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LUCES QUE SE APAGAN ¿POR QUÉ NO VOY AL TEATRO? |Francisco Bedoya

Teatro Malayerba. Foto Duvver Mencías Moreira

LUCES QUE SE APAGAN ¿POR QUÉ NO VOY AL TEATRO? |Francisco Bedoya

Sentémonos en una butaca de cualquier teatro ecuatoriano y permitamos que los hombros de los todos los que hacen que exista el convivio se entrelacen con los nuestros, que las historias o no historias,se conviertan en un reflejo de nuestras vidas, que el silencio en la sala se transforme en un sonido de creatividad y pensamiento. ¿Qué tal?, lamentablemente, esto es algo que cada vez menos personas en el Ecuador experimentan.

El teatro enfrenta un declive en la asistencia que se ha vuelto evidente en los últimos años. ¿Existen causas? Políticas Culturales Una de las principales luchas que enfrenta el teatro en el Ecuador es la obtención de financiamiento y apoyo institucional. Las compañías teatrales, tanto independientes como establecidas, se enfrentan a desafíos significativos para financiar sus producciones y mantener sus actividades. La falta de inversión pública y privada, o la falta de una curaduría especializada e imparcial de algunos fondos designados, ha llevado a muchas compañías a luchar para subsistir. Esto tiene un impacto directo en la calidad de las producciones teatrales y en la capacidad de llegar a un público más amplio.

Bailamos? Toty Rodrígues y Mosquito Mosquera

Además, la ausencia de un marco sólido para la promoción cultural crea un vacío que limita la exposición del teatro y afecta la asistencia del público. La falta de difusión de las propuestas teatrales y la escasa visibilidad de los eventos culturales contribuyen a un público poco informado sobre las opciones disponibles. Este declive teatral no solo afecta a los artistas y compañías teatrales, sino también a la sociedad ecuatoriana en su conjunto. El teatro desempeña un papel vital en la reflexión crítica, la expresión cultural y la construcción de identidades. La falta de apoyo a la escena teatral priva al público de experiencias enriquecedoras y oportunidades para el diálogo cultural. Es fundamental que las autoridades y los líderes culturales en Ecuador reconozcan la importancia del teatro como una forma de expresión artística y social. La implementación de políticas culturales efectivas que incluyan financiamiento, promoción y educación teatral es esencial para revivir y fortalecer la escena teatral en el país.

Pepe Rosales

Confundir o "Hacer Reír" En muchas mentes, el teatro se asocia principalmente con la comedia y el entretenimiento superficial. Si bien el humor es una parte valiosa y legítima del teatro, esta estrecha visión de la disciplina teatral limita en gran medida su apreciación como arte, muchas personas ven el teatro como un medio para "hacer reír" y no como una expresión artística rica y diversa que abarca una amplia gama de géneros y temas. Esta percepción reduccionista del teatro no solo afecta la diversidad de las producciones teatrales, sino que también contribuye a la disminución de la asistencia a las funciones. Cambiar esta percepción no recae únicamente en el público. El estado y las instituciones culturales también tienen la responsabilidad de educar y enriquecer culturalmente a la sociedad. Esto incluye la promoción y el apoyo a obras teatrales que aborden temas importantes y que desafíen las mentes de los espectadores. Desafortunadamente, la realidad es que, en muchos casos, el apoyo estatal al teatro en Ecuador ha sido insuficiente o enfocado solo en entretener, lo que perpetúa la percepción limitada del público. El teatro es mucho más que risas; es una ventana a la complejidad de la experiencia humana. El estado y la sociedad tienen un papel clave en cambiar esta percepción y enriquecer la vida cultural del Ecuador a través del teatro, pero en estos últimos años tienen sus propios demonios, la seguridad en el país juega un papel importante en la disminución de la asistencia al teatro, la cual también ha sido olvidada por los que dirigen el país.

La delincuencia en las ciudades más grandes, donde la mayoría de las obras se programan en horario nocturno, genera temor en el público. El riesgo percibido de asistir a eventos nocturnos disuade a muchas personas de participar en experiencias teatrales. La necesidad de abordar la seguridad, no solo en las áreas cercanas a los teatros, si no en la mayor parte del país, se convierte en una prioridad urgente. A poner un granito de arena La relación entre la obra y el espectador es esencial y, en muchos sentidos, define el propósito y el impacto del teatro mismo. Es en este contexto que la "Escuela del Espectador" generada por la revista “El Apuntador” se erige como una herramienta crucial para profundizar la apreciación y comprensión de una producción teatral. Esta iniciativa tiene la noble intención de provocar una reflexión compartida con el público sobre aspectos sobresalientes de la puesta en escena, el trabajo con el texto, la dirección, la actuación, etcétera. Pero, ¿por qué es esto tan importante? En primer lugar, la Escuela del Espectador promueve una forma activa y crítica de participación en el teatro. Tradicionalmente, el público se ha visto como un mero receptor pasivo de una obra, pero esta perspectiva está cambiando. La idea detrás de esta escuela es empoderar al público, dotarlo de las herramientas necesarias para analizar y comprender lo que se presenta en el escenario.

Esto no solo enriquece la experiencia teatral individual, sino que también fortalece la relación entre el público y el teatro en general. En segundo lugar, la Escuela del Espectador sirve como un puente valioso entre el mundo de los profesionales del teatro y el público en general. Permite que los espectadores exploren y aprecien el arduo trabajo que conlleva una producción teatral, desde la interpretación de los actores hasta la visión del director y la ejecución técnica. Este conocimiento puede conducir a una mayor valoración de las artes escénicas y al apoyo continuo al teatro. Además, la reflexión compartida que fomenta la Escuela del Espectador crea una comunidad teatral más sólida y comprometida que puede tener un impacto positivo en la asistencia a futuras producciones y en la promoción de la cultura teatral en la sociedad, se vuelve un recordatorio de que el teatro es una forma de arte vivo y en constante evolución.

M.E.M. É. Foto Erika Salvador, Christian Valle, Mute Estudio

A medida que el público se involucra más en el proceso creativo y en la crítica constructiva, también contribuye a la innovación y al crecimiento del teatro. Los comentarios y las conclusiones preliminares que surgen de estas sesiones de reflexión pueden influir en el trabajo futuro del teatro y en la forma en que se abordan temas importantes en la escena. Es un paso vital hacia la creación de un público informado y comprometido, lo que beneficia tanto al teatro como a la sociedad en su conjunto, no resolviendo el problema del todo, pero dejado su granito de arena como ejemplo a seguir. ¿Y tú qué estás haciendo para que vaya más gente al teatro?

 

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DRAMATURGIA DE LAS ARTES ESCÉNICAS | FORMA Y MONTAJE DANCÍSTICO Y TEATRAL

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