Una vez más… Fractales en la geometría humana del caos | Fernando Prieto Jr.
Una de las piezas teatrales más icónicas del historial de La Petisa Babilonia, proyecto teatral multiétnico e itinerante, con sede en la carretera, es Fractales la geometría humana del caos.
Su estreno oficial fue en Quito, Ecuador, el 15, 16, 17 y 18 de julio en la sala Mariana de Jesús, año 2005, con la actuación de Cristina Marchán, Paula Perrini, Paulina Tapia y Perviter Sánchez.
Cuatro monólogos de siete, que conforman el libro publicado en Bogotá un año antes; para entonces Genoveva Mora escribiría en el diario EL Hoy lo siguiente: “metafóricas y sugerentes son las imágenes que abren la representación, de Último día de mujer clonada, con una escenografía dibujada mediante la delimitación espacial por figuras geométricas (…)
En retrato desesperado de joven perdida proyecta a través de gestos y movimientos geométricos la desorientación y la búsqueda de sentido de un ser extraviado entre el alcohol y la soledad, (…) en el personaje de Justine (tercera puesta) se interpreta un monólogo interior, un recuerdo en el que fluyen cantidad de imágenes y sentimientos que se pueblan de presencias (…) y termina Genoveva diciendo: hombre correcto en desacuerdo, irónicamente da cuenta de su título, es el talón de Aquiles de la noche, poco teatral en todos los sentidos, un texto que tampoco le favorece (…)”
La queridísima Genoveva a quien muchos le teníamos pánico teatral por sus certeras y a veces feroces críticas, no nos dejó en aquel entonces, tan mal parados, ja ja ja, pero obvio siempre agradezco las buenas palabras y los golpes duros, porque así mismo se fortalecen y mejoran las puestas teatrales, de eso se trata la crítica de aportarle a los trabajos ¿no? Ok.
Lo cierto es que antes de ese estreno habíamos hecho una versión bastante verde en Bogotá que además se convirtió en el último trabajo de aquel grupo que para entonces se llamaba X3.10 Unidades, porque en un deseo personal de irme a recorrer el sur del continente, aquel romance colectivo duro cuatro años, pero aun en Quito conservó ese nombre para este montaje, después la historia fue otra cosa.
Fractales está basado un poco en la teoría Fractal desde una perspectiva no solamente matemática sino de humanidad, de ahí el subtítulo de la obra y si algo recuerdo de ese montaje oficial en Quito, fue la entereza con la que el equipo de montaje afrontó los personajes, claro las tres actrices venían de la escuela del Malayerba, y en ese momento, Cristina y Paulina, formaban parte del grupo.
Una de las cosas grandes que tiene La Petisa Babilonia como herencia propia, es el haber construido y mantenido, parte de la memoria corporal -estructural- de los montajes según el paso y la cantidad de versiones que se han hecho, sumándole partituras nuevas que se proponen en cada versión.
Entonces si viéramos el primer y el último montaje veríamos, por ejemplo, en el monólogo interpretado por Paulina Tapia de aquel entonces, que aún hoy se conserva algunas de las partituras originales del estreno que ella interpretó, junto a lo que Yina Erazo en la última versión que estamos por estrenar ha propuesto para ciertos momentos.
Claro quizás a nadie le importa un comino eso, a mí sí, porque veo en esencia como las obras evolucionan guardando esas memorias, que no es nuevo, muchos grupos lo hacen, pero, en cambio, otros van variando de acuerdo al equipo y si es una creación colectiva o un proceso de montaje abierto, permite que sea el actor o la actriz quienes propongan en la escena la estructura.
Me gusta partir de lo que había y sobre eso proponer, pero si la estructura funciona, la actriz o el actor deben más bien darle potencia a la actuación, a la manera de encarar el texto o al carácter como tal de su personaje.
Fractales tuvo una versión muy interesante, pero un poco asfixiante en Buenos Aires, en el año 2006, con la que además hicimos una de las giras presentando en varias ciudades de Suramérica, el espacio escénico era superlimitado, tres círculos armados con cinta en el escenario, que se iba sacando después de cada monólogo para así dejar al último con muy poco espacio de representación, todo musicalizado con guitarras y bandoneón, ¿era interesante? Mucho, pero claro el texto es fuerte, la actuación precisa, la puesta cerrada y el maravilloso bandoneón, uff.
Una versión más que recuerdo de varias fue la que hicimos para otra gira en el año 2010, pero desde Bogotá hasta Buenos Aires y con otro equipo, el actor que hacia el personaje del monólogo más citadino, que además era un chico con pinta gomela, no tuvo lío de armar su personaje como un punk maltrecho e irse en personaje por todo Suramérica, metiéndonos en líos con las fronteras, y algunas muchas personas que simplemente odian a los punkeros.
En la última función de ese viaje, presentada en el Festival Internacional de teatro de Lincoln por Hugo Archila y Linda Peña, la sacamos del estadio. Un periodista de El Diario, cuyo nombre no aparece en la nota, diría de aquella función: “Todo es una sinfonía acorde, desde la puesta en escena, la brillante actuación y la música, creando un clima desgarrador, permitiendo aflorar lo más vil de la miseria humana. Pocas veces tanta jerarquía subió al escenario del teatro GIDI”.
Esta última versión, que presentaremos dentro de la celebración de los 25 años de La Petisa…, con Yina Erazo, Sarah Alonso, Arhur García y la asistencia de dirección de Heily Daniela Guerrero, es una de las más naturales, under, con una influencia de música mexicana, debido a la última gira que hicimos por allá, y además el equipo no viene propiamente del teatro sino de la danza, entonces tiende a ser casi que como la primera versión, con mucho enfoque sobre las partituras de movimiento en cada monólogo, hace rato no se representan cuatro, sino tres monólogos, la luminotecnia es tosca al igual que la escenografía y el espacio escénico es limitado, pero suficiente, todo obviamente está pensado.
Sería lindo si Genoveva Mora pudiera venir al Teatro Casa Tea los días 14, 15 y 16 de marzo en Bogotá, para que vea la obra después de dos décadas y nos dé su crítica directa y sin adornos de esta última versión.
Prometo no ponerme tan nervioso como en aquel entonces, cuando la veía en la sala del teatro, agudizando la vista y guardando en su memoria las palabras que luego escribiría de la pieza teatral.
Fernando Jr Prieto: Director y dramaturgo de la Petisa Babilonia proyecto teatral multiétnico e itinerante con sede en la carretera.
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