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Criaturas de ultratumba/Sharon Olazaval

Criaturas de ultratumba/Sharon Olazaval

Esta es una historia de terror.

De esas que no te dejan dormir por días.

Sí, en el mundo del teatro existen historias espeluznantes.

Así como todxs lxs artistas escénicxs hemos vivido en carne propia la maldición de iniciar proyectos que se truncan (otra historia del horror más gore que existe) también hemos experimentado el calvario de trabajar con el mismísimo Lucifer. Spoiler Alert: no existe sólo uno, son varios los demonios que atormentan nuestros paraísos.

Es sorprendente pensar que en un espacio de amor, paz y marihuana, de ropa holgada, fruta y abrazos grupales haya personas con almas tan oscuras. En el cine es de esperarse encontrar gente así debido a todas las máquinas con las que trabajamos, parece que su cercanía prolongada le ha enfriado un poco el corazón a algunxs. Por cierto, permítanme hacer una aclaración importante: el cabello rosado no significa amabilidad ni dulzura, la persona del cabello rosado te puede arrancar la piel del cuerpo y lanzarte en una olla de agua hirviendo. Quedan advertidxs.

Pero sí, el mundo teatral puede llegar a ser un pantano tenebroso lleno de criaturas diabólicas. Recuerdo una vez unx estudiante fue poseídx por una y amenazó con matar a sus compañerxs de clase en la muestra final para que sus familias lxs vean morir. La muestra no se hizo, por obvias razones, pero sí se tuvieron que presentar los trabajos al profesor para que los califique. Fue una mañana tensa, con vigilantes en las puertas, visitas de las autoridades de la facultad y una paranoia colectiva que asfixiaba. Yo no paraba de pensar que debido a mi mala suerte, una cruz que cargo desde niña, si algo fuese a suceder, sería yo, la estudiante de cine que se anotó a una clase de la carrera de teatro porque lo extrañaba, la foránea, la extranjera en más de un sentido, la que no sería licenciada en teatro, la que no pertenecía, la que no tenía nada que ver con nada; la única víctima. Afortunadamente no pasó nada.

Lo que sí ocurrió es esta historia que les voy a contar a continuación. Le pasó al amigo de un amigo y al amigo de una amiga de un amigo y a la amiga de la amiga de otro amigo. Y a un conocido. Es que este demonio ha atacado muchas veces y como todavía no se le manda de vuelta al infierno sigue atormentando almas inocentes. 

El primer ataque lo hizo hace varios años ya, en las funciones de una obra de teatro que no muchos recuerdan. A veces enloquecía, no recuerdo exactamente por qué, y para torturar a sus compañerxs de escena no decía algunos de sus textos o los decía con una actitud desafiante, cosa desastrosa para la obra pues su personaje era primordial para la trama. Los pobres actores y actrices tenían que improvisar con el corazón en la boca para salvar el sentido de la escena.

En otro proyecto me cuentan que le aparecían cuernos y escamas, y hasta le salía espuma por la boca, cuando se le señalaba que tenía que cambiar algo o que le faltaba equis cosa en su interpretación. En cuestión de segundos se transformaba y arremetía contra todxs lxs presentes, le salía fuego por las manos (o patas), hacía temblar la tierra y abandonaba el ensayo. Al siguiente encuentro simplemente no aparecía. Pero no lx culpo, de seguro necesitaba días para volver a su forma humana y algunos más para que su frágil cuerpo mortal se pueda recuperar de tremendos arrebatos.

Como productorx no es menos monstruosx. Dicen por ahí que en una obra decidió no incluir en el fondo común las preventas que vendió porque le parecía que era su esfuerzo únicamente. Una jugada bien canalla, si me preguntan. Pero quién sabe si eso es cierto, puede ser un simple rumor.

De lo que sí estoy segura es que la dirección se llevaba la peor parte porque si no les maltrataba como actxr, les martirizaba como productorx: en un proyecto redujo significativamente el porcentaje de ganancia en taquilla de lx directorx aludiendo que como se iba a reemplazar a dos actorxs ese ya no sería su montaje original; en otro decidió pagar ensayos a todo el elenco menos a la dirección; y en otro no le pagó ni ensayos ni taquilla. Según lo que he escuchado por ahí, la persona afectada de este último caso está tomando medidas al respecto, al parecer se ha comunicado con un par de curas y un obispo del Vaticano para que le ayuden a expulsar a tan vil criatura del mundo de lxs que todavía tenemos salvación.

Y lo peor de todo es que tiene el poder de convertir a lxs de espíritu más débil en lacayos suyos, diablillos que al igual que ellx esparcen el mal a donde sea que van. Yo misma conocí a un par, no por mucho tiempo, pero en lo poco que compartí con ellxs me parecieron personas muy gentiles y cariñosas de las que nunca me hubiera imaginado que hagan todas las barbaridades que me han contado que han hecho. Justo hace unos días vi a unx de ellxs caminando por la calle, tenía los ojos rojos, le salía humo del cabello y su cuerpo se llenaba de pequeños temblores cada dos o tres pasos. Preferí cambiar de rumbo por miedo a que me convierta en piedra o me robe el alma.

Por eso, tomen las debidas precauciones, artistas escénicxs. Luego no me digan que no les avisé. Lleven siempre con ustedes sus rosarios, sus biblias de bolsillo y un poco de agua bendita. Nunca está de más ir preparadx para que, ante la terrible eventualidad de que se encuentren con esta criatura, o con sus horrendos aprendices, puedan defenderse y vivir para contarlo.

RESPIRA | LUIS FELIPE CAMACHO

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OTRO FESTIVAL  De improvisación y movimiento

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