintsukuroi ¿se convierte en la lógica del ritual de sacrificio que está en la base de la tragedia local o latinoamericana? ¿La pandemia, que es el fundamento teórico y argumental de la obra, surgió de un crimen cometido en común? El paso siguiente, en la misma lógica, sería la conquista del poder político y el regreso a la nueva razón política.

KINTSUKUROI / Flor de cemento. xona Bastarda

Ahí estaría el hecho de confundir la vida con el logos. ¡Ejercitémonos en la música o en el teatro, (eso se le pidió a Sócrates) para disipar o superar las grandes contradicciones! Llegamos a la representación entendida como el juego político de la transgresión. El protagonista es el cuerpo, restaurado, recompuesto en aras del presente y el futuro. Los personajes de la obra huyen a la naturaleza abandonada por la gracia (W. Benjamín) ya no como signo de lo trágico, sino como signo de la tristeza.

El mundo post pandémico se convierte en el momento del teatro (la ficción) para vencer al destino. Los personajes de la obra Kintsukuroi, deciden viajar a la playa para liberarse. Sin embargo, la ‘violencia irracional’ marca el fin de la ficción operativa: un dron elimina a los viajantes, sin que haya podido concretarse ‘el encontronazo de lo trágico con lo político’. Al menos eso se desprende del epílogo trágico de la obra.

Ficha técnica 

Obra: KINTSUKUROI / Flor de cemento

Dirección, autoría y dramaturgia: Pablo Roldán

Intérpretes: Andrea Estrella, Verónica Castillo, Pancho Ordoñez, Juan Benítez, Sully Guamán, Viviana Sánchez

Lugar: Teatro Variedades / Fiesta Escénica 2023

 

EL PARAÍSO UTÓPICO O LA PARANOIA DEL SOBREVIVIENTE / Santiago Ribadeneira Aguirre

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LA POÉTICA EN EL SILENCIO DEL CARBÓN/ Santiago Ribadeneira Aguirre

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