Kintsukuroi - Un sistema abierto de encuentro en el performance | Daniel Félix
Nosotros performamos todo el tiempo en nuestras vidas, la performatividad va más allá del hecho artístico: performamos como padre, madre, hermana, hermano, hijo, hija, y también como ciudadanos.
Pablo Roldán – Xona Bastarda
1. Los cuerpos del performance
Parecería que la acción artística contemporánea puede expandirse por diversos e infinitos lugares de enunciación, y servirse de herramientas, técnicas, tecnologías, un catálogo de recursividad, para el diálogo con el espectador. Cabe convenir, bajo esa premisa, que lo performático es aquello que atraviesa y estimula los cuerpos y sus potencias, con lo que sea que la obra busque transmitir: una estética, una historia, un evento, una intención política, filosófica, entre tantas otras espirales a las que pueden circunscribirse físicamente, corporalmente, quienes participan del acto artístico.
Enlace del vídeo https://youtu.be/nKX9lK9-nVo
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Lo fenomenológico del acto de lo performático, es que atraviesa cuerpos que forman parte de un sistema escénico: creadores y espectadores con sus sentidos, signos y síntomas, estimulados por sonidos, texturas, luces, animación, etc., contagiados de un devenir performático experimentado mediante dispositivos comunes. Territorio de lo múltiple y abierto: un espacio de interpretación permeado por lo sensorial, lo afectivo, lo sensual, que fluye en las individualidades de los cuerpos que experimentan dicho fenómeno.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Un fenómeno que pasa entre cuerpos. Algo tan fugaz y diverso que puede escapar a la definición general. La acción performática acontece en los cuerpos, empieza en escena, se traslada a las butacas, ingresa por los sentidos, irrumpe la normalidad, la organicidad de los cuerpos confrontados por los signos. De ahí que las cosas puestas en escena han de representar algo más, depositar y generar sentidos que difícilmente pueden ser fijados o traducidos de una manera cerrada.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
A diferencia de otras experiencias escénicas, donde la interpretación ha de ceñirse al menos preferiblemente a elementos concretos como el texto, el gesto, el movimiento, la intensidad, etc.; en el performance, parecería importar más esta transmisión de un fenómeno compartido, que irrumpe las normalidades de los cuerpos y genera nuevos sentidos. El presente texto dialoga y propone ciertas problemáticas que la obra de performance: Kintsukuroi, del grupo Xona Bastarda, pone en escena.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
2. Encontrar el sentido colectivo
Esto propone Pablo Roldán, director de la agrupación Xona Bastarda, con la obra Kintsukuroi. Un lugar para el encuentro de estos cuerpos en performance, que acontece por el intercambio, el cruce y el entretejido de lenguajes y experiencias: específicamente del mezclar cosas muy populares, “la sabrosura performática”, que es una cuestión mucho más de local de nosotros, pero que se va para para el mundo entero, es decir, transformar lo popular y volverlo muy cotidiano y a la vez muy resignificado, dentro de los conceptos que nosotros vamos armándonos -argumenta Roldán.
Kintsukuroi está articulada entre lenguajes y estructuras fluidas, abiertas, no definitivas. Es un recorrido por las posibilidades que los creadores encuentran, que se expresan como imágenes, escenas, diálogos, personajes, ambientes y construcciones sonoras y visuales; elementos yuxtapuestos, difuminados, construidos colectivamente sobre la base de ciertas premisas y mucha investigación personal.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Yo monto las obras -dice- con las referencias de mis compañeras y compañeros. Es un trabajo de co-creación que nació en una residencia con el Teatro Nacional Sucre. Entonces, todos los referentes que salen de este proceso común de Xona Bastarda, son construidos en conjunto, por cada uno de los integrantes del grupo.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Roldán habla de una intención de estar en escena más que de una creación concreta de un sistema escénico de personajes o acciones: buscamos el sentido del encuentro, ¿no? Nos encontramos después de una pandemia, con mucha soledad, mucha tristeza, sí. Pero también está la alegría de volver a encontrarnos. No hay algo como personajes, nombres. No importa. Somos nosotros en un estado “artístico-poético”.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
3. El instante performático
Hay que repensar esta idea de estos cuerpos performáticos y fluidos, frente a la estructura que requiere el escenario. ¿Cómo se ensambla una obra contemporánea de esta naturaleza? ¿En qué procesos los cuerpos quedan dispuestos para la expresión performática?
En Kintsukuroi vemos la acumulación de expresiones que cada creador propone, pone en conflicto, y son devueltos por la acción colectiva:
KINTSUKUROI. Luis Cifuentes. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Vamos entendiéndonos en escena como intérpretes creadores, y a partir de esto encontramos parámetros sencillos que entretejen los lenguajes. Por ejemplo, en el diseño sonoro vamos caminando y encontramos un beat que nos permite estar a todos juntos. Entonces lo tejemos entre todos, con Juan Benítez lo hacemos en ese instante y luego lo ponemos en una plantilla que nos permite ubicarnos en el tiempo y espacio, probarlo y ubicarlo en el instante de la escena, que es diferente en cada presentación. Lo vamos incorporando en vivo, tenemos las máquinas detrás que nos permiten trabajar el sonido todo el tiempo para cada acontecimiento. Algo similar acontece en lo visual, a cargo de Stalin Lucero, que parte igual de este encuentro entre todos donde él propone un sistema visual permeado por el trabajo de todos. Ese es el sistema con el que yo trabajo: el resultado es una composición no determinada, alimentada por diferentes disciplinas artísticas: parto de algunas premisas y momentos de cada artista, y eso se construye con lo que cada uno entiende, puede, y devuelve a la obra.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Cuerpos que entran y salen del performance, y experimentan diversas posibilidades del momento. No obstante, no existe algo como una obra que surja del instante, del momento, sin ningún tipo de piso o anclaje al mundo de lo verosímil, ese lugar donde cohabitan las obras y sus interlocutores. En este orden, se hace protagonista lo intuitivo que recorre la experiencia performática. Más que una fecunda máquina de sentidos, la obra se acerca al espacio de lo barroco desde un óptica contemporánea, donde cada capa de lenguaje se alimenta de una misma luz conceptual, pero la manifiesta de su manera única y específica: referencias, intertextualidad, acontecimientos, todo se construye desde una necesidad performática que huye del vacío, y en el proceso apunta a algo restaurado desde la composición de sus partes.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
4. Restauración de lo simbólico
Las escenas no transcurren necesariamente por su secuencialidad. No se trata de la lectura de un camino que va entre dos puntos. Kintsukuroi, en la tradición japonesa, es un proceso de restauración de un cuerpo o un objeto para convertirse en otro, para permanecer a pesar de verse obligado a cambiar. ¿Qué quiere restaurar esta obra? Nosotros queremos primero restaurarnos a nosotros mismos, nuestras individualidades, procuramos mejorar en lo empático, en el sentido de pertenencia con la otra y el otro. Esto de buscar cómo tener un mejor estado-país. Eso es muy performativo. Nosotros, como artistas, no dejamos de pensarnos como individuos dentro de la sociedad. Entonces vamos de la mano con eso. Para mí no hay un quebrantamiento entre artista e individua o individuo. Seguimos siendo los mismos, performateando a diario como una forma de vivir.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
Disociación, dislocación simbólica donde los cuerpos son atravesados por el fenómeno performático. El cuerpo, los cuerpos, como soporte material de dicha experiencia, y el proceso político y filosófico que lo sustenta. Lo que cuenta en Kintsukuroi no es la instalación, ni el juego de lenguajes, ni lo que dicen los textos, ni lo que les pasa a los cuerpos. Lo que se busca transmitir solo es un dispositivo del juego propuesto.
Eso que Roldán denomina: sabrosura performática…
Que es producto de una creación colectiva en la que los cuerpos se incorporan con sus fuerzas propias, sus potencias, cohesionadas en un acto de restauración. Como si la obra original estuviera rota. Como esos frágiles objetos japoneses a los que hace referencia el título de este performance de la Xona Bastarda. Como los pedazos que se juntan y se ciñen con bordes dorados, y que muestran a través de cada fragmento, de cada potencia entretejida, una totalidad restaurada. Dialogismo de los cuerpos y sus potencias performáticas, para vislumbrar otra obra más orgánica, menos escindida, menos mancillada por este proceso restaurador y abierto, de los cuerpos sometidos al fenómeno del performance.
KINTSUKUROI. Escenario Joven. Fotos Ana Lucia Zapata FTNS
El arte contemporáneo piensa el cuerpo como una herramienta más para la experiencia artística. El cuerpo deviene entonces objeto, y esta disociación podría expresar uno de los conflictos moderno: el de la “expresión”. Se trata de constatar los límites y hacer de estos hallazgos un sustrato común a dicha experiencia.
Ficha técnica
Creadores /performer/ Juan Benítez, Verónica Castillo, Andrea Estrella, Eliana Zambrano, Francisco Ordóñez , Luis Cifuentes .
Visuales: Stalin Lucero
Fet: Mugre Sur
Tejido sonoro Pablo Roldán , Juan Benítez .
Dirección / hypertexros /escenografía / iluminación : Pablo Roldán