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QUÉ PASA CON EL DRAMA DESPUÉS DE LA MUERTE DEL DRAMA? | Santiago Ribadeneira Aguirre

Juro que esto nunca volverá a suceder así

QUÉ PASA CON EL DRAMA DESPUÉS DE LA MUERTE DEL DRAMA? | Santiago Ribadeneira Aguirre

 En la obra Juro que esto nunca volverá a suceder así (verso de una canción de Nacho Vegas), idea original, dirección y dramaturgia de Diego Coral, no existen rastros del enredo dramático o de que algún incidente, mayor o menor, haya podido provocar los acontecimientos actuales de los tres personajes, sumidos en presunciones y matices de una trama que destruye cualquier sucesión temporal, que pudiera dar forma a un valor de verdad, inexistente. La intriga (y la fábula en cualquiera de sus acepciones, incluyendo la dramática) se reduce o desaparece. ¿La desaparición de la intriga o de los eventos contractuales, permiten al espectador crear una intriga nueva, –el mundo ficticio– más coloreada sobre los ‘hechos’ que suceden en cadena, pero sin ilación ni cronología?

Juro que esto nunca volverá a suceder así, Tamia Otálora, Jesyka Gutiérrez, Ivannia Michelena

Los personajes (tres mujeres vestidas como si fueran las protagonistas de alguna obra extraída del teatro surrealista, bretoniano o de cualquier otra forma de re / presentación) encienden y apagan las luces del lugar, jalando las pequeñas cadenas que penden de los focos. Es un signo físico imprescindible. Apagar y encender las luces es un signo para crear la sensación de que pronto podrán entenderse las diferenciaciones y los matices de las acciones, como si provinieran de un cálculo performativo, perfectamente preconcebido. Reflexionado o madurado por Ellas (Tamia Otálora, Jesyka Gutiérrez, Ivannia Michelena) que ahora están en el contexto de una intensa exploración interpretativa, discontinua y exegética. La luz de las lámparas crea la receptividad, sin conciencia clara de las atmósferas, mientras los espectadores –que ya habían entrado en el juego– se preguntan por las razones de haber instalado aquellos dispositivos.

Juro que esto nunca volverá a suceder así , Tamia Otálora, Jesyka Gutiérrez, Ivannia Michelena. Foto Duvver Kirchenbug

El ámbito del ‘sin sentido’ toma un rumbo inesperado. Para decirlo de otra manera: el sentido y la comprensión han estallado en algunos pedazos que van quedando esparcidos en el suelo, repleto de un polvo blanquísimo, que se hace lodo por el agua que se escurre de alguna gotera del falso techo. Los signos de la verosimilitud. O cuando una de Ellas se lava la cara, el torso y partes del cuerpo en una lavacara que está en el piso. Varias veces. Con insistencia. Las demás repiten frases centellantes: dictadura, libertad, muerte, cuerpos, despedida, postdramático. “¿Qué pasa con el drama después de la muerte del drama?”. Es el tiempo ‘vulgar’ que ha nacido de ese presente extático y suspendido en el que los ‘personajes’ pueden dejar de serlo para volverse expresión y resonancia.

Juro que esto nunca volverá a suceder así, Ivannia Michelena

Las referencias espaciales no terminan de acontecer. En ese presente de las acciones los tres personajes se vuelven funcionales a la intersección del tiempo y del espacio. Es lo indeterminable que abona para que las repeticiones de Ellas sean parte de un horizonte que también se redunda, hasta que la circularidad se perpetúa. Un ejercicio de inconsistencia para radicalizar las tensiones. Los gestos (inconclusos, fragmentados, dispersos) y los momentos atosigantes de los personajes, son los recursos funcionales para constatar la falta de una historia. Ellas, las tres, entretejen las situaciones con exabruptos y rehechuras. Los pocos objetos que manejan o esgrimen marcan las treguas y las premuras, incluyendo las insistentes proyecciones de sus rostros.

Juro que esto nunca volverá a suceder así, Tamia Otálora e Ivannia Michelena

Sin embargo, no hay a dónde ir porque tampoco existen plazos. Todo se deslocaliza, se interrumpe. Y ya sin acontecimientos, los ‘fines humanos’ de Ellas se vuelven absolutamente impersonales, corrientes. Por eso importa la ‘producción y definición estética’ del espacio, la escenografía, la iluminación: es un lugar sin esclarecimiento espacial. Techos y entretechos de cáñamo pintados de negro. Una pared adicional al lado de una mampara, en el fondo. Ellas estiran las manos y alcanzan a rosar los tres techos falsos, sostenidos de sus cuatro puntas por tiras, que se mecen de un lado a otro. Y sin un punto fijo, los espectadores sentados en los tres bordes del escenario, cambian progresivamente sus referencias iterativas, en constante evanescencia, deseando que perduren o que por fin desaparezcan.

Juro que esto nunca volverá a suceder así, Ivannia Michelena y Jesyka Gutiérrez

Las acciones de los ‘personajes’ se oponen de manera rotunda a cualquier desarrollo escénico  (por mínimo que sea) o de alguna posibilidad de generar una historia. ¡Es la (esperada) muerte del drama! Prevalecen los retumbos y las subjetividades, sin ninguna alusión concreta a nada, sin identidad, con enunciaciones condicionadas. Las dudas personales son las dudas existenciales apuntaladas por una voz que viene del afuera, más cotidiana, más real que aparece como intervalos fugaces de un drama sin drama.

Juro que esto nunca volverá a suceder así. Ivannia Michelena

Es parte del merodeo incesante ante la ausencia de situaciones (ya sin intriga, sin historia y sin una fábula concreta) ‘formalmente’ constituidas. Los espectadores pueden reclamar algunas prerrogativas, menos las de interrumpir o dar por terminado el espectáculo. O jurar que esto nunca volverá a suceder así, mientras se proyectan en el fondo corrugado del escenario, las imágenes en blanco y negro del centro de la ciudad de Quito, de sus habitantes, cumpliendo tareas habituales como transitar, vender productos o sentarse en alguna de las bancas municipales de la Plaza Grande.

FICHA TÉCNICA

Creación colectiva

Intérpretes creadoras: Tamia Otálora, Jesyka Gutiérrez, Ivannia Michelena

Producción estética: Daniela Sánchez

Composición musical y sonora: Mariela Espinosa de los Monteros (Sr. Maniquí)

Diseño de afiche y gráfica: Gabriela Peña Collahuazo

Asistencia técnica: Andrés Oso Obando

Idea original, dirección y dramaturgia: Diego Coral López

Una coproducción con Estudio de Actores – Teatro Sangre

Con el apoyo de: INCINE, RadioGrafía, Emil Plonski

Lugar: Estudio de Actores / Temporada Noviembre 2023

UNA FÁBULA POST GUERRILLERA / Juan Manuel Granja

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