Que ninguna imposición nos impida bailar / Cristina Bustos
Los procesos creativos de las bailarinas Viviana Sánchez, Zully Guamán y Tamia Guayasamin se desarrollan en el espacio de la CNDE, gracias a la apertura brindada por Josie Cáceres, su directora, a quien le interesa apoyar la creación de bailarines independientes en la ciudad de Quito.
La investigación de Viviana Sánchez se establece a partir del cuestionamiento sobre el cuerpo que le interesa habitar, ¿como es?, ¿cómo se construye y desde dónde ?, pero, sobre todo, como ella lo asume en su cuerpo mestizo. Lo recurrente en su proceso, menciona ella, era la idea de la gallina, que le permite a ella y a sus compañeras de creación la posibilidad de visibilizar las acciones que no se ven en un trabajo de creación, en su caso el trabajo de cuidado cotidiano, es decir las cosas que uno tiene que hacer en casa para luego poder asumir un trabajo creativo Viviana se cuestiona “¿como transformar espacios de casa en espacios creativos? y ¿como asumir esos procesos?”. Acude al concepto de acuerpamiento de Lorena Cabnal (2015) "el acuerpamiento genera energías afectivas y espirituales y rompe las fronteras y el tiempo impuesto. Nos provee cercanía, indignación colectiva pero también revitalización y nuevas fuerzas, para recuperar la alegría sin perder la indignación”, en diálogo con esta concepción Viviana presenta un solo, que es parte de un proceso de creación que lleva a cabo junto a tres bailarinas.
Dentro de un haz de luz, empieza con pequeños impulsos y movimientos que parten desde sus manos y torso, como un despertar interno que la llevan a descomponer su cuerpo en una nueva forma circundante, habitando la forma anterior y viviendo una especie de conflicto de reconocimiento, miramos un cuerpo en estado de sensibilidad de riesgo, de búsqueda. El trayecto de Viviana durante su solo, termina con un cacareo y un apagón del haz de luz, deja en estado de expectación y cuestionamiento. ¿A dónde puede decantar? No lo sé, pero el proceso me seduce como espectadora y, a la bailarina la conduce a una serie de posibilidades y vías creativas. El cuerpo, con este acercamiento que propone Viviana ha construido una pre-dilatación que alista el terreno para la fertilización creativa a la que la duración y el tiempo, junto al trabajo creativo de ella, lograran dilatar por completo y germinar.
Zully explora la emotividad de su cuerpo, bajo la dirección de Luis Fuentes, quien la ayuda a a organizar sus ideas e intensiones creativas, investigando sobre lo que ocurre antes, durante y después de un abrazo. Durante el solo se percibe un grado de organización desde la satisfacción, el disfrute que ella sentía al bailar. La idea recurrente, el acto del abrazo, le otorga cierta libertad al movimiento y formas que se correspondían con sus intenciones creativas, siendo el plano de investigación y observación bastante general. Ella comienza con diversos desplazamientos de piso y vibraciones, recorre el espacio sin quitar jamás un gesto facial cálido, sonriente y manteniendo un contacto directo con el público, se quita tres veces un vestido mientras se encuentra en constante movimiento.
El abrazo como estimulo puede envolver a Zully en un universo de cuestionamientos alrededor del mismo y llevarla así a visualizar una experiencia profunda y personal, al ser un trabajo en proceso, como espectadora me emociona los diversos hallazgos a los que tanto ella, como su equipo de co-creadores puedan llegar a descubrir, sentir y exteriorizar.
Tamia compartió con el público asistente los hallazgos y referentes con los que ha estado trabajando. Su proceso de investigación ha decantado sobre la identidad mestiza partiendo con referentes de diversos lenguajes latinoamericanos, sudamericanos y locales.
Hace 5 años desarrolló un solo de danza, durante una residencia, en ese momento sus preguntas tenían que ver con el acto de poner el cuerpo y bailar, probar; pero luego de una pausa se planteó otra estrategia, una búsqueda de ciertas bases, referentes de ideas y de obras, antes de bailar. Su primer referente es la interpretación de Luis Abanto Morales, Cholo soy y no me compadezcas y Ninacuri(fuego de oro) que es el personaje de la novela Memorias de la Piviwarmi Cuxirimay Ocllode Alicia Yanez Cossio, ambos conexos con la identidad mestiza. La traducción sensible presentada directamente en el cuerpo de Tamia, dará cuenta de, si bases, referentes e ideas se corresponden o no con su proceso directamente en el cuerpo.
Tras mirar las distintas propuestas, me preguntaba: ¿que es lo que nos lleva a crear, a investigar, a probar?, ¿qué bailar y desde dónde bailar? La dicotomía existente entre la teoría y la práctica han sido siempre temas de discusión y debate, ¿cómo construir un puente lo suficientemente laxo que nos permita recorrer la teoría y la práctica en un tráfico de información, experiencia y conocimiento fluido y orgánico? Profundizar en un concepto, idea, pensamiento, emoción, es investigar, pero ¿desde dónde investigar y como?, ¿cómo lograr que la teoría no se convierta en una camisa de fuerzas para el bailarín y su impulso creativo?
Cuando el procedimiento es analizado y sistematizado, es posible pasar la experiencia en términos más concretos, diluyendo la subjetividad; es decir poniéndola en un ámbito objetivo que es el territorio en el que se encuentra la teoría, concepto, características, técnicas, etc., cargadas de subjetivad, pero activados en un plano objetivo.
Los espacios que permiten al bailarín encontrarse en estado de creatividad sobre el escenario son múltiples y diversos, sus métodos de entrenamiento, investigación, creatividad, difieren, por supuesto, pero todosellos establecen los fundamentos que consideran necesarios para el desarrollo de sus investigaciones/creaciones, logrando así una teoría construida desde la experiencia, desde el poner el cuerpo a probar, sentir, poetizar, siguiendo el impulso y el pulso creativo que seduce tanto al consciente como al inconsciente.
Los atajos por los cuales decide ir un bailarín para hacer coincidir interioridad y exterioridad en una simultaneidad de expresiones, son traducidos por su cuerpo, por lo tanto, es el cuerpo el vehículo mismo del pensamiento, de la emoción, de la sensación. El cuerpo es un instrumento sensible donde el bailarín encuentra su discursividad, su poética, su teoría, para llevar a cabo un camino personal y profundo. Jugar con las posibilidades, mantienen vivo el gesto creativo, la sensibilidad con todo el cuerpo: las piernas, la espalda, el culo; ese estado en el cual el bailarín cuando se muestra sabe dónde se encuentra su cuerpo, siendo siempre necesaria la intención.
Para que la investigación/creación sea el recorrido de una vida (experiencia y pensamiento) debe inscribirse en la duración. Un entrenamiento rápido, sin un objetivo profundo y una dirección global del intérprete, está condenado a tener poco efecto, como dice Barba (2010) “la temperatura del proceso es más importante que el proceso mismo”. El bailarín descubre las resistencias que limitan su creación y de esa forma escoge de entre varias herramientas que contiene su cuerpo y las usa como medios para superar dichas resistencias. En el trabajo creador ya no es importante el ¿cómo puedo hacerlo?, sino como manifiesta Josette Feral “saber lo que no debe hacer, lo que lo bloquea.”
“Es esencial transmitir las propias experiencias a los demás, aun a riesgo de crear epígonos, que por excesivo respeto repitan solo lo que han aprendido.” (F. Josette, 2010, p. 40). El momento mismo en el que aceptamos que es natural que empecemos por construir nuestra experiencia, basándonos en la experiencia de los otros, es decir, repetir algo que no es nuestro, que no nos pertenece, ni deriva de nuestra experiencia; será el punto de partida, que nos permitirá distanciarnos de lo otro y sentir lo nuestro, que es lo que están haciendo Viviana, Zully y Tamia.
En la propuesta de Viviana miré un cuerpo particular construido con las intenciones latentes de la bailarina que se cuestiona y se habita desde un reconocimiento de su cuerpo actual, del cuerpo vivo en este presente. Sin embargo, a pesar de contener en ese habitar una serie de símbolos traducidos desde la gallina y los pulsos creativos que esta causaba en el cuerpo presente en la escena, carecía, para mí como espectadora de esa espontaneidad, de ‘carne’ y riesgo, hacía falta distanciarse de las codificaciones, sin marcaje. Mientras que Zully denotaba confianza, pero con un nivel de profundidad ligero, es decir, un proceso que está madurando, bien enrumbado en su búsqueda.
Cómo lograr que la teoría y la práctica convivan en un paralelismo que no los separe del hecho creativo, sino que se alimenten de forma constante y tridimensional, que no ponga a ninguna sobre la otra. Una simbiosis con individualidades particulares, parece ser que es nuestra práctica misma, ese cuerpo habitado, esa emocionalidad, esas sensaciones, esa referencialidad, la que debe ser digerida por el cuerpo y lo que hace que este se mueva, es decir, sin destruir los descubrimientos corporales, sino potenciarlos. Descubrimientos que no necesitan explicarse, David Zambrano (2018) dice: “esto del bailar acerca de ….. lo que ha hecho es aplastar los descubrimientos corporales”[1].Y siguiendo el planteamiento de Zambrano de que hay conceptos que son muy físicos y movibles, llenos de mucha energía que nos pueden ayudar a viajar, pero otros nos imponen un paradigma demasiado estructurado, también preguntamos, ¿qué significa el concepto para cada creador? y ¿qué interesa de tal o cual concepto?
Los intereses artísticos tienen siempre que ver con la sensibilidad y su poética, su traducción en la obra no puede dejar de contener una práctica y experiencia constante. La simbiosis entre estos territorios es lo que construye dichos puentes.
En conclusión, la danza y la creatividad son móviles, son la carne misma. Que ninguna imposición nos impida bailar, que ninguna imposición nos impida crear.
[1]Entrevista a David Zambrano, El Apuntador 68, Extraescena