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LA ATMÓSFERA COMO CLIMA Y SIGNO |  Santiago Ribadeneira Aguirre

Nunca más. Saraí Medina, Pedro s. Montoya, Camilo Pacheco, Vanessa Moncayo, Nadinka Flores, Francisco Ordoñez. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

LA ATMÓSFERA COMO CLIMA Y SIGNO | Santiago Ribadeneira Aguirre

Es la atmósfera o el clima (y las ficciones de Poe, ayudadas por las particularidades del Lugar) que se puede considerar como lo sustancial de la obra de teatrodanza Nunca más, del grupo Gato Relato dirigido por Nadinka Flores y Pedro S. Montoya en la asistencia actoral. La intención de la puesta en escena era suprimir (¿definitivamente?) todo aquello que pueda considerarse como impedimento para separar a los espectadores del espectáculo, que F. de Toro denominó, en su momento, ‘el espacio espectacular y el espacio espectatorial’ (1989).  De alguna manera, se estableció, sin llegar a la plenitud de la acción, la participación del espectador, condicionada por un elemento fundamental, al menos en este montaje: la relación teatral.

Intentemos, antes, una especie de bosquejo del Lugar (Teatro Sangre) ubicado en la esquina de las calles García Moreno y Manabí, en pleno centro histórico de Quito. Es una casa patrimonial, antigua, con varios espacios compartidos destinados a diferentes ocupaciones. El espacio del teatro, en el segundo piso de la casa, realmente es reducido: los espectadores perciben lo ‘distinto’ mientras en ellos comienza a operar lo estrictamente sensorial. Además, el espacio escénico está completamente pintado de negro, con luces tenues, que acentúa y difiere la intriga.

Nunca más. Saraí Medina, Camilo Pacheco. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

Para decirlo en términos semióticos, ‘la puesta en signo’ de la atmósfera de Nunca más, se resuelve a partir del Lugar, la noción siempre vigente del concepto de lo gótico que es un punto medular de la puesta en escena y la indagación teatral de los textos de Poe: El cuervo, La máscara de la muerte roja, William Wilson y Anabel Lee. Este momento teatral va a tener un comienzo y lo demás dependerá de la casualidad. Los espectadores, guiados por un ‘fantasma’, suben al segundo piso, que tiene en el suelo una especie de claraboya para mirar hacia abajo. En el techo hay un espejo que completa y combina desde otra perspectiva, la misma visión.

Nunca más. Saraí Medina, Vanessa Moncayo, Nadinka Flores. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

Las referencias visuales y simbólicas son escasas. En un rincón se distingue a un personaje sentado en un sillón y detrás suyo algunos elementos adicionales: una mesa chica y sobre ella algunos objetos, incluyendo una calavera pequeña. Los espectadores deben encontrar una ubicación, apoyándose en las paredes del lugar. El personaje aludido, anuncia a los espectadores que han llegado al Lugar convenido, en el que se expondrán las visiones y las reflexiones sobre la muerte, la locura, el amor y las enfermedades. Entrar a la casa es el requisito inicial para, enseguida, entrar en el espectáculo.

Nunca más. Pedro Montoya. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

El espacio escénico es una sensación que deviene en signo decodificable. Ahí es cuando comienza a operar la transgresión de la relación teatral (F. De Toro) diseñada para activar la participación del espectador a través de la mirada y los moderados desplazamientos, intervención que poco a poco acentúa la necesidad de una captación sensorial más directa sobre el advenimiento de una forma de acción, indefinible todavía, muy centrada en la semi oscuridad del lugar (no es una sala de teatro convencional, insistimos) y la propia inmovilidad de los concurrentes, obligada por las circunstancias y la ‘nueva’ percepción condicionada por la impresión de claustrofobia.

Nunca más. Francisco Ordoñez. Foto Silvia Echevarria El Apuntador

No habrá una historia sino apenas ciertos esbozos textuales que puedan mirarse (o entenderse según demande el recorrido visual, sensorial y físico) como acontecimientos sueltos, ficcionados por registros temporales. Son exactamente la atmósfera y las temporalidades determinadas por el Lugar (el abajo y el arriba) los que ponen los límites a la ficción ficcionalizándose, para que el espectador que va de un lado a otro de la casa del terror, pudiera construir su propio sentido. En el orden de la estructura, están las formas del lenguaje: la danza, el teatro y la evolución del clima para llegar a una persistencia sígnica que posibilita le lectura entrecruzada de la obra Nunca Más.

FICHA TÉCNICA

Dirección y coreografía: Nadinka Flores Sierra
Asistencia de dirección y dirección de actores: Pedro S. Montoya

Elenco: Saraí Medina, Pedro s. Montoya, Camilo Pacheco, Vanessa Moncayo, Francisco Ordoñez

Diseño de iluminación: Pedro S Montoya
Diseño de arte y escenografía: Nadinka Flores
Vestuario: Adriana Valarezo Sevilla
Música: Peter Gondry, Ben Frost, Dereck Fletcher, Alice Gomme, Ashley Serena, Gregoire Lurme, Harley Poe
Textos: Edgar Allan Poe

SOBRE GATO RELATO

Grupo sudamericano de teatrodanza, fundado por la coreógrafa, Nadinka Flores y el actor físico Pedro S. Montoya. La compañía independiente se dedica desde 2014 a la creación de obras artísticas, tanto escénicas como audiovisuales, GatoRelato construye sus piezas en base en la poética del cuerpo, mediante el recurso del Tanztheater y el teatro físico. Radicado en Quito - Ecuador, el grupo nace el 2015 en Ciudad de México, con la creación del video danza MaríaMarchita. Actualmente el grupo ha consolidado un elenco de más de 10 intérpretes y un repertorio de 10 obras escénicas y 5 videodanzas con las cuales has sido seleccionada y premiada en festivales nacionales e internacionales en México, Perú, Argentina, España, Paraguay, y Brasil.

 

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